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LA NUEVA OLIGARQUÍA (DEMOCRACIA PARA DERROTAR AL FASCISMO. CUARTA PARTE)

Rafa Rodríguez (*)

Lo que caracteriza nuestro tiempo es que la oligarquía, como salida frente a la crisis provocada por la globalización, pretende volver al control directo sobre el Estado y para eso necesitan acabar con la democracia.

Entre los grandes problemas que ha generado la globalización destaca la crisis ecológica que, frente a las anteriores crisis en los modos de acumulación del capital, es de naturaleza objetiva y global, cuyas soluciones exigen cambios estructurales en el capitalismo que alteran las actuales relaciones de poder en las que la nueva oligarquía tiene una posición de dominio

La globalización rompió el cierto equilibrio de fuerzas entre los sectores populares y la oligarquía al ampliar los mercados a todo el planeta, concentrando un enorme poder y consiguiendo que el neoliberalismo fuera asumido por buena parte de la opinión pública y de los gobiernos. Los partidos de los trabajadores perdieron masa crítica y la clase obrera se ha difuminado como sujeto político.

Al mismo tiempo la globalización ha generado problemas, como la crisis ecológica o de desigualdad, que tienen una naturaleza transversal por lo que también afectan a la clase media. La oligarquía solo tiene asegurada el respaldo de la clase alta que sigue comportándose como un sujeto político.

Al trasladarse la crisis al ámbito global, los campos del conflicto político se han escindido en dos espacios, el tradicional en el interior de los Estado y el ámbito global.

La oligarquía, apoyada en el neofascismo tecnológico está actuando sobre los dos espacios. En el espacio global ha tomado el poder en EE.UU. desde donde ha pasado a la ofensiva para destruir el débil orden internacional.

La utilización de la violencia extrema en el ámbito internacional, como en el genocidio que está llevando a cabo el gobierno de Israel contra la población palestina, puede sentar las bases para su utilización en el ámbito nacional, ya sea desde el Estado, como está ya ensayando Trump en EE.UU. con los inmigrantes o en España por grupos fascistas tal como ha ocurrido en Torre Pacheco.

En el interior de los Estados, la oligarquía actúa a través de los partidos de la extrema derecha y de las derechas que han pactado con ellos, con un sistema híbrido de control activando por una parte de forma directa el dominio que tienen sobre sectores del Estado profundo (jueces, cuerpos de seguridad, altos funcionarios) y por otra  influyendo en la opinión pública a través de los medios de comunicación y las redes sociales propagando bulos con un relato negacionista y con líderes autoritarios y estrafalarios, aunque este negacionismo (cambio climático, feminismo, migraciones estructurales, desigualdad social, etc.), los hacen vulnerables cuando gobiernan porque vacían al Estado de su función social.

(*) La imagen representa una obra del pintor Xesús Vázquez, (Pentes, Ourense,1946), una figura clave en el desarrollo de la pintura española desde la década de 1980.

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