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Hablemos de Venezuela, Albert Rivera

hablemos de venezuelaEl líder de la nueva derecha, tan injusta y sádica como la antigua, se ha marchado hasta Caracas para, dice, “defender a la mayoría social y los derechos humanos”. Ojalá fuera verdad una intención tan noble y no fuera una estratagema de campaña para asustar y meter miedo a la gente sobre Unidos Podemos, la coalición de izquierdas que puede ganar al PP y situarse como alternativa real en las elecciones del 26J.

Albert, te has ido demasiado lejos para hablar de democracia, derechos humanos y mayoría social, muchacho. ¡Con lo fácil y barato que te hubiese salido hablar de esos valores en España! ¡Con la de veces que has votado en contra de los derechos humanos, la democracia, la libertad y la mayoría social en el Parlamento de Cataluña y en el Congreso de los Diputados!

Es una pena que en España no defiendas el artículo 35 de la Constitución que tanto nombras en vano. En su artículo 35 dice que todos los españoles tienen “derecho al trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades”. Sin embargo, a tu defensa de la democracia y la mayoría social no le parece importante que casi el 50% de los españoles cobren menos de 650 euros y que más de un 20% no pueda disfrutar del derecho al trabajo. ¿Por qué votas en contra de derogar la reforma laboral que viola el artículo 35 de la Constitución? La esclavitud en España quedó abolida en 1872, recuérdalo, moderno.

Dices también que defiendes para Venezuela la libertad de expresión, incluida en el artículo 20 de la Carta Magna española. ¿Por qué en España no has salido a defender a los periodistas que han sido despedidos de El País, El Mundo y tantos otros medios por ejercer su derecho a la información?

¿Por qué la libertad de expresión y el derecho a la información sólo te parece mal si se viola en Venezuela y no cuando un informativo, de esos que tanto te adoran, dice que Podemos ha invitado a Otegi al Parlamento Europeo a pesar de ser mentira, pero muy útil porque forma parte de la campaña de miedo ejercida por los grandes poderes económicos, de quien tú eres portavoz?

Dices defender también la libertad ideológica y, por tanto, abogas por la salida de prisión de los presos políticos de la oposición venezolana. El artículo 16.1 de la Constitución Española dice que “nadie puede ser privado de su libertad” por razones ideológicas.

¿Por qué no sales en defensa de las más de 300 personas procesadas en España por defender sus derechos laborales? ¿Por qué te sitúas en contra de la libertad de creación artística, artículo 20, y aplaudes que dos titiriteros sean encarcelados por representar una obra de teatro que a quienes sois de derechas os parece de mal gusto? ¿Por qué si defiendes la democracia y estás en contra de las dictaduras te saliste del Parlamento de Cataluña para evitar votar una condena expresa a la dictadura franquista?

Eres más atrevido incluso y te permites defender el derecho a la propiedad privada en Venezuela. ¡Albert, qué vives en España, querido! El artículo 33.1 de la Constitución Española, esa que tanto usas en Venezuela y de la que te olvidas en España, protege el derecho a la propiedad privada. ¿Sabes que los bancos vulneran ese derecho al desahuciar a más de 500 personas al día en España? Sí, en España quien no respeta la propiedad privada son los bancos, no los comunistas. Respetan la propiedad privada para unos pocos, no para la mayoría social.

¿Sabes también que la vivienda es un derecho humano, incluido en el artículo 25.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el 47 de la Constitución? Sin embargo, llamas populistas a quienes defienden en tu país que los bancos rescatados con dinero público no pueden, porque no tienen autoridad moral ni jurídica después de haber sido rescatados por el Estado a 2.200 euros por cada españolito y españolita de a pie, lanzar a las cunetas del sistema a cientos de miles de familias sin ingresos?

Dices igualmente luchar contra la pobreza en Venezuela y el desabastecimiento de sus supermercados. ¿Por qué no te centras en el tercio de la población española, pobre de solemnidad, y que sufre de desabastecimiento en la nevera de su casa? ¿Por qué, Albert, no te centras en hacer cumplir la Constitución Española y defender en España la democracia, la libertad y los derechos humanos?

Ya puesto, dado que andas por Venezuela, te podrías pasar por Brasil, donde su gobierno democrático, elegido en las urnas, ha sido derrocado por un golpe de Estado de hombres –sí, no hay mujeres- de ultraderecha vestidos, como tú, con elegantes trajes de Armani anudados con finas corbatas, financiadas por el mundo financiero internacional que ha decidido que las políticas sociales de Dilma Roussef van en contra de su libertad para explotar a quien no tiene dinero para comprar libertades.

Céntrate en España, hombre, que la capital de España es Madrid y no Caracas. La gente empobrecida de tu país a quien tiene miedo no es a Nicolás Maduro, sino a gente como tú, que aboga por que nada cambie para que los de siempre sigan ganando a costa de los nadie, quienes están pasando necesidades por encima de la Constitución Española, la democracia, la libertad y los derechos humanos de los que te olvidas en cuanto pones un pie en el Aeropuerto de Barajas.

@RaulSolisEU 

Un comentario

  1. ¡Pero qué cantidad de barbaridades!
    Es tal el dislate que dedicarse a fundamentar una crítica al artículo sería agotador, por cuanto no hay renglón que se salve. Confío en la comprensión lectora y el raciocinio del lector. ¡Madre mía!

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