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Respuestas que ayudan a abandonar un debate con magufos

Papa

 

Manuel C.D.Las conspiraciones, ideas alocadas, magufadas varias y negación de realidades científicas siempre han existido, pero Internet las ha amplificado de tal manera, que muchas de ellas calan en la sociedad y las podemos ver en películas, en programas esotéricos de televisión o incluso en los carteles que adornan las acampadas del 15-M. Intentar refutar estas ideas es una tarea ardua pero necesaria. Una vez, Eugenie Scott, que lleva años peleando para que el creacionismo no se adueñe de la educación científica de su país, nos comentó en este medio que «contra un discurso equivocado hay que mostrar el discurso correcto».

Esto es válido cuando tu interlocutor está dispuesto a debatir, para aquellos que realmente tienen dudas y están abiertos a aprender. Pero los que viven de estos cuentos o los apoyan de forma incondicional, más allá de la razón, argumentan de tal forma que son imposibles de mantener un canal de intercambio de opiniones abierto. Algunos se comportan como simples ‘troll’ copiando un pegando textos que no son suyos sin mostrar interés en el debate; eso cuando no insultan o menosprecian directamente sin aportar nada de interés a la conversación. Pero en ocasiones se producen argumentaciones que pese a que llevan a un callejón sin salida, tienen su gracia, ya sea por la capacidad de dinamitar cualquier réplica posterior o porque muestran hasta donde pueden llegar una neuronas poco engrasadas.

Expongo aquí algunas de esas respuestas paralizantes que me he encontrado en mis tres años de bloguero. No llegan al nivel de nuestro querido “Profeta Aneuronado”, pero creo que muestran las verdaderas ganas que algunos tienen en seguir una conversación en el ciberespacio.

 

