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«Hay que reintegrar la economía en la sociedad»

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BORJA VILASECA entrevista a JORDI PIGEM Filósofo del posmaterialismo (en el suplemento “Negocios” del El país 09/05/10)

 «Se trata de crecer en lo que somos más que en lo que tenemos»

 A principios del siglo XX, el sociólogo alemán Max Weber señaló que Occidente había iniciado un proceso de «desencantamiento del mundo» que nos lleva a desear todo tipo de bienes y artilugios materiales a la vez que perdemos la conexión con la «magia» y el «sentido» intrínsecos a la vida.

Un siglo más tarde, parece que se avecina el comienzo de una nueva era: el posmaterialismo. Al menos así lo vaticina el doctor en Filosofía, Jordi Pigem (Barcelona, 1964), que entre 1998 y 2003 fue profesor del prestigioso máster en Ciencias Holísticas del Schumacher College, en Inglaterra. En su último libro, Buena crisis (Kairós), reflexiona sobre las oportunidades constructivas de la crisis sistémica que vive la sociedad.

Pregunta. Usted afirma que vamos hacia un mundo posmaterialista…

Respuesta. La filosofía del materialismo ha entrado en crisis porque no funciona. Se basa en una visión del mundo obsoleta, una visión reduccionista y fragmentadora que ve el mundo como una mera suma de objetos inertes y tiende a oponer a los seres humanos entre sí y contra la naturaleza. Economistas como Vilfredo Pareto crearon teorías sobre el homo oeconomicus basadas en los modelos mecánicos de Newton. Dichos modelos fueron superados por la física hace un siglo, pero siguen dominando la economía. La crisis actual puede ser una oportunidad para transformar este paradigma y humanizar la economía.

P. ¿Humanizar la economía?

R. La solución a la crisis económica no puede ser sólo económica. La crisis económica es sólo el síntoma más visible de una crisis más amplia, una crisis sistémica que tiene una dimensión cultural, social y ecológica. La creciente incidencia de las depresiones, por ejemplo, refleja el hecho de que muchas personas se sienten como meros engranajes de un sistema en el que sólo cuenta lo que puede ser cuantificado y que hace muy difícil encontrar un sentido a la propia vida. El economista E. F. Schumacher, a quien Keynes había señalado como el mejor candidato para continuar su legado, ya advirtió que necesitamos una economía como si la gente importara.

P. Pero el producto interior bruto (PIB) muestra que en las últimas décadas hemos avanzado en progreso y desarrollo…

R. El PIB es un indicador del flujo de transacciones económicas, pero no dice mucho sobre el verdadero progreso y bienestar, que queda mejor reflejado en indicadores como el Índice de Desarrollo Humano o el Happy Planet Index. Muchos costes negativos del estilo de vida consumista, desde el deterioro ecológico a los accidentes de tráfico, en la medida que mueven dinero, tienden a aumentar el PIB. Es un indicador modélico de la mentalidad economicista, para la que sólo importa lo que puede ser cuantificado y convertido en lucro.

P. ¿Y qué hay de la filosofía del decrecimiento?

R. Ya no es posible seguir creyendo en el crecimiento material ilimitado como motor de la sociedad y en el consumo como camino hacia la plenitud. El crecimiento material ilimitado era una utopía, porque todo lo que es material es limitado. En cambio, lo verdaderamente ilimitado es nuestra capacidad de crear, de aprender y de innovar, así como nuestra capacidad de crear un mundo más sostenible y solidario. Ese mundo está amaneciendo ya en iniciativas como el comercio justo, la banca ética o el consumo ecológico y consciente.

P. ¿Qué se puede hacer en el plano personal?

R. Hemos de salir del paradigma materialista y reconocer el valor de todo lo que es cualitativo e inmaterial, que es lo que verdaderamente llena de sentido nuestras vidas: nuestros valores, nuestras relaciones, nuestra vocación, nuestra contribución a un mundo mejor. Se trata de crecer en lo que somos más que en lo que tenemos. Y ello puede aplicarse a todas nuestras decisiones y acciones cotidianas.

P. ¿Cómo puede integrarse todo esto en las empresas?

R. Con una visión más amplia y a largo plazo. Reintegrando la economía en la sociedad y en los ciclos naturales, es decir, en el mundo real. Aprendiendo de la eficiencia de la naturaleza, como enseña la biomímesis. Y adoptando, por ejemplo, una nueva cuenta de resultados en la que también se valore la aportación de las empresas a crear una sociedad más solidaria, sana, sabia y ecológica. –

2 Comentarios

  1. La salida a la crisis no es solo económica, evidente. Es también social y política, de ahí la importancia que tiene el cambio necesario de nuestro paradigma social actual. Tiene muchisima razón Jordi Pigem cuando nos dice que el desarrollismo y el consumismo, caras de una misma moneda, no puede seguir siendo el motor economico y social por todas las razones que apunta y que se puede resumir en que ni el planeta ni quienes lo habitamos podemos soportar esa ecuación. Solo se me ocurre una objeción ¿quienes y desde donde podemos/pueden poner freno a la situación y cambiarla?, porque elementos y propuestas hay desde distintos ambitos políticos, económicos y filososficos. Hay debate en la izquierda y en los ambitos alternativos y ecologicos de como salir de la crisis, que camino escoger, como tratar de invertir radicalmente la situación actual, pero creo que falta un movimiento amplio de caracter político y social que de respuesta a las necesidades de transformación y cambio necesario para que las cosas no sigan igual. El altermundismo de los foros sociales se ha quedado quizas corto, le ha faltado imbricacion con el mundo laboral,con los sindicatos, y con los partidos tradicionales de la izquierda de raiz marxista, y a estos , a los sindicatos y la vieja izquierda marxista le falta imbricación con la globalidad y el ecologismo, les falta, sobre todo a los sindicatos, ser consecuentes con al critica ecologica y social al desarrollismo.
    Queremos que cambien los modos de producción y las prioridades de consumo, humanizar la economia y hacerla sostenible, pero me sigo preguntando que en un mundo interconexo, global, es necesario un fuerte movimiento de izquierdas, socialista y ecologista que cree la alternativa y de un giro radical a las actuales persistencias e interesadas inercias del capital y la economia basada en el puro desarrollismo mercantilista, de creación de bienes de consumo masivo. Ese movimiento socio politico de izquierdas, que tendra tambien un fuerte componente de cambio cultural en los usos y consumos, que duda cabe, o se construye ya o llegaremos tarde. Los paise emergentes: China, India, Brasil, . . estan comportandose como lo hizo Europa o EE.UU. en los años de despegue capitalista y si en el planeta no hay junto a las propuestas de cambio de paradigma desarrollista un control eficaz y un desarrollo desde organizaciones supranacionales de modelos sostenibles en orden a priorizar una economia al servicio del ser humano, no habremos hecho nada. Vamos en la misma nave y el tiempo que queda para variar el rumbo es escaso.

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