Portada / Democracia / Lucidez

Lucidez

José Luis Cano Palomino / Es llamativo el paralelismo en las críticas que se vierten contra PODEMOS. Por un lado, la derecha del PP y el social-liberalismo del PSOE reaccionan con contundencia brutal, intentando situar a esta fuerza política recién nacida en los clichés de la extrema izquierda, del populismo barato y del radicalismo político irresponsable. Y por otro lado, desde IU hay una actitud ambivalente frente a la pujante novedad de PODEMOS: en público, IU plantea incorporarla a una alianza de izquierdas pero en voz baja la denuestan por carecer de una ideología nítida y desconfían de ella considerándola tan peligrosa para la verdadera izquierda como el magnetismo electoral de Felipe González en 1982.

Puedes_Podemos

Tiene lógica que partidos y poderes establecidos reaccionen virulentamente al sentirse cuestionados por los mensajes y actitudes públicas de esta novísima fuerza política que plantea problemáticamente los límites del sistema democrático nacido de la Transición y que insiste en la urgencia de renovarlo a fondo. Sin embargo, me choca la ambigüedad de una IU que debería felicitarse por el cambio de sensibilidad que se ha operado en nuestra sociedad, por la respuesta solidaria y comprometida con la realidad de los de abajo que implica la creciente, variopinta e imparable simpatía hacia PODEMOS, sobre todo entre amplios segmentos de la población que hasta ahora no manifestaban interés alguno por la política, siendo por tanto inaccesibles para IU.

Veo con perplejidad que una parte de la militancia de IU se siente celosa y cuestionada; personas que realmente han luchado por conseguir la libertad, por denunciar todo tipo de abusos, por reclamar justicia, por denunciar esforzadamente y casi en solitario la burbuja inmobiliaria y la especulación urbanística ahora se sienten incómodas al ver en sus entornos nuevas voces con ideas parecidas, coincidentes incluso con su programa electoral y sus señas de identidad. Se les hace muy cuesta arriba –y esto demuestra realmente que IU ha vivido durante mucho tiempo encapsulada, encerrada en su propia burbuja- dejar de ser la referencia unívoca de la rebeldía y tuercen el gesto al perder el regusto épico que parece haberles dejado tantos años de travesía en el desierto, precisamente cuando nuestro pueblo reclama una transformación política desde la más pura necesidad, desde la situación de catástrofe social en la que vive una generación de jóvenes a quienes se les niega el futuro, desde una virulenta purga en forma de desempleo masivo y drástica reducción de los salarios y del Estado del bienestar.

Peor aún es la miopía de las direcciones local, provincial, andaluza y federal de IU que, tras rechazar la oferta de confluencia que se les ofreció en enero de cara a las elecciones europeas, ahora vuelven a equivocarse proponiendo con prisas acuerdos para las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015. Están tan atemorizadas ante la perspectiva de perder el sitio si IU se presenta en solitario a esa cita electoral que, en algún caso, han llegado a proponer la creación de un “Frente Popular”. Piensan que la solución es un rápido proceso de confluencia política en cada localidad y no dudan en instrumentalizar los llamamientos del Frente Cívico en muchas ciudades para urgir un calendario a su medida que ponga en pie un GANEMOS cualquiera, aunque sea  desde arriba, esto es, descafeinado y más aparente que real.

Las prisas no son compatibles con el progresivo fortalecimiento del tejido social y de los espacios de autoorganización ciudadana que vivimos: chocan con el anhelo de la gente que reclama recuperar las instituciones, ganarlas para ponerlas al servicio de las mayorías y del bienestar común. Se está articulando mayoritariamente la necesidad social de quitarse de encima el peso de la dictadura de los poderes económicos y eso precisa tiempo, lucidez y generosidad por parte de todos si queremos que se exprese políticamente, con toda su potencia, en las urnas.

La lucidez de IU debe empezar reconociendo con humildad -y explicando pedagógicamente- la ineficacia de las políticas públicas desarrolladas por ayuntamientos, diputaciones, y gobiernos en los que participa y, por supuesto, actuando en consecuencia. Sólo así se abriría la posibilidad de sumarse con generosidad y naturalidad a un amplio movimiento que desborde los viejos cauces.

Publicado en IDEAL Jaén