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Mercado político, teoria de juegos y empresas engañosas ( del 15M a Ciudadanos)

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Hace ocho meses, en abril del 2015, publicamos esta análisis de coyuntura . Eran los momentos de aparente caída de Podemos y de ascenso de Ciudadanos, no había llegado todavía la maravillosa remontada de las ultimas semanas. En este post establecimos identificamos dos factores que determinarían la evolución del «mercado político»: uno era la crisis (exógeno), este hasta el momento ha sido neutralizado por el maquillaje de cuentas realizado en los últimos meses por el BCE y el gobierno de Rajoy Y el segundo factor, el mas interesante a efectos del análisis propuesto; la dinámica del mercado político y los movimientos del oligopolio bipartidista. Los efectos perversos que ,habíamos previsto,  de la estrategia  «empresa engañosa» han ocurrido en parte y eso explica que junto con la persistencia  e  inteligencia  de la estrategia de Podemos, al final  esa operación este hoy a punto de sucumbir. Al oligopolio bipartidista le queda todavía muchos ases en la manga para jugar pero menos que hace ocho menees, algo es algo que no es poco y todavía  queda por volverá escena  el factor exógeno (crisis) , no se puede seguir maquillando al muerto eternamente.

Supongamos un mercado político oligopólico (bipartidismo) donde la moneda son los votos, los bienes son las ofertas políticas y los consumidores son el cuerpo electoral. Este mercado oligopólico ( como casi todos los oligopolios y monopolios) tiene pocos incentivos pata la mejora de la oferta electoral, carece de competitividad. Esta ausencia de competencia efectiva ha deslizado al mercado por una pendiente de pérdida de calidad de la oferta política ( políticas públicas) y de aumento de los precios ( corrupción. opacidad, ineficiencia burocrática, selección adversa negativa del personal político). A esta situación de bloqueo oligopólico de los estímulos internos para la mejora se le une la presión de un factor externo que lo encarece todo: las crisis económica del 2007. Estos dos variables internas (oligopolio) y externas (crisis) hacen que la insatisfacción de los consumidores aumente y alcance umbrales de posibilitan que se generen conductas rebeldes. Entendemos por “conductas rebeldes” la salida ( la emigración o la abstención) o de voz (la formulación explícita de demandas de cambio de las reglas del juego). Dado el carácter oligopólico del mercado político español los consumidores se ven obligados a la continuidad insatisfecha ( seguir votando alternativamente a los de siempre), la salida (la abstención) o la voz (formular una demanda política)

De esta situación se apercibe un sector social que es el primero que reacciona a través de la salida (emigración y bajos índices de participación electoral). Esta primera reacciona ni satisface a todos , ni ocupa un lugar principal en la escala de preferencias ni se percibe como útil para cambiar el oligopolio. Y entonces ese sector opta por la voz y articula una demanda social: esto es el 15M. ¿Quiénes son eso sectores? Pues aquellos que tienen una mayor información y formación , unas expectativas de futuro mas amplias y mas frustradas y una habilidades comunicacionales mas eficientes y modernizadas que el inmovilismo del mercado político oligopólico ha despreciado. Por ello este sector de los consumidores localiza donde está el núcleo organizacional del oligopolio: las reglas de la competencia (la ley electoral) y el flanco de débil: el diferencial creciente entre costes y benéficos que implica la corrupción. Se trata de una demanda factible entorno a la cual se puede aglutinar a la mayoría del mercado político. Esto es , insisto, el 15M. No por causalidad la convocatoria original del 15M del 2011 es a una movilización, demanda activa en la calle ;para exigir la modificación de la legislación electoral. Lo que el 15M demanda es un mercado político más trasparente (anticorrupción), más abierto (plural) y más competitivo (equitativo y eficiente) Sin esta modificación de las reglas del juego las ofertas políticas del oligopolio no tendrán ningún incentivo para cambiar y mejorar y seguirán incrementando sus precios y bajando de calidad de la oferta. Claro que el 15M iba mucho más allá en la demanda pero prioriza la reforma de las reglas de la competencia sobre el debate del tipo de oferta política sustantiva porque sin cambiar las reglas es imposible cambiar las ofertas políticas. La inteligencia estratégica de las inteligencias colectivas populares que el 15M puso de manifiesto introdujeron un nuevo horizonte de respuesta al oligopolio y a la crisis a la vez. El miedo no había todavía cambiado de bando pero la ilusión si. El 15M se construye como demanda de consumo al bipartidismo y como vector de empoderamiento de los consumidores que están en la mas precaria de las situaciones. Pero el 15M no se constituye como empresa política sino como empresa cultural y mediática de los consumidores políticos. Luego ante el fracaso de la demanda continua como empresa cultural pero también se trasmuta en vivero de empresas cooperativas ( la experiencias cooperativas económicas) y de servicios de defensa de los consumidores más vulnerables ante los efectos más lacerantes de la crisis ( Stop Desahucio, por ejemplo).

