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¿Tiene futuro la socialdemocracia?

bombero torero

Tres ventajas comparativas caracterizan a la socialdemocracia europea de los últimos tiempos con respeto a los partidos de la derecha conservadora:

  1. La defensa  de la sanidad y la educación publica..
  2. Una naturaleza política y ética mucho más democrática, aconfesional y tolerante.
  3. Una apuesta rotunda por la igualdad de género y por los derechos de las distintas orientaciones sexuales y las minorías.

Estas tres diferencias dibujan un territorio, para nada residual, de demarcación ideológica y política con respeto a la derecha confesional y neoliberal que justifican que gran parte del voto progresista y popular haya ido dirigido a los partidos socialistas.

Pero tras la emergencia del neoliberalismo representado por Tatcher y Reagan, la socialdemocracia y las crisiis del 73 del pasado siglo que comenzó a deteriorar el pacto entre capital y trabajo en las Estados occidentales; la socialdemocracia comenzó a tener serios problemas para mantener la primera ventaja. Ejemplo de respuestas a esta nueva giro neoliberal del capital fueron los gobiernos socialistas de Felipe González, el mandato de Miterrand (a excepción del primer gobierno de coalición con los comunistas) y la desastrosa experiencia de la “tercera vía” de Blair. Eran intentos de mantener lo esencial del Estado de bienestar pero sobre las principios de las políticas económicas neoliberales; privatización, desregulación, reducción fiscal, globalización financiera etc. El resultado fue el fracaso no sólo de las defensa de estos servicios públicos sino también de la opción electoral socialdemócrata.

Pero aunque en la política económica cada vez se parecía más a la derecha quedaba todavía dos ventajas (democracia y derechos) .y en ella se refugio Zapatero por ejemplo para tratar de remontar la caída en barrena de los socialistas españoles y europeos, Se consiguieron cosas importantes en derechos y libertades pero al final la crisis del 2007 acabó arrasando el proyecto de nuevo republicanismo sin que hubiera mas respuesta de los socialdemócrata a la brutal crisis que se avecinaba , Es más, Zapatero terminó su gobierno con un giro aún mas conservador en materia económica: la reforma del artículo 135 de la constitución. En Alemania el otrora referente ideológico dela socialdemocracia europea, el SPD; termino sucumbiendo al enetrar en el gobierno con la CDU presidido por Merkel.

Pero los atentados de Paris de este año ocurridos con un gobierno y una presidencia de la republica socialista, han supuesto el deterioro de la segunda ventaja; la caildad y la intensidad democráticas. Las enloquecidas medidas adoptadas por el gobierno frances ante estos actos terroristas con la declaración del estado de excepción y la reforma autoritaria de la constitución supone el abandono de los principios republicanos, algo que no la derecha de Sarkozy se había a antes atrevido . Esto ha llevado a Hollande y a Valls a superar por la derecha a la misma derecha, empujados por el miedo y la excusa de parales los pies al Frente Nacional de Le Pen. Mucho nos tememos que esta puerta hacia el abismo abierta por los socialista franceses , transiten en los próximos años el resto de los socialistas europeos como demuestra las posiciones adoptada en el parlamento, cada vez mas arrinconado, de la Unión Europea.

La pérdida de esto dos ventajas comparativas no responde a ninguna traición maléfica de los dirigentes aunque así se ha visto por mucho de sus votantes y así sea descrito por el secular maniqueísmo idealista de la extrema izquierda tradicional. No, esta “traición” obedece a respuestsa erróneas de una cultura política que no ha sido capaz de adaptarse a las nuevos cambios y al mismo tiempo se resiste a morir agarrándose, como tabla salva vidas,   a los elementos mas nuevos de sus discursos como son la desigualdad de género y los derechos de las minorías sexuales, la tercera ventaja comparativa.

El fracaso, durante la primera década del siglo XXI, del proyecto   de modernización ecológica, que representaron los gobiernos con los verdes en Alemania, Francia o en Italia; certificaron la enorme dificultad que presenta abordar los retos que plantea la globalización financiera sobre el viejo soporte del pacto entre trabajo y capital que sustento al Estado de Bienestar en el siglo XX. En la era de la globalización financiera y del cambio climáticoel modero reformismo socialdemócrata no era ya suficiente . De   este fracaso tampco se han repouetso gran parate de los verdes europeos.

¿Qué queda pues? ¿La política de genero y de derecho de los homosexuales? Si y por si mismo sería suficiente net para mantener las diferencias pero las coaos en política, como en la vida no funcionan así, troceadas. Las políticas de género están mucho más vinculadas con las políticas económicas y sociales de lo que a simple vista cierta lectura formal nos diría. Si caen los dos ventajas comparativas primeras (economía y democracia) acabará cayendo la tercera o convirtiéndola en una reivindicación retórica políticamente irrelevante.

El panorama futuro de la socialdemocracia no parece pues muy halagüeño y esto es un drama para todos pero especialmente para Europa. Es verdad que existe Corbyn y   los laboristas británicos   que han sido precursores de mucho de los cambios, buenos y malos, en la socialdemocracia europea. Pero solo el tiempo nos dirá si Colby forma parte, por fin, de una respuesta exitosa nate lso nuevos retos; aunque esto se integre y se exprese en nuevos proyectos políticos, o es sólo uno de los últimos estertores desesperados. Ni siquiera sabemos ahora si Colby caerá, antes de debutar en combate, víctima del fuego amigo. En todo caso si el proyecto de Corbyn, u de otros que surjan, tiene éxito ¿prodémos llamar a eso socialdemocracia? seguramente no.