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Teoría de juegos, mercado político y empresa engañosa ( del 15M a Ciudadanos

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Supongamos un mercado político oligopólico (bipartidismo) donde la moneda son los votos, los bienes son las ofertas políticas y los consumidores son el cuerpo electoral. Este  mercado oligopólico ( como casi todos los oligopolios y monopolios)  tiene pocos incentivos pata la mejora de la oferta electoral, carece   de competitividad. Esta ausencia   de competencia efectiva  ha deslizado  al mercado por una pendiente de pérdida de calidad  de la oferta política ( políticas públicas)  y de aumento de los precios ( corrupción. opacidad, ineficiencia  burocrática, selección adversa negativa del personal  político). A esta situación de bloqueo oligopólico de los estímulos internos  para la mejora se  le une la presión de un factor externo que lo encarece todo: las crisis económica del 2007.  Estos dos variables internas (oligopolio) y externas (crisis)   hacen que la insatisfacción de los consumidores aumente   y alcance umbrales de posibilitan que se generen conductas rebeldes. Entendemos por  “conductas  rebeldes” la salida ( la emigración o la abstención)  o  de voz  (la formulación explícita  de  demandas de cambio de las reglas del juego). Dado el carácter oligopólico  del mercado político español  los consumidores se ven obligados a la  continuidad insatisfecha  ( seguir votando alternativamente a los de siempre), la salida  (la abstención) o la voz (formular una  demanda política)

De esta situación se apercibe  un sector social que es el primero que reacciona a través de la salida  (emigración y bajos índices de participación electoral). Esta primera reacciona ni satisface a todos , ni ocupa un lugar principal en la escala de preferencias ni  se percibe como útil para cambiar  el oligopolio. Y entonces ese sector opta por la voz y articula una demanda social: esto es el 15M. ¿Quiénes son eso sectores? Pues aquellos que tienen una mayor información y formación , unas  expectativas  de futuro mas amplias y mas frustradas y una habilidades comunicacionales mas eficientes y modernizadas que el inmovilismo del mercado político oligopólico ha despreciado. Por ello este sector de los consumidores localiza donde está el núcleo organizacional  del oligopolio: las reglas de la competencia (la ley electoral) y el flanco de débil: el diferencial creciente entre costes y benéficos que implica la corrupción. Se trata de una demanda factible entorno a la cual se puede aglutinar a la mayoría del mercado político. Esto es , insisto, el 15M. No por causalidad  la convocatoria original del 15M del 2011 es a una movilización, demanda activa en la calle ;para exigir la  modificación de la legislación electoral. Lo que el 15M demanda es un mercado político más trasparente (anticorrupción), más  abierto (plural) y más competitivo (equitativo y eficiente)  Sin esta modificación de las reglas del juego  las ofertas políticas del oligopolio no tendrán ningún incentivo para cambiar y mejorar y  seguirán incrementando sus precios y bajando de calidad de la oferta.  Claro que el 15M iba mucho más allá en la demanda pero prioriza la reforma de las reglas de la competencia sobre  el debate del tipo de oferta  política sustantiva porque sin cambiar las reglas es imposible cambiar las ofertas políticas. La inteligencia estratégica de las inteligencias colectivas populares que el 15M puso de manifiesto introdujeron un nuevo horizonte  de respuesta al oligopolio y a la crisis a la vez.  El miedo no había todavía cambiado de bando pero la ilusión si. El 15M  se construye como demanda de consumo  al  bipartidismo y como vector de empoderamiento de los consumidores que están en la mas precaria de las situaciones. Pero el 15M no se constituye como empresa política sino como empresa cultural y mediática de los consumidores políticos. Luego ante el fracaso de la demanda continua como empresa cultural pero también se trasmuta en vivero de empresas cooperativas  ( la experiencias cooperativas económicas) y  de servicios de defensa de los consumidores más vulnerables ante los efectos más lacerantes de la crisis ( Stop Desahucio, por ejemplo).

De la experiencia colectivas de luchas y de organización y de la frustración de la demanda ante el oligopolio nace el paso de demandantes  a ofertantes, de consumidores a empresa política que supone una nueva empres política;  eso es  Podemos. Por eso hablan tanto de que no son políticos en busca de electores sino electores (consumidores) en busca de políticas ( empresas y ofertas).