De la experiencia colectivas de luchas y de organización y de la frustración de la demanda ante el oligopolio nace el paso de demandantes a ofertantes, de consumidores a empresa política que supone una nueva empres política; eso es Podemos. Por eso hablan tanto de que no son políticos en busca de electores sino electores (consumidores) en busca de políticas ( empresas y ofertas).

Podemos para romper el oligopolio sigue la estela del 15M y centra su oferta como empresa política la competitividad y la eficiencia del mercado político español respondiendo así la demanda transversal que el 15M elabora y que el oligopolio no puede satisfacer. Cierre oligárquico ( la casta) , corrupción, bipartidismo, honestidad ( gente decente), participación, son lemas que son usados por un nuevo tipo de marketing político que el oligopolio ni huele por que no lo ha necesitado hasta ahora. Se trata de una oferta de “sentido común. Si el 15M se un movimiento de consumidores que demanda cambios en la oferta ( competitividad), Podemos es un a empresa política que hace la única oferta que es capaz de satisfacer una amplia ( mayoritaria) demanda capaz de romper el mercado oligopólico a partir y d reformular las reglas del mercado político y abrir los “candados de la transición” (“proceso constituyente”).

Inicialmente tanto las primera salida al mercado ( elecciones europeas) como los estudios de opinión (encuestas) muestran que la oferta política transversal de Podemos responde a una demanda real mayoritaria. Y aquí es donde no sólo la ilusión sino el miedo cambia de bando y se desata la histeria antipodemos. Ya no es posible mirar para otro lado como ocurrió con el 15M o abordar de manera represiva a los focos de resistencia social (como en stop desahucios). Estamos ante una amenaza real contra el poder de la oligarquía allí donde mas sensible son las empresa políticas ; en el mercado de votos. La oligarquía no puede vivir sin las empresas políticas .Las empresas políticas al igual que cualquier otro tipo de empresas solo reaccionan cuando se amenaza sus cuotas de mercado (o cuando con inteligencia e información son capaces de anticipar en el tiempo estas amenazas). La reacción era inevitable, la única la duda se cernía en cuanto tiempo tardarían en articularla y con que estrategias.

Las trasmutación pues del 15M de consumidores en empresarios políticos era un paso lógico, aunque no inevitable. Lógicamente Podemos como nueva empresa política emergente solo podía competir contra el todopoderoso oligopolio sobre la base de una oferta transversal. Pero en Podemos, como en el 15M, esta oferta no era inocente y contenía un proyecto estratégico que iba mucho más allá de una remodelación de las reglas del mercado electoral e iba dirigida a una reforma global del mercado político. Pero la condición de posibilidad de que esa reforma política se realizara era aprovechar “las ventanas de oportunidad” que la crisis del oligopolio abrían.

Por eso las exigencia a Podemos de que fuera mas allá de la oferta transversal era propia de las pequeñas y complementarias empresas políticas de la “izquierda de la izquierda” que no entendieron al 15M ni tampoco han entendido la hipótesis Podemos. Y no lo entendieron no sólo por falta de luces y por mezquindades personales, que también, sino fundamentalmente porque esas pequeñas empresas de la “izquierda de la izquierda” eran parte también, de manera no intencional seguramente, del oligopolio y cumplían una función de estabilización, homeostáticas, como las vacunas, del mercado político español. Al ser la empresa vamos, de la insatisfacción de los consumidores. Podemos era una amenaza para ese merado y por tanto era también una amenaza, en su pequeña alícuota parte, para ellos. Por eso reaccionaron con un virulencia dialéctica solo aparentemente incomprensible.

Pero finalmente la oligarquía reacción y forzó la reacción de las empresas políticas del oligopolio ¿Cual ha sido esta reacción? :

(a) El reforzamiento del pacto oligopó entre la empresa PP , la empres PSOE y la monarquía (con la sucesión de Felipe VI). Los intereses de empresa de cada una de estas dos marcas pasan a ser secundarios frente al mantenimiento del mercado tal como está diseñado en la actualidad. Un ejemplo de esto han sido las elecciones andaluzas.

(b) El intento de enclaustramiento de la nueva empresa política emergente en los nichos de mercado muy limitados de las pequeñas empresas de la “izquierda de la izquierda”. Ha sido el bipartidismo el que a través del marketing político de los medios de comunicación han estado mas interesados que nadie en demostrar que la oferta de Podemos no era real, ni nueva pues detrás de ellas se escondía un oferta especifica y ya conocida de bienes de las pequeñas empresas de la izquierda. En este estrategia han colaborado las mismas pequeñas empresa de la izquierda temerosos de que Podemos se comiera sus pequeñas cuotas de mercado complementarias y subalternas del oligopolio. Podemos no cayó en la trampa pero en el camino se ha dejado girones y un esfuerzo demasiado costoso.

