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A propósito del andalucismo y las corridas de toros.

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Soy militante andalucista y estoy a favor de las prohibiciones de las corridas en la que se torture al toro. También hay compañeros y compañeras que están en contra de la prohibición porque priman los elementos culturales y yo los respeto profundamente. El Partido Andalucista no tiene una posición definida como organización y parece razonable que en este tema se opte por la libertad de conciencia frente a una postura monolítica que debería ser acatada por todos, como creo que debe suceder en otras cuestiones relacionadas con las creencias. Hay que ser concientes de la gravísima situación en la que se encuentra el mundo y Andalucía en particular y por lo tanto la necesidad de impulsar la cooperación política dentro de una hoja de ruta muy flexible pero firme en sus elementos básicos. Esta percepción (la extrema gravedad de la crisis) y la consiguiente estrategia (cooperación política para un fin: la transformación radical de nuestra sociedad desde la voluntad de la inmensa mayoría) implica necesariamente formas de organización muy flexibles aunque con las ideas claras, justo lo contrario de la que ahora ocurre: organizaciones muy rígidas pero sin estrategias a medio plazo, basadas exclusivamente en el tacticismo de cómo ganar (o sobrevivir en) las próximas elecciones, sencillamente porque se anteponen los intereses personales a los colectivos. Este es el tuétano de la corrupción política: las ideas se banalizan y  se convierten exclusivamente en una coartada para pedir votos con los que “ganarse la vida” y, si se puede, saquear las a administraciones públicas.

En todo caso también parece razonable pensar que en la actual situación de crisis esta debate tan emocional no constituye una prioridad política en Andalucía aunque la derecha lo va a utilizar para intentar dividirnos. Desde mi libertad de conciencia apoyaré todos los movimientos sociales que fomenten la prohibición de los toros pero desde la instancias políticas opcionales también defenderé la neutralidad colectiva de las mismas ante esta cuestión y sobre otras muchas que aporten mas división que elementos para una cohesión básica entre el análisis político (objetividad y normatividad) y la percepción de la mayoría de la ciudadanía andaluza (subjetividad colectiva y voluntad decisoria).

Lo que también parece razonable es que en esta situación de bancarrota financiera de nuestras administración nadie con un mínimo de conciencia no ya andalucista y de izquierdas sino simplemente humana defienda que haya que dar subvenciones públicas a las corridas de toros cuando no están garantizadas las necesidades básicas de la población (en Andalucía más de 300.000 personas en paro no cobran subsidios) o no hay financiación suficiente para sentar las bases de otro modelo económico.

Sólo la derecha defiende hoy subvenciones a los toros. Hace ya más de seis meses denuncié en esta misma revista que el PP en Andalucía había registrado en el Parlamento una proposición no de ley para “defender, impulsar y divulgar los toros en Andalucía basándose en que el Estatuto promulga el afianzamiento de la conciencia de identidad y de la cultura andaluza”. Y lo hicieron por dos motivos estratégicos: quieren utilizar a Andalucía contra la pluralidad nacional, en concreto contra Cataluña, y contra la conciencia ecológica.

Saben que su proyecto autoritario solo se puede imponer sobre la base de una hegemonía españolista y para ello necesitan manipular y neutralizar la conciencia nacionalista andaluza, la única que cuestiona en la práctica, al reivindicar la existencia de una sociedad andaluza de naturaleza política, la  existencia de una artificial nación española. Nuestra tradición andalucista es al mismo tiempo es leal y respetuosa con la legalidad constitucional y el Estado de Derecho porque considera a la democracia como un fin en sí mismo, consustancial a una sociedad libre.

La derecha sabe también que su proyecto autoritario es incompatible con una transformación ecológica de la sociedad y que para los ecologistas la prohibición de las corridas de toros se ha convertido en un símbolo de identidad política. Precisamente por eso es autoritario, porque la ecología es la única salida social ante la crisis, la derecha quiere crear también una fisura entre Andalucía y el ecologismo. El andalucismo no va a permitir esta manipulación, no solo porque, en su renovación, está acentuando sus contenidos de izquierdas y ecologistas, sino sobre todo porque es inteligente.

