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El ecosistema cooperativo del cuerpo humano (o de como el liberalismo es inútil para comprender la digestión de las tostadas)

Francisco Garrido.Siempre hemos pensado que somos el resultado de la interacción entre nuestro cuerpo y el ambiente. En ese ambiente se encontraban, a su vez, otros cuerpos y otras muchas cosas. Entre esos millones de cuerpos de otras especies, había además algunos que pasaban a ser parte de nuestro cuerpo por medio de la digestión. Pero ahora sabemos que en realidad además de nosotros y el ambiente, nuestro propio cuerpo es, a su vez, el ambiente de millones de agente, biológicos (virus, bacterias, hongos) que habitan y cooperaran dentro y en la superficie de nuestro organismo. Cada persona humana almacena de entre 40 y 100 billonesde microbios , especialmente en los intestinos , la mucosa y la piel .
Todo el funcionamiento de nuestro cuerpo, desde el metabolismo hasta la conducta o los estados de ánimo, están en un grado u otro mediados por la acción de estos micro organismos Si nuestra dotación genética guarda unos 20.500 genes, la suma de los ADN de estos microorganismos son más de dos millones. De esta forma tenemos una exogenética que ha de ser considerada tan relevante para nuestra vida como la endogenética de nuestro ADN.
Esta microbiota está también en peligro de extinción; mientras que una persona occidental de países ricos con una agroindustria potente tiene entorno a 1200 especies distintas de bacterias en su estómago un amerindio posee unas 1,600 especies. A media que seguimos reduciendo la diversidad genética de los alimentos que comemos vamos de camino también reduciendo la biodiversidad de la microbiota de nuestras intestino. Por otro lado, el exceso de “limpieza” y asepsia del medio que nos rodea, provoca a su vez una “ingenuidad inmunitaria” de consecuencias también empobrecedoras para nuestra socios microscópicos. El abuso en el consumo de antibióticos, bien directamente por medio de medicamentos, o indirectamente a través de la cadena alimentaria por la ingestión de carnes que han sido previamente tratados, terminan de cerrar el círculo del genocidio microbiano humano.
El incremento de las alergias y de las patologías autoinmunitarias son una de las múltiples consecuencias indeseables de los daños infligidos a los ecosistemas de nuestro cuerpo. La dieta no es sólo la suma del valor calórico aislado de cada alimento sino también la diversidad genética de estos y la interacción entre estos en el proceso de metabolización que realizan en el organismo con la colaboración imprescindible de billones de organismos.
Nuestro propio cuerpo es una “imago mundi” a escala reducida de cómo funciona la vida y la naturaleza toda. Por el contario, la visión mecanicista y reduccionista desagrega factores que han de ser comprendidos como nudos interelacionados en estructuras emergentes y autoorganizativas de cooperación a diversas escalas con el objetivo de disipar entropía La metabolización de los alimentos que realizamos a diario es un fabuloso movimiento de cooperación entre billones de agentes biológicos que conforman nuestro cuerpo que no debe ser visto como un organismo autosuficiente sino más bien como un ecosistema donde colaboran billones organismos. La prospectiva mecanicista ha ignorado frecuentemente esta dimensión ecosistémica del cuerpo animal. El mecanicismo convertido en paradigma epistemológico es un error; ni el mundo, ni la realidad son así. El mundo y la realidad, empezando por nuestro propio cuerpo; son complejos y diversos, no simples y uniformes.
El correlato político del mecanismo epistemológico es la ontología social del liberalismo donde solo existen unas mónadas atómicas llamadas “individuos” (“ La sociedad no existe , sólo los individuos” , Margaret Thatcher) que chocan entre sí en la competencia de todos contra todos. Lo cierto es exactamente, lo contrario; necesitamos cooperar hasta para digerir el café y la tostada de esta mañana. ¿Cómo un paradigma que es incapaz de explicar cómo hacemos la digestión, va ser capaz de explicar la complejidad social?

2 Comentarios

  1. José María Temprano

    Magnífico.
    La complejidad y la cooperación son la clave. Sea cual sea la escala a la que observemos el mundo. Son dos dimensiones fractálicas.

  2. Muy buen articulo que ilustra en el ámbito del organismo humano el paradigma de la Complejidad. Este nuevo paradigma o cosmovisión ha sustituido al paradigma mecanicista newtoniano que entró en crisis a finales del siglo XIX con la aparición del electromagnetismo primero, luego de la Mecánica Cuántica más tarde con otras nuevas disciplinas y ramas de la Física como la Mecánica Estadística, la Teoría de los Sistemas Dinámicos y del Caos fundamentalmente. Recomiendo las obras de divulgación de Edgar Morin para los no iniciados.

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