( c) Y la “joya de la corona”: la introducción de lo que en teoría de juegos económica se denomina “una empresa engañosa” que simulara la ruptura del oligopolio produciendo la misma oferta transversal de Podemos ( honradez, limpieza, renovación Competitividad política) pero en cantidades muyo mayores que este y sin conexión alguna con los objetivos sustantivos que animaban al 15M o a Podemos. Desconectar la oferta de la reforma del mercado político y la reforma política de los mercados sociales. Lo ideal para estas “empresas engaño” es escoger empresa pequeñas ya existían y reflotarlas artificialmente, esto es lo que se ha hecho con Ciudadanos. Pero detrás de esta empresa engaño están los mismos accionistas, pero a través de mano interfecta, que está detrás del oligopolio del bipartidismo.

La suma articulada de estas tres estrategias (cohesión, difamación y engaño) deben de ser suficientes para bloquear a la empresa Podemos y reconstituir sobre algunos reajustes el modelo oligopólico. Con esta respuesta combinada la oligarquía gana tiempo (esperando que la presión factor exógeno, la crisis, se suavice), y obteniendo nueva información y habilidades que la falta de competitividad política le había hurtado.

¿Tendrán éxito? No podemos saberlo concluyentemente, solo podemos conjeturar hipótesis en virtud de supuestos auxiliares. Creo que básicamente son dos estos supuestos: la evolución del factor exógeno (la crisis económica), y dos, la evolución del incentivo perverso que la estrategia de la “empresa engañosa” introduce en el sistema información que es el mercado político. introduje en el mercado político. La “empresa engañosa” puede acabar deteriorando las cuotas de mercado de los dos empresas oligopólicas hasta niveles que erosionen la estrategia (a): el reforzamiento del pacto político del bipartidismo. El volumen y la intensidad de ruido que Ciudadanos necesite meter en el mercado político para que el engaño tenga éxito es de tal magnitud que combinado con la información que introduce Podemos, y en un efecto sinérgico no deseado, puede acabar forzando una espiral autodestructiva. Por el contrario si ese ruido no es suficiente o se atenúa nada mas comenzar ; el engaño será demasiado visible. a una competencia La competencia por el mercado de la demanda de cambio y de honradez con una empresa engañosa “ad hoc” puede inducir a una dialéctica negativa de destrucción mutua asegurada. Se trata de un juego de suma cero: la cuota de honradez que gana uno , la pierde el otro. Controlar esto es complicado y mas si tenemos en cuenta que son ya cuatro y no dos las empresas políticas en juego, y las condiciones del factor exógeno no ayudan .

Y en el grado de éxito, o de fracaso, de la estrategia del oligopolio tendrá mucho que decir , junto al mencionado factor exógeno; el comportamiento de la nueva empresa política que ya, de momento, ha conseguido provocar la reacción del mercado político, cosa que antes , hace mucho tiempo, que nadie había logrado. Podemos tiene, como lo hizo el 15M en su momento, y mudar su propia piel y, como en la metáfora del barco de Neurath, cambiar el barco sin abandonar ni cambiar de barco.

Este “cambiar el barco sin abandonar ni cambiar de barco” exige algunas condiciones previas que son mas negativas que positivas y consisten más en un “no hacer” que un “hacer”:

Primero, paciencia y prudencia; los tiempos y los ritmos de “la reacción ante la reacción” no tienen porque ser los mismos que los de la ofensiva inicial. Los movimientos en el tablero no pueden estar regidos por el “ahora o nunca”. Hay que esperar a que los primeros efectos perversos de la introducción del “partido engañoso” se manifiesten y la erosión que el ruido generen agudice las contradicciones y la confusión en el oligopolio.

Segundo, no modificar la oferta transversal ganadora que es víctima de la lógica del “puesto que Ciudadanos ya satisface esa demanda”, porque no la satisface y eso supone dejarle las mayores cuotas de mercado a la oligarquía y a sus empresas políticas.

Tercero, no atrincherarse en las suma de pequeñas empresa políticas marginales bajo la errónea presuposición que las ofertas ganadoras son una suma de pequeñas ofertas perdedoras.

Y cuarto, una acción positiva; reforzar a las empresas culturales, informativas y de servicios sociales cooperativos que surgieron del 15M y que , si no media violencia política, y el factor exógeno es de la gravedad que pensamos, la fruta, (el mercado político) , caerá.