6 Comentarios

  1. ¡Qué tiempos estos en que hay que defender lo obvio¡
    Yo creo que hay que respetar a las personas sean estas cuales sean y hagan o digan lo que hagan o digan.. Por eso soy contrario a la tortura, a la pena de muerte, al agravante punitivo de reincidencia o a la cadena perpetua, entre otras agresiones a las personas en cuanto tales. Pero yo no creo, ni nadie cree y el que diga lo contrario miente, que haya que respetar todas las conductas de las personas cuales quieran estas sean. Es decir, que mi respeto por las personas es universal e incondicionado pero mi respeto por las conductas de estas es limitado y condicional. Si no sabemos diferenciar entre las personas y sus conductas es que nos hemos perdido lo .mejor de la democracia y el garantismo. Y como las opiniones son un tipo de conducta (los denominados por Austin “actos verbales o acto de habla”); yo no respeto todas las opiniones aunque respeto de forma absoluta a las personas que las sostengan. Yo no respeto las opiniones que difunden el racismo, la xenofobia, la violencia, el militarismo, el clericalismo o la dominación de género, entre otras muchas. Tampoco respeto las opiniones de aquellos que afirman que no debe prohibirse cualquier forma de crueldad o tortura de animales con el simple fin de la diversión, el supuesto goce estético o el respeto, otra vez el respeto, de la tradición.
    Y por eso me parece lamentable que en el marco de un espacio de izquierdas, andalucista (cuantas veces habrá que recordar lo que pensaba Infante y el andalucismo histórico sobre el maltrato de animales y las corridas de toros) y ecologista se considere y se defienda la tortura y el maltrato animal. La argumentación, por llamarlo de alguna manera, utilizada es tan inconsistente que resulta más un ataque a la legitimidad de las corridas de toros que una defensa. Si nos fuera por el respeto, y la admiración, que tengo a algunas de las personas que defienden esta opinión en los comentarios, ni me molestaría en contestar pues creo que una simple lectura de estos comentarios sirve para alejar cualquier tentación de complicidad que no este ya sellada por la memoria (la tradición) , la sangre ( la vis atractiva de lo trágico) o la droga (adicción emocional e irracional a una práctica deleznable).Mi contestación es a los comentarios, no al post que me parece un magnifico ejercicio de inteligencia política éticamente orientada.
    Veamos alguno de los argumentos expresados en los comentarios:

    – Las “corridas de toros no son una ideología”, no, son algo peor; la expresión cruel, caprichosa y atrasada de una ideología: la del antropocentrismo excluyente que considera a la naturaleza y a los seres vivos como meros objetos o cosas a la libre disposición y explotación de la especie humana. Es decir, la misma ideología que ha dado lugar a la crisis ecológica de la cual la actual crisis es sólo un epifenómeno terminal. La posición de los grupos ecologistas lejos de ser hipócrita, como de manera frívola se le acusa en algún comentario, es la posición más coherente de todas por que lleva años, mucho antes de que algunos se dieran cuenta que vivimos en una crisis estructural, estableciendo en su discurso y en su práctica cotidiana, las conexiones entre microconductas individuales y colectivas (como el maltrato animal) y macroefectos (como la crisis ecológicas). Sin esa conexión entre lo micro y lo macro no se puede entender ni el pensamiento ecologista, ni la complejidad de la vida y de las relaciones sociales. Por eso el ecologismo combate, más y antes que nadie, todas las formas de maltrato y es el precursor de estrategias de crianza (la ganadería ecológica) o de ingesta (el vegetarianismo) que implica una mejora general del bienestar, la protección de los derechos de los animales y de la biodiversidad. De todas formas resulta muy significativo que se defienda la fiesta cruel con el argumento, que implica un reconocimiento implicito de culpabilidad, de que hay otras actividades que también son crueles. ¿Y que? Un asesinato no deja ser un asesinato por mucho de que no sea el único asesinato.
    – Los que atacan a la fiesta cruel no la conocen. Irrelevante y falso. Irrelevante pues no hay que ser un experto en anatomía, en fisiología o neurología del dolor para saber lo que produce la tortura. Ni tampoco hay que ser diplomado en la escuela del alto estado mayor para rechazar la guerra y el militarismo. Falso, pues somos muchos, por ejemplo los andaluces y andaluzas, que conocemos bien la cultura , la historia , el entorno y la realidad de la fiesta cruel , y por que la conocemos bien apoyamos la abolición. Es más reto a cualquier que lo dese a establecer un debate público sobre la fiesta cruel y su “cultura”. Espero que alguien responda a este reto o que, en su defecto, no vuelva a utilizar más este argumento.
    – Los que atacan a la fiesta cruel no ven los otros aspectos de la fiesta. ¿Cuales son esos otros aspectos de la fiesta cruel? . Se me antojan dos: la creación artística y la tradición cultural. Bien, hagamos una concesión dialéctica y admitamos que hay creación artística (cosa que no estoy de acuerdo y que podría discutir en otro momento) y que hay una tradición cultural (tradición que no es tan tradicional y que no es exclusiva ni de Andalucía ni de España). Bueno si admitimos estos “otros aspectos” el problema, la vergüenza en términos de sentimientos morales, es que consideramos legítimo el precio de la tortura y muerte cruel de un animal a cambio del placer estético o de la tradición cultural. Nadie de nosotros admitiría una obra de teatro, por ejemplo, que implicara degollar vivos a una serie de perros o de gatos. ¿Por qué si en los toros?¿Por que es una tradición? Entonces admitimos que la tradición puede ser una fuente de legitimación de actos crueles. La cosa no es baladí, nos ha costado siglos cerrar esa “puerta del infierno” de la tradición para que ahora se entreabra sólo para dar gusto a unos pocos, en algunos días a la cinco en punto de la tarde. Sin lugar a dudas que las personas atracadas o violadas no tiene en cuenta “los otros aspectos” del atraco o la violación, ni las ventajas o el placer que algunos, los verdugos, obtienen del atraco o la violación. . El problema, aquí también, es el precio que hay que pagar por esas ventajas, no que las ventajas existan o no . En fin, nuestra visión, la que debe ser connatural a la izquierda, es la de la víctima no la de los verdugos. Por eso es tan lamentable que algunos y algunas que sinceramente (y no dudode ello) se identifican con ese compromiso ético y cognitivo con las víctimas, en el caso de la tauromaquia, se afilien tan alegremente al lado de los verdugos y exijan una mirada basada en las ventajas y del criminal y no en el sufrimiento inútil y caprichoso de la s víctimas.
    – Las granjas y la ganadería son peor que las corridas de toros. Los ecologistas somos los primeros que hemos denunciado y luchado contra el sistema industrial de producción de carne. ¿Pueden decir eso las organizaciones que defienden a la tauromaquia? ¿O los ganaderos que producen indistintamente carne para comida o carne para tortura?¿Quién es el incoherente?

    – No se preocupan del futuro del “toro bravo”. El toro bravo no existe .No hay ninguna categoría taxonómica que pueda ser identificada como “toro bravo”, en ninguna de las distintas tipológicas y graduaciones taxonómicas existe algo parecido . Lo que se denomina acientíficamente “toro bravo” es un toro, como cualquier otro toro, seleccionado en virtud de la supuesta agresividad, cosa que evidentemente falla en muchas ocasiones (sólo el 15% de los toros de los encartes seleccionados son destinados aq corridas). El toro es una de las especies de mamíferos superiores menos agresivas como corresponde a un mamífero herbívoro. Cualquiera que sepa algo de etología sabe que los mamíferos herbívoros son muy poco agresivos por razones evolutivas obvias Demandar a los partidarios de la abolición un programa para asegurar el futuro del “toro bravo“, es tan ridículo como solicitar un programa de conservación de los unicornios. Por lo demás los toros como especie distan mucho de estar en peligro de extinción y en cuanto a su bienestar es un asunto de bienestar animal en la ganadería, algo que los ecologistas proponemos resolver por medio, como ya he dicho, de la ganadería ecológica y la disminución del consumo de grasas de origen animal.
    – El tema de las corridas de toros no es un asunto prioritario con lo que está ocurriendo a la humanidad. El asunto de la prioridad es uno de los argumentos retóricos más irritante.”Nunca es prioritaria la ducha para la agenda del guarro”, dice un refrán flamenco (de Flandes, claro). Pues en esto pasa lo mismo: todos y todas las que siempre dicen que la abolición de las corridas de toros no es prioritaria, dedican horas y horas a demostrar, más bien a gritar, que no es un asunto prioritario. Y estos son también los mismos que no están de acuerdo con la abolición. Da que pensar ¿verdad?. El mismo interés en demostrar que no es prioritario demuestra que , al menos, para los que esto afirman , si que es un asunto prioritario. Pero la vacuidad del argumento es aún de mayor calado. Muremos como la extensión de este argumento llevaría al absurdo de la abolición no de la tauromaquia sino de la acción política y de la gestión pública en si misma.¿Por que preocuparse por el alumbrado, por las solerías, por el teatro, por el deporte, por la tasa de basuras o por tantas y tantas cosas en medio de esta crisis devastadora?¡Que frivolidad preocuparse de los parques y jardines con tanto millones de parados¡ ¿Ridículo verdad? pues aplíquense el cuento.¿Quién ha dicho que la abolición de las corridas de toros implica despreocuparse o dejar de priorizar la gravedad de la crisis? ¿A los ecologistas nos van a decir que el asunto de la crisis es central y grave?. Lo dicho: “Nunca es prioritaria la ducha en la agenda del guarro”.
    Por último, me sorprende que mujeres feministas defiendan a esta quinta esencia del españolismo más machista que es la tauromaquia. Pues son las mujeres las que fundaron las primeras asociaciones de defensa de derecho de los animales, son mujeres las que han luchado más por la abolición de las corridas de toros, son mujeres las que forman las organizaciones animalistas. Son mujeres feministas que han entendido que la lucha contra la violencia y la opresión, contra la injusticia y por la igualdad no puede detenerse en las puertas de nuestra especie por que es la misma lucha.
    No es bueno confundir en estos debates públicos los asuntos emotivos privados y con las razones públicas.Mi padre, por ejemplo, fue un magnífico y honrado contable ¿debo yo por esto ofenderme cuando alguien responsabiliza a la “contabilidad financiera virtual” de la crisis?.En fin, aunque ya se que el hecho de que alguien indeseable apoye una causa no convierte a la causa en indeseable, es cierto. Y se también que indeseables hay en todo lados. Yo, y esto es, permítanmelo, personal, no estaría muy orgulloso de compartir barricada con el ABC, La Razón, el PP, la extrema derecha españolista, UPYD o los, estos si que son indeseables, caballeros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, andalucistas de toda la vida sino que se lo cuenten a Blas Infante.

