Rafa Rodríguez (*)
Empezamos un trabajo dividido en cinco partes para analizar porqué hoy más que nunca es imprescindible la defensa de la vía democrática como fin y como medio para parar a la ultraderecha y avanzar en derechos y libertades.
En la primera parte tratamos las dos vías alternativas para la lucha en el conflicto social (la vía democrática y la vía no política) y cómo una parte de la izquierda ha optado por el vacío como estrategia, lo que las conduce a la marginación por su desconfianza hacia el Estado democrático. Por eso es clave distinguir al Estado históricamente controlado directamente por la oligarquía (Estado liberal censitario), del Estado democrático.
En la segunda parte vamos a profundizar cómo los sectores excluidos del sufragio han transformado al Estado liberal censitario en el Estado democrático, basado en el sufragio universal y las libertades, al mismo tiempo, que la fortaleza del movimiento obrero organizado conectó la lucha democrática con el despliegue progresivo del Estado del bienestar.
En la tercera parte, vamos a describir cómo los partidos políticos tienen una función básica en el sistema político democrático, delimitando los conceptos de proceso político, sistema político y sistema de poder político.
En la cuarta parte defendemos la tesis de que lo que caracteriza nuestro tiempo es que la oligarquía, como salida frente a la crisis, pretende volver al control directo sobre el Estado y para eso necesitan acabar con la democracia, con la falacia de que puede haber bienestar y desarrollo económico sin democracia[1].
En la quinta parte, ofrecemos una alternativa basada en la defensa y el fortalecimiento del Estado democrático; la necesidad de construir mayorías sociales y gobiernos progresistas; los procesos electorales como el centro de la política democrática; escuchar las demandas de las clases populares y transformarlas en derechos y hacer efectiva la unidad de la izquierda en una construcción federal. Esta perspectiva, en nuestro tiempo y en nuestro espacio, se concreta en lograr un gobierno progresista en la Junta de Andalucía.
(*) La imagen representa una obra del pintor Xesús Vázquez, (Pentes, Ourense,1946), una figura clave en el desarrollo de la pintura española desde la década de 1980.
[1] Emilio Delgado. Antipolítica, la salita de espera del autoritarismo. elDiario.es 3 de agosto de 2025
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