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El 3 de abril, a exigir en la calle LA EUROPA SOCIAL que nuestros gobernantes nos niegan

Manuela Martínez / Curioso que últimamente la contestación social contra la política del gobierno quede oculta tras episodios violentos muy localizados, pero amplificados por el aparato del Estado y sus medios afines para generar, pienso, un clima de opinión favorable a los deseos expresados públicamente por destacados miembros del Partido Popular: Recortar derechos de manifestación y huelga.

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Cierto que los medios de comunicación han jugado su papel, pero no es menos cierto que también la izquierda ha caído en la trampa del debate orquestado en torno a la violencia, dejando a un lado los motivos que justificaban la protesta en la calle de cientos de miles de manifestantes. Ríos de tinta, horas de tertulias y debates en radio y televisión… y las redes sociales ardiendo, no para visibilizar la protesta, como suele ser habitual, sino la violencia de unos pocos y la represión de los antidisturbios y sus excesos.

El día 3 de abril, volvemos a las calles y queremos hacerlo dejando claro nuestro rechazo a la violencia. Los sindicatos de clase, junto a decenas de organizaciones sociales, hemos convocado más de 50 manifestaciones y concentraciones en las que cabe todo el mundo, excepto los violentos, como siempre hemos hecho. Movilizaciones que se enmarcan en la convocatoria realizada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), contra las políticas de austeridad impuestas por Europa y para exigir un cambio de rumbo en esas políticas y que culmina el 4 de abril con una Euromanifestación en Bruselas, en la que UGT participa junto a más de veinte sindicatos de unos doce países europeos.

Queremos que los ciudadanos y ciudadanas que están sufriendo las consecuencias de la crisis, en mayor o menor medida, se movilicen para exigir en la calle LA EUROPA SOCIAL que nuestros gobernantes nos niegan y para denunciar la situación que viven los trabajadores, aquí y en Europa. Y es que, las políticas de austeridad, dirigidas a tranquilizar a los mercados en lugar de asegurar el progreso social, están arruinando la vida de muchas personas, que están soportando altos niveles de paro, precariedad laboral, deterioro de los servicios públicos, y, en consecuencia, aumento de las desigualdades y de la pobreza.

Exigir una Europa social que sitúe la solidaridad en el centro de sus políticas, que ofrezca puestos de trabajo de calidad con salarios dignos, que garantice igualdad de derechos y protección social para todos, que cierre la brecha entre ricos y pobres y que no permita el desmantelamiento de servicios públicos esenciales, como la sanidad, la educación, o la dependencia.

Los sindicatos europeos estamos convencidos de que otra Europa es posible si la Unión Europea toma un camino distinto para salir de la crisis. Un camino que implica, garantizar el futuro de sus ciudadanos y ciudadanas, abandonar las políticas de austeridad e impulsar un ambicioso plan de inversión, con un objetivo anual del 2% del PIB europeo durante más de diez años, que permitiría revitalizar la economía europea y crear unos 11 millones de puestos de trabajo. Inversión que contribuiría a promover una nueva política industrial, basada en la innovación, la investigación y el desarrollo, y a crear empleos de calidad.

Un camino que implica, además, mantener unos buenos servicios públicos y un modelo social inclusivo, así como, poner fin a los paraísos fiscales, la evasión y el fraude, la corrupción y el trabajo ilegal.

Y si a todo lo anterior, se le añade una fiscalidad verdaderamente redistributiva y una imposición progresiva sobre la renta y la riqueza, lograríamos preservar el modelo social europeo y con él el sentimiento europeísta que muchos ciudadanos y ciudadanas han perdido, y hasta el propio proyecto europeo, en serio riesgo de descomposición, gracias, sin duda, a las políticas socialmente injustas y económicamente inútiles que han puesto en marcha las instituciones europeas en estos 5 años de crisis.

En realidad, carecen de argumentos sólidos para negar lo que pedimos. Si han destinado 1 billón de euros para salvar al sector financiero y se pierde otro billón de euros al año debido a la evasión y el fraude fiscal ¿por qué no gastar 250.000 millones de euros en crear 11 millones de empleos y ofrecer un futuro mejor a la ciudadanía?

¡Nos vemos en las calles!

@Manuela_MJ

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