  1. Un creacionista afirmó un día «no existen fósiles de transición», a lo que respondí «sí que existen, por ejemplo tenemos el Tiktaalik o el Ambulocetus«. La respuesta desiquilibrante del creacionista fue: «Ya, pero no son suficientes».
    Hábil respuesta, al incluir el vago ‘suficiente’, sin especificar el valor del ‘suficiente’. Más bien deja claro que da igual cuántos se presenten, siempre serán insuficientes. De esa forma transforman un «tengo la pruebas que buscas» en un «teoría es incompleta por falta de datos». Jugada hábil, pero falaz.
  2. Un miembro de ese colectivo llamado anti-vacunas me comentó: «las vacunas son malas, incluso producen autismo». Le respondo que no sólo no son malas, sino que suponen un pilar de la medicina preventiva, ya que inmunizan contra enfermedades infecciosas. Además, la publicación donde se muestra la relación vacuna-autismo ha resultado ser un engaño, los datos estaban amañados. Supongo que al verse atrapado lanzó una respuesta poco común: «las enfermedades no tienen nada que ver con los microbios, están relacionadas con cambios de estado de ánimo; lo de los microbios es un invento de las farmacéuticas». Es difícil responder manteniendo la calma. Toda la información que esta persona necesita (porque claramente la desconoce) está en los libros de microbiología e inmunología. Sin embargo, parece que las fantasías anidan fácilmente en la azotea de algunas personas.
  3. Una persona que niega la existencia del virus VIH me pidió una foto de ese virus. Con gran facilidad encontré una enorme cantidad de fotografías publicadas en diversos artículos científicos a los cuales se puede acceder con buscadores tipo PubMed. Cuando le enseñé esas fotos su respuesta fue «eso no puede ser el virus VIH porque tal virus no existe». Círculo vicioso del que no es posible salir, «enséñame foto de virus porque no lo he visto», y cuando se muestra «eso no puede ser porque no existe». Ideas preconcebidas que no pueden ser desterradas ni por operación quirúrgica.
  4. Hay gente que llega a afirmar que hay un agujero en el Polo Norte por el que se accede a un interior planetario iluminado y habitado (no es coña). Es difícil debatir con alguien que piensa eso, hay que mantener la compostura. Tenemos montones de argumentos geológicos contra esa afirmación, pero en ocasiones recurro a uno de tipo práctico: «Hay muchos aventureros que han llegado hasta el polo Norte y jamás han notificado ni filmado ningún agujero». Una respuesta que me hizo reír durante un buen rato fue: «Confías demasiado en esos aventureros». Hombre, algo más que en un grupo de gente que alucina por Internet sí confío. Es lógico pensar que un aventurero, que tiene un tamaño de ego por todos conocidos, se quedaría calladito e impasible si descubriese que hay un agujero por ahí arriba capaz de comunicar con el interior de la Tierra.
  5. Los amantes de los OVNIs también dan bastante juego. Una frase que podemos leer últimamente en muchos blogs es la afirmación de que «hay informes de la CIA y el FBI que demuestran la existencia de extraterrestres». Cuando les pido que los muestren desaparecen y cuando les informo de que «los informes desclasificados hasta el momento no demuestran en absoluto esa existencia» no se despeinan. Uno de ellos me mostró un argumento de peso: «Es que los informes que dicen eso no han sido desclasificados». Claro, claro, y resulta que todos los comentaristas y blogueros conocen el contenido de documentos celosamente guardados por las administraciones estadounidenses. Me pregunto si los empleados del FBI van a los archivos por datos o consultan algún blog en particular para ahorrarse el viaje.
  6. Un tema estrella es el de la medicina alternativa, con frases del tipo «la homeopatía (pongáse aquí cualquier otra terapia de eficacia no probada) funciona». Ante la clásica y rigurosa respuesta «los meta-análisis muestran que su efectividad es similar a la de un placebo», hay una réplica que la considero de premio: «Para que la homeopatía (pongáse aquí cualquier otra terapia de eficacia no probada) cure tienes que tener fe en ella». Ahí está el secreto. ¿Y por qué narices gastar una pasta en pastillitas de lactosa cuando con unos rezos diarios se puede conseguir lo mismo? En terrenos de fe prefiero al gran Jefe.
  7. Algunas de los debates más bizarros y kafkianos que he tenido han sido sobre el tema del diseño inteligente. La capacidad de enredar y de escribir párrafos gigantes sin mensaje alguno sólo me lo había encontrado en discursos de políticos en apuros. Debe ser porque muchos de los predicadores del DI son pastores o abogados, profesiones, por otra parte, muy relacionadas con la biología evolutiva, como todos sabemos. La complejidad irreducible es uno de los temas estrella, y aún sin saber lo que significa argumentan que ésta refuta la evolución. Cuando se replica que las estructuras que han sido postuladas como irreduciblemente complejas en realidad no lo son (como se puede comprobar en diversos artículos indexados en el PubMed), y que su origen puede ser explicado mediante adición de diferentes componentes funcionales, hay una respuesta muy repetida y hábil: «Ya, pero hay otras estructuras que sí son irreduciblemente complejas». Lo que nunca te dirán cuáles son esas «otras», para que parezca que el debate continúa cuando en realidad acabó hace tiempo.
  8. El tema de los espíritus, almas y fantasmas también da mucho juego, ya que a él se apuntan personas muy religiosas o amantes del ‘New Age’ de elevada espiritualidad y conciencia. Cuando empleo el argumento de que no existe la menor evidencia de que existan entes inmateriales capaces de manifestar propiedades humanas, una de las respuestas que más me divierte es el clásico «yo conozco varias personas que los han visto y los han sentido». Si tuviera que enumerar lo que algunas personas que conozco me han llegado a comentar, los espíritus correrían a esconderse, os lo aseguro. Pero bueno, este es el típico argumento del testimonio del desconocido que, por increíble que parezca, es un clásico que funciona desde tiempos inmemoriales. Debe ser que los humanos somos amantes del chisme y de creer lo primero que se nos cuenta.
  9. Una paranoia muy moderna, producto de los aviones a reacción, es la de los ‘chemtrails’: aviones que nos fumigan con vete a saber qué cosa (pero malo, muy malo, tan malo que merece ser contado, pasando por caja antes). Existe una explicación que cualquier meteorólogo podría dar en un minuto: estelas de condensación formadas por vapor de agua. Pero es muy simple para los amantes de las conspiraciones. Entre las respuestas más divertidas que he tenido ocasión de leer está aquélla que me comentaba que «cuando aparecen esas estelas empiezo a encontrarme mal». Parece que la visión de líneas en el cielo le produce alergia. Eso sería digno de ser estudiado en las facultades de medicina

 

En resumen, está muy bien debatir para refutar los camelos, especialmente cuando son temas relacionados con la salud, pero hay determinados argumentos ante los cuales lo mejor es abandonar el debate porque en realidad no son argumentos de discusión, son vías muertas que no conducen a ninguna parte, frutos de neuronas aletargadas.

Publicado en : http://lacienciaysusdemonios.com/2011/06/08/9-respuestas-que-animan-a-abandonar-un-debate-con-magufos/

Un comentario

  1. Hola, soy el artículo del artículo que publicáis. Debeis cambiar el enlace final «publicado en» por la fuente original: http://lacienciaysusdemonios.com/2011/06/08/9-respuestas-que-animan-a-abandonar-un-debate-con-magufos/

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    Saludos
    Manuel

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