Podemos para romper  el oligopolio sigue la estela del 15M y centra su oferta como empresa política la competitividad y la eficiencia del mercado político español respondiendo así la demanda transversal  que el 15M  elabora  y que el oligopolio no puede satisfacer. Cierre oligárquico ( la casta) , corrupción, bipartidismo, honestidad ( gente decente), participación, son lemas que son usados por un nuevo tipo de marketing político que el oligopolio ni huele por que no lo ha necesitado hasta ahora. Se trata de una oferta de “sentido común. Si el 15M se un movimiento de consumidores que demanda cambios en la oferta  ( competitividad), Podemos es un a empresa política que hace la única oferta que es capaz de satisfacer una amplia ( mayoritaria) demanda capaz de romper  el mercado oligopólico a partir  y  d reformular las reglas del mercado político y abrir los “candados de la transición” (“proceso constituyente”).

Inicialmente  tanto las primera  salida al mercado          ( elecciones europeas) como los estudios de opinión      (encuestas) muestran que la oferta política transversal de Podemos  responde a una demanda real mayoritaria. Y aquí es donde no sólo la ilusión sino el miedo cambia de bando y se desata la histeria antipodemos.  Ya no es posible mirar para otro lado como ocurrió con el 15M o abordar de manera represiva a los focos de resistencia social (como en stop desahucios). Estamos ante una amenaza real contra el poder  de la oligarquía allí donde mas sensible son las empresa políticas ; en el mercado de votos. La oligarquía no puede vivir sin las empresas políticas .Las empresas políticas al igual que cualquier otro tipo de empresas solo reaccionan  cuando se amenaza sus cuotas de mercado (o cuando con inteligencia  e información son capaces  de anticipar en el tiempo estas amenazas). La reacción era  inevitable, la única la duda  se cernía en cuanto tiempo tardarían en articularla y con que estrategias.

Las trasmutación  pues del 15M de consumidores en empresarios políticos era un paso lógico, aunque no inevitable. Lógicamente Podemos como nueva empresa política emergente solo podía competir contra el todopoderoso oligopolio sobre la base  de una oferta transversal. Pero en  Podemos, como en el 15M, esta oferta no era inocente y contenía un proyecto estratégico que iba mucho más  allá de una remodelación de las reglas del mercado electoral e iba dirigida   a una reforma  global del mercado político. Pero la condición de posibilidad de que esa reforma política se realizara era  aprovechar “las ventanas de oportunidad” que la crisis del oligopolio abrían.

Por eso las exigencia a Podemos de que fuera mas allá de la oferta transversal era propia de las   pequeñas y complementarias empresas políticas de la “izquierda de la izquierda” que no entendieron al 15M ni tampoco han entendido la hipótesis Podemos. Y no lo entendieron no sólo por falta de luces y por  mezquindades personales, que también, sino fundamentalmente porque esas pequeñas empresas de la “izquierda de la izquierda”  eran parte también, de manera no intencional seguramente, del oligopolio y cumplían una función de  estabilización, homeostáticas, como las vacunas, del mercado político español.  Al ser  la empresa vamos, de la insatisfacción de los consumidores.  Podemos era  una amenaza para ese merado y por tanto era también una amenaza, en su pequeña alícuota parte, para ellos. Por eso  reaccionaron con un virulencia dialéctica  solo aparentemente incomprensible.

Pero finalmente la oligarquía reacción y forzó la reacción de las empresas políticas del oligopolio ¿Cual ha sido esta reacción? :

(a) El reforzamiento del pacto oligopó entre la empresa PP , la empres PSOE y la monarquía ( con la sucesión de Felipe VI). Los intereses de empresa  de cada una de estas dos marcas pasan a ser secundarios frente al mantenimiento del mercado tal como está diseñado en la actualidad. Un ejemplo de esto han sido las elecciones andaluzas.

(b) El  intento de enclaustramiento de la nueva empresa política emergente en los nichos de mercado muy limitados de las pequeñas empresas de la “izquierda de la izquierda”. Ha sido el bipartidismo  el que a través  del marketing político de los medios de comunicación  han estado mas interesados que nadie en demostrar que la oferta de Podemos no era real, ni nueva  pues detrás de ellas se escondía un oferta especifica  y ya conocida de bines de las pequeñas  empresas de la izquierda. En este estrategia  han colaborado las mismas  pequeñas empresa  de  la izquierda temerosos de que Podemos se comiera sus pequeñas cuotas de mercado complementarias y  subalternas del oligopolio. Podemos no cayó en la trampa pero en el camino se ha dejado girones y un esfuerzo demasiado costoso.

( c)  Y la “joya de la corona”:   la introducción  de lo que en teoría de juegos económica se denomina  “una empresa engañosa” que  simulara la ruptura del oligopolio  produciendo la misma oferta transversal de Podemos ( honradez, limpieza, renovación Competitividad política) pero en cantidades  muyo mayores que este y sin conexión alguna con los objetivos sustantivos que animaban al 15M o a Podemos. Desconectar la oferta  de la reforma del  mercado político y  la reforma política de los mercados sociales. Lo ideal para  estas “empresas engaño” es escoger empresa pequeñas ya existían y reflotarlas artificialmente, esto es lo que se ha hecho con Ciudadanos. Pero  detrás de esta empresa engaño están los mismos accionistas, pero a través  de mano interfecta, que está detrás del oligopolio del bipartidismo.

La suma   articulada de estas tres estrategias   (cohesión, difamación y engaño) deben de ser suficientes para bloquear a la empresa Podemos  y reconstituir sobre algunos reajustes el modelo oligopólico. Con esta respuesta combinada la oligarquía gana tiempo (esperando que la presión factor exógeno, la crisis,  se suavice), y obteniendo  nueva información y habilidades que la falta de competitividad  política le había hurtado.

¿Tendrán éxito? No podemos saberlo concluyentemente,  solo podemos conjeturar hipótesis  en virtud de supuestos auxiliares. Creo que básicamente son  dos estos supuestos: la evolución del factor exógeno (la crisis económica), y dos, la evolución del incentivo perverso que la estrategia de la “empresa engañosa”  introduce  en  el sistema información que es el mercado político. introduje en el mercado político. La “empresa  engañosa” puede acabar deteriorando las cuotas de mercado de los dos empresas oligopólicas hasta niveles que erosionen la estrategia (a): el reforzamiento del pacto político del bipartidismo. El volumen y la intensidad  de ruido que Ciudadanos  necesite meter en el mercado político para  que el engaño tenga éxito  es de tal magnitud  que combinado con la información que introduce Podemos, y en un efecto sinérgico no deseado, puede acabar forzando una espiral autodestructiva. Por el contrario si ese ruido no es  suficiente o se atenúa nada mas comenzar ; el engaño será demasiado visible. a una competencia La competencia por el mercado de la demanda de cambio y de honradez  con una empresa engañosa “ad hoc”  puede inducir a una dialéctica negativa de destrucción mutua asegurada.  Se trata  de un juego de suma cero: la cuota de honradez  que gana uno , la pierde el otro. Controlar esto es complicado y mas si tenemos en cuenta que son ya cuatro y no dos las empresas políticas en juego, y  las condiciones del factor exógeno no ayudan .

Y en el grado de éxito, o de fracaso,  de la estrategia del oligopolio tendrá mucho que decir ,  junto al mencionado factor exógeno; el comportamiento de la nueva empresa política que ya, de momento,  ha conseguido provocar la reacción del mercado político, cosa   que antes , hace mucho tiempo, que nadie había logrado. Podemos tiene, como lo hizo el 15M en su momento,  y mudar su propia piel y, como en la metáfora del barco de Neurath, cambiar el barco sin abandonar  ni cambiar de barco.

Este “cambiar el barco sin abandonar ni cambiar de barco” exige algunas condiciones previas que son mas negativas que positivas y consisten más en un “no hacer” que un  “hacer”:

Primero, paciencia y prudencia; los tiempos y los ritmos de “la reacción ante la reacción” no tienen  porque ser los mismos que los de la ofensiva inicial. Los movimientos en el tablero no pueden estar regidos por el “ahora o nunca”. Hay que  esperar a que los primeros efectos perversos de la introducción del “partido engañoso” se manifiesten  y la erosión que el ruido generen agudice las contradicciones y la confusión en el oligopolio.

Segundo, no modificar  la oferta  transversal ganadora que es víctima de la lógica del “puesto que  Ciudadanos ya satisface  esa  demanda”, porque no la satisface  y eso supone dejarle las mayores cuotas de mercado a la oligarquía y  a sus empresas políticas.

Tercero, no atrincherarse en las suma de pequeñas empresa políticas marginales bajo la errónea  presuposición que las ofertas ganadoras son una suma de pequeñas ofertas perdedoras.

Y cuarto,  una acción positiva; reforzar a las empresas culturales, informativas y de servicios sociales cooperativos  que surgieron del 15M y que , si no media violencia política, y el factor exógeno es de la gravedad que pensamos, la fruta, (el mercado político)  , caerá.