Portada / Democracia / NUEVA OLIGARQUÍA (SEXTA PARTE)

NUEVA OLIGARQUÍA (SEXTA PARTE)

Rafa Rodríguez

6.    Esta batalla la vamos a ganar: pensar globalmente

a)    Ni la democracia ni las evidencias científicas son fáciles de destruir por mucho poder que tenga de manipulación la oligarquía

Para ganar esta batalla hay que conocer al adversario, sus objetivos, sus puntos fuertes y sus debilidades.

Llevamos siglos de lucha por los derechos humanos, la igualdad, la libertad y la solidaridad y ahora también por la sostenibilidad. Las instituciones democráticas para la convivencia pacífica conforman una densa realidad social y política que puede resistir los embates de este nuevo fascismo como ha sucedido a lo largo de la historia.

El reequilibrio entre el poder público democrático y el poder de las oligarquías de la economía privada es imprescindible para ganar la disputa por la opinión pública y los valores que la conforman. Hoy la disyuntiva es democracia o barbarie, es decir democracia sin capitalismo o un capitalismo sin democracia, como alternativas para reorganizar el mundo[1].

b)    Construir la esperanza global, desde cada espacio

La esperanza es distinta del optimismo, que es un pensar fácil y a menudo irracional de que todo irá bien. La esperanza, que surge precisamente en las situaciones difíciles, requiere reflexión y compromiso para ofrecer una salida colectiva porque se niega a capitular ante el fracaso o la derrota.

La relación con el futuro no puede ser el fatalismo de lo inevitable, ni el optimismo de un asegurado progreso indefinido. La política no es ni todopoderosa ni irrelevante, por eso tiene que ser responsable. Nuestras dificultades para anticipar el futuro hacen más necesaria la política, con hechos y mensajes para incentivar la participación como la mejor forma de cerrar esa brecha entre la ciudadanía y la política democrática que quiere ampliar la ultraderecha.

c)    La batalla cultural por los valores universales, los derechos humanos y la agenta 2030 de NN.UU.

Defendemos la cooperación en la diversidad, frente a la competencia, el individualismo y la homogenización, para generar empatía social de forma que resulte incuestionable que no se puede dejar a nadie atrás en este camino de transición hacia una nueva relación con la naturaleza. Valores que no solo vale con predicarlos, sino que hay que dar ejemplo construyendo estructuras de cooperación política democráticas y participativas que gestionen la diversidad ideológica dentro del espacio político de la izquierda democrática y transformadora.

d)    Necesitamos Estados y comunidades democráticas fuertes

Estados y comunidades democráticas fuertes y cohesionadas desde la pluralidad, que puedan tener el poder necesario para subordinar a los poderes oligárquicos y liderar una transición social y ecológica hacia una sociedad global postcapitalista.

Un Estado democrático fuerte requiere profundizar en la democracia. Una comunidad democrática cohesionada necesita profundizar en el autogobierno de forma que pueda ejercer un poder cercano, municipal y regional, desde ámbitos en los que se fundan lo social, cultural, ecológico y político. Ambas dinámicas constituyen la proyección federal, es decir la articulación democrática y popular de los territorios políticos.

Los modelos de Estado y sociedad que defendemos tienen como prioridad satisfacer todas las necesidades básicas de la ciudadanía al margen del mercado, lo que hoy incluye el derecho a la vida amenazada por la policrisis, con servicios públicos universales y entornos humanos para la vida comunitaria, desde la vivienda, el barrio o el pueblo.

e)    Hoy, más que nuca, federalismo es sinónimo de democracia

Necesitamos poderes públicos democráticos con la escala suficiente para contrarrestar el poder global de la oligarquía. Solo una nueva red articulada de estructuras democráticas y federales puede darles la vuelta al poder que ha logrado[2].

El federalismo por su capacidad de articular territorios, desde el municipio hasta la escala global, pasando por las Comunidades Autónomas (en nuestro caso), el Estado y las construcciones políticas continentales como la Unión Europea, es hoy sinónimo de democracia.

f)     Los procesos electorales son el centro de la política democrática

Los procesos electorales son el centro de la política democrática porque el sufragio universal es el derecho conquistado que a su vez tiene la virtud de generar más derechos. Con el voto la ciudadanía legitima a los partidos políticos, entre diferentes proyectos, que van a ejercer el poder en su ámbito territorial, de forma transitoria hasta las siguientes elecciones, para defender de forma prioritaria los intereses de los sectores sociales a los que representa porque el que gobierna es el que tiene los instrumentos y la legitimidad para cambiar las cosas con normas de obligado cumplimiento.

g)    Una izquierda plenamente democrática y transformadora

Todas las personas de izquierda tenemos la responsabilidad de defender la democracia contra esta nueva alianza entre la oligarquía tecnocrática y el fascismo para destruirla. Para ello es imprescindible una izquierda plenamente democrática y transformadora.

Hay sectores de la izquierda que siguen teniendo un fuerte déficit democrático que, entre otras derivas, asumen prejuicios electorales como si las elecciones fueran algo contaminado de impureza y no el eje de la democracia, lo que los lleva a segmentar, a separar, los distintos elementos de la acción política.

Este déficit democrático es una enorme barrera para construir mayorías sociales, que en la práctica provoca desarticular las formas de intervención política y arrinconar las campañas electorales a un corto espacio de tiempo antes de las elecciones sin solución de continuidad con el trabajo político desarrollado durante la legislatura y sin referentes, sobre todo marca electoral y candidadt@s, que sirvan de guía orientativa para el electorado durante toda la legislatura.

 

NOTAS

[1] Rafa Rodríguez. La izquierda transformadora y la perspectiva postcapitalista. 3 de mayo de 2025

https://www.paralelo36andalucia.com/la-izquierda-transformadora-y-la-perspectiva-postcapitalista/

 

[2] Rafa Rodríguez. Hoy el federalismo es sinónimo de democracia efectiva. Paralelo 36 Andalucía, 10 de marzo de 2023.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *