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Andalucía, sin oposición.

Pablo Urías.

Publicado en El Plural:

http://www.elplural.com/andalucia/2017/03/11/andalucia-sin-oposicion

antonio_maillo_y_teresa_rodriguez_0Después de treinta cinco años ininterrumpidos de Gobierno socialista de Andalucía se siente aún invulnerable. Pese a la debacle de su partido en el resto de España, aquí parece que no haya problemas. No se sienten amenazados, porque ven que no hay alternativa: los partidos políticos andaluces de la oposición no están dando la talla ni parecen capaces de cumplir su función. El gobierno del PSOE no sufre ninguna respuesta política de entidad a sus políticas y sus gestión. A Susana Díaz sólo le preocupa la respuesta en la calle, porque visto lo visto, la verdadera oposición a la Junta está en la gente y en las calles, no en el Parlamento.

Ciudadanos se rindió a la Junta a cambio de nada. Al menos nada que se sepa. Es el socio de Gobierno más cómodo que haya tenido nadie. Sin combate, entregó sus votos, su partido y hasta su oratorio al PSOE. En el Parlamento apoyan cualquier tropelía del Gobierno: lo mismo pisotean los derechos de los demás grupos, que aprueban los presupuestos tal y como se los presentan, que cierran en falso las comisiones de investigación para que el Gobierno no sufra. Ni siquiera piden que se renueven los mandatos cumplidos de órganos como la RTVA en los que sigue mandando un bipartidismo caduco que los excluye. Simplemente, no cuentan en Andalucía.

El Partido Popular está atado de manos por sus políticas de recorte y austeridad neoliberal en Madrid. Cualquier ataque político que iniciaran contra la Junta se vuelve inmediatamente contra ellos mismos después de seis años de Gobierno. Así que intentan poner toda la carne en el asador de batallas falaces como la del impuesto de sucesiones.

Izquierda Unida, demasiado hace con no desaparecer.

En este panorama todos los ojos se vuelven hacia Podemos, que lo tiene todo a su favor. Es un partido nuevo, que recogió la ilusión de mucha gente de izquierda con ganas de democratizar el sistema político, reducir los recortes al estado social y acabar con el caciquismo. No tiene un pasado que se pueda usar en su contra y empezó la legislatura con quince diputados y la simpatía de la gente. Tenían la oportunidad y la responsabilidad de encabezar la oposición. De denunciar los desmanes de la Junta, proponer modelos alternativos y, en definitiva, de llevar la voz de la gente al Parlamento y ofrecer un espacio de esperanza. Pero hasta el momento no han estado a la altura.

Parece increíble la poquísima repercusión pública que tiene un partido con tantos diputados, tanto capital simbólico y tantas oportunidades. Podemos Andalucía está retraído, escondido en un espacio tremendamente minoritario. Han perdido cualquier capacidad de iniciativa política. Recuerdan a esos burócratas tristes sin ideas que hacen el trabajo de oficina justito para que no los despidan. Sobreviven a remolque de la actualidad. Han entrado en el juego político de las declaraciones y los reproches y se han instalado en ello. Su única presencia pública gira alrededor de su hiperliderazgo y de los pequeños rifirrafes de la vida parlamentaria. No presenta propuestas ilusionantes, no encabeza las reivindicaciones de los andaluces. Apenas presenta proposiciones de Ley. Ha perdido el pulso de la gente y la calle.

Es cierto que han tenido problemas internos. Pero ahora ya los han resuelto. Teresa Rodríguez controla todo el aparato andaluz. Incluso muchos de los errejonistas andaluces, ante el miedo de quedarse sin empleo, se han vuelto de pronto anticapitalistas y teresistas. Su nuevo secretario de organización está aprovechando para construir un partido de verdad, unido, coordinado y que no desperdicie la potencialidades de los círculos. Sin embargo, parece que han desechado la idea de ser algo más. Y de trabajar para ser alternativa.

Podemos debería ofrecer un modelo político diferente de país, con propuestas ilusionantes. Podría tener un “gobierno en la sombra” en Andalucía y construir una oposición social invitando a personalidades relevantes y creíbles de diversos ámbitos. Debería estar ofreciendo alternativas veraces y valientes en todos los campos de la política andaluza… pero para ello debería abrirse. Debería ser un movimiento, dar cabida a gente de todo tipo, y escuchar a todos, renunciando a su modelo de partido minoritarioen manos de una pequeña casta de contratados, liberados y empleados.

Así que la gente en Andalucía empieza a moverse por su cuenta. Las calles de Granada se llenan de gente contra la gestión hospitalaria. Las manifestaciones contra los recortes en Educación son cada vez más numerosas en todas las provincias. Cualquier oportunidad es buena, de nuevo, para que la ciudadanía proteste contra un Gobierno andaluz cada día más conservador.

Los diputados de Podemos y del resto de la oposición ven pasar a las mareas por debajo de sus escaños. Y no se plantean que alguien debería haber organizado la lucha contra la fusión hospitalaria en el Parlamento antes incluso de que la gente tuviera que echarse a la calle y ganar esa batalla por sí sola. No se dan cuenta de que nadie en el Parlamento plantea una alternativa seria, documentada y masiva contra los recortes en educación que vaya más allá de hacerse fotos un día con camisetas verdes. No son capaces de una mínima autocrítica.

Por más que los andaluces y las andaluzas empecemos a estar hartos de muchas cosas y cada vez tengamos más claro lo que queremos, ningún partido está dispuesto a luchar con ellos. No hay alternativas.  En sus despachos, los partidos se pelean contra los suyos y contra los otros mientras en las calles andaluzas mucha gente recuperamos la ilusión; conscientes de que hoy por hoy la única oposición somos nosotros mismos.

Un comentario

  1. Escribir en general en función de las interpretaciones de impresiones personales es fácil y hasta queda un artículo bonito, pero simple, falaz, injusto con el grupo parlamentario de Podemos Andalucía y políticamente irresponsable, señor Urías.

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