  2. Yo también coincido con Pilar. Y Rafa es uno de los andalucistas más honestos y más lúcidos que conozco. Y me molesta el autoritarismo de prohibir y detesto la hipocresía de los que siendo autoritarios utilizan la libertad como coartada.
    Pero, sobre todo, creo que los andaluces y el conjunto de la Humanidad tenemos en estos momentos algunas cuestiones previas y prioritarias que resolver en las que, como dice Antonio Manuel, nos va la vida.

  3. Coincido con Pilar.
    Y respeto a Rafa.
    Y creceremos cuando otros actúen de manera similar: coincidiendo con Rafa y respetando a Pilar.

  4. No me cabe duda que la derecha nos quiera dividir, pero también dividen muchas opiniones desde ciertos sectores de la izquierda sobre las corridas de toros. Habrá que decir también que hay gente de derecha que está a favor de la prohibición, que las corridas de toros, no son una ideología ( hasta ahí podríamos llegar).
    Se siguen sin entender, Y los que hablan de ellas , desconocen por completo su significado y se limitan a hablar del sufrimiento del animal.
    No entiendo la hipocresía con la que se encara este asunto, mucha mas hipocresía por parte de los grupos ecologistas que por la de otros grupos. Yo firmo la prohibición, si se prohibe cualquier acto de maltrato animal y de sufrimiento animal (que, por otro lado, se está presentando al estilo Disney. le falta la banda sonora) en el que se incluyan todos los mataderos , y que se le dé una solución clara, concreta y real a la supervivencia del toro bravo si las corridas , alguna vez , desaparecieran.
    Mucho me temo que el toro es lo que menos importa en este caso porque no he oido jamás una alternativa a su conservación, que no sea un zoológico, claro, ya que los zoológicos también hay que prohibirlos si se es coherente, porque, no sabemos el sufrimiento sicológico que provoca en un hipopótamo -por ejemplo- estar en un charco sucio toda la vida, seguro que mas que el de un toro bravo en libertad por una marisma y una muerte digna, luchando, ante el respeto y la admiración (ya sé, ya sé, que esto no lo vais a entender en la vida).
    Yo soy ecologista, de izquierda y nacionalista andaluza y estoy a favor de las corridas de toros. Si hay que revisar algunas cosas, que se revisen, si hay que cambiar otras, que se cambien, pero utilizar a estas alturas, con la que está cayendo, al toro como elemento de enfrentamiento, discusiones, leyes, prohibiciones o bandera, me parece irresponsable y patético, venga de quien venga. Son otras las prioridades y otros los sufrimientos que deben atenderse antes. Y mas coherencia, por favor.

  5. Yo esoy de acuerdo de que el sufrimiento por el sufrimiento es un lujo que no nos debiamos de permitir, pero de todos los animales, desde el que nos comemos hasta el hombre. Solo el que defienda estos conceptos lo veo coherente.

  6. Genial. Lo suscribo desde el principio hasta el final

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