Rocío Cruz
Soy estudiante de Derecho y hoy escribo con indignación. He dedicado años a estudiar la Constitución, los tribunales y las garantías que protegen a todos los ciudadanos. Pero esta semana he presenciado algo que jamás debería ocurrir en un país que presume de ser democrático: se ha filtrado un fallo judicial sin sentencia, sin fundamentos jurídicos y sin motivación.
Sí, fallo sin sentencia. Decisión sin explicación. Resolución sin razones.
Un atropello a nuestra Constitución
El artículo 24.1 de la Constitución Española reconoce el derecho a la tutela judicial efectiva, que incluye la obligación de motivar las resoluciones judiciales. El Tribunal Constitucional lo ha reiterado en numerosas sentencias —STC 14/1991, 55/1993, 215/1999, entre otras— dejando claro que:
> No basta con un fallo; es imprescindible la exposición razonada de los fundamentos jurídicos que lo sustentan.
Entonces, ¿cómo se puede aceptar que el resultado de un juicio se haga público sin haber proporcionado antes la sentencia íntegra y motivada?
No es solo una irregularidad: es inadmisible democrática y jurídicamente.
La justicia sin transparencia no es justicia
La Ley Orgánica del Poder Judicial (art. 120.3 CE y art. 245 LOPJ) exige que las resoluciones judiciales sean motivadas. No es un detalle técnico ni un trámite: es el muro que protege contra la arbitrariedad.
- Sin motivación no hay control.
- Sin control no hay garantías.
- Sin garantías no hay justicia.
Y para colmo, la filtración del fallo se produjo el mismo día del 50 aniversario de la muerte de Franco. ¿Coincidencia? Puede serlo. Pero simbólicamente resulta devastador. Ese día la sociedad recordaba un régimen en el que los tribunales actuaban sin rendir cuentas… y justo ese día se anuncia un fallo sin la motivación que exige el Estado de Derecho.
No podemos mirar hacia otro lado. No va de ideologías: va de democracia
Da igual quién esté implicado en el caso. Da igual si alguien simpatiza o no con la persona afectada. Lo que está en juego es el sistema que garantiza nuestros derechos. Si hoy se puede difundir un fallo sin sentencia motivada, ¿qué impide que mañana se aplique la misma práctica a cualquier ciudadana o ciudadano?
La independencia judicial no se protege con opacidad.
Se protege demostrando que las decisiones se adoptan con base en el Derecho.
Lo que exijo
Como jurista en formación y como ciudadana, me niego rotundamente a normalizar lo ocurrido.
Las garantías constitucionales no se negocian. No se reducen. No se filtran.
Por eso exijo algo básico, legítimo y profundamente constitucional:
La publicación inmediata de la sentencia completa, motivada y fundamentada en Derecho.
Transparencia absoluta respecto de las pruebas valoradas y de los razonamientos jurídicos aplicados.
Respeto total al derecho a la tutela judicial efectiva de todas las partes, sin excepción.
No estoy pidiendo privilegios.
Estoy pidiendo que se cumpla la Constitución.
Hoy escribo indignada, sí, pero también firme. Este episodio no puede convertirse en precedente. Las democracias no se destruyen de golpe: se erosionan cuando aceptamos pequeñas renuncias a nuestros derechos.
Y yo no pienso aceptarlas.
Porque cuando la justicia deja de explicar sus motivos, deja de ser justicia… y empieza a parecerse peligrosamente a otra cosa.
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