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La Andalucía de Susana Díaz es intolerable

@RaulSolisEU | Es intolerable que la Junta de Andalucía no haya planificado el curso escolar y estén llamando a profesores de fuera de Andalucía porque no tienen profesores andaluces en las bolsas de Informática, Física y Química o Matemáticas, con la de profesores andaluces que hay en el paro; es intolerable que haya estudiantes de Diseño que terminan y no pueden expedir su título, presentarse a oposiciones o matricularse en un master porque a la Junta se le ha olvidado elaborar el decreto para la expedición de las tasas.

Es intolerable que este verano no hubiera enfermeras en las bolsas del SAS porque no habían planificado el verano; es intolerable que los niños con autismo, enfermedades raras o síndrome de down sean expulsados de los tratamientos psicomotores de la sanidad pública andaluza cuando cumplen seis años y su desarrollo dependa de que sus padres tengan entre 500 y 700 euros para pagar los tratamientos privados y de asociaciones que cubren con voluntad y buenas intenciones los derechos que Susana Díaz se niega a financiar.

Es intolerable que haya 102.000 personas dependientes, ya valoradas, sin percibir los derechos de la Ley de Dependencia,  es intolerable que haya centros de acogida para mujeres maltratadas que están privatizados, aunque luego se les llena la boca con las campañas contra la violencia de género a una administración autónoma que le gusta la igualdad que no cuesta dinero, la de las frases grandilocuentes en ruedas de prensa , leyes sin memoria económica o planes sin concreción. Es intolerable que haya hospitales andaluces donde a las embarazadas ya no las ve el médico cinco veces durante la gestación, sino tres para ahorrar. Es insoportable que haya pueblos del tamaño de Écija (40.000 habitantes) sin pediatra o con sólo tres cirujanos cuando antes había seis. Es intolerable que todo lo que tenga que decir la presidenta de Andalucía, sobre la sanidad andaluza, es que quienes critican los recortes sanitarios se quieren cargar la que fue la joya de nuestra corona.

Es intolerable que la Junta pague 13 euros por cada hora de ayuda a domicilio y las trabajadoras sólo cobren entre 5 y 6 euros por hora trabajada, llevándose las empresas multinacionales más de la mitad de lo que los andaluces dedicamos a este servicio básico; es intolerable que haya mujeres que trabajan en la ayuda a domicilio cobrando salarios de 400 y 500 euros y que, después de trabajar, se tengan que pasar por Cáritas a recoger pasta, azúcar y leche porque no pueden vivir con el salario de su trabajo; es intolerable que una llamada de la sevillana calle San Vicente (donde está la sede del PSOE andaluz) tenga el poder de cambiar una escaleta o un enfoque de una noticia de los informativos de Canal Sur.

Es intolerable que tengamos una presidenta que haya estado más de dos años sin dar una rueda de prensa, ella que tanto presume de demócrata, constitucionalistas y defensora de la legalidad; es intolerable que tengamos un Consejo de Administración de la Radio y Televisión Pública de Andalucía con la representación de hace dos legislaturas, que está bloqueada su renovación para que no entren los diputados de Podemos que podrían igual fiscalizar internamente la empresa pública favorita del PSOE; es intolerable que el antiguo director de la RTVA ahora esté vendiendo productos televisivos de su productora privada en un claro caso de puerta giratoria y de poca vergüenza; es intolerable que nuestra tierra lidere las clasificaciones de pobreza infantil severa, de desigualdad, menos gastos por habitante en Sanidad y 9 de los 10 barrios más empobrecidos de España sean andaluces. Un niño en pobreza severa, por si alguien no lo sabe, es aquel que no come nunca pescado ni fruta en casa y nunca tampoco va de excursión con el colegio porque su madre no tiene los 10 euros que pueda costar el viaje.

Es intolerable que, si Andalucía fuera un país de la UE, seríamos el Estado europeo con mayor tasa de desempleo; es intolerable que el PSOE haya preferido que las cajas andaluzas pasen a manos de banqueros vascos y catalanes en lugar de conformar un gran poder financiero andaluz que financie nuestro modelo productivo; es intolerable que, mientras están recortando las ayudas a las entidades que trabajan por las personas lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, Susana Díaz haya nombrado a un amigo de toda la vida como coordinador de las políticas LGTB de la Junta con sueldo de director general.

Es intolerable que tengamos una presidenta que, desde que llegó al poder en 2013, haya estado siempre dedicada a asuntos catalanes, madrileños o internos de partido porque considera que esta tierra se le queda muy chica para el nivel de sus ambiciones políticas y personales. Es intolerable que los medios privados andaluces estén siendo sostenidos por subvenciones de la Junta, en forma de publicidad institucional, a cambio de hablar de una Andalucía ficticia, de ensueño e irreal que sólo existe en los sueños mojados del Gobierno andaluz. Es intolerable que los mismos que dejaron gobernar a Mariano Rajoy sean los que estén negociando la futura financiación que pagará los servicios sociales, escuelas y hospitales de Andalucía.

El Gobierno andaluz se ha desconectado mentalmente de Andalucía y de sus responsabilidades de gobierno. Está como el mal estudiante que sabe que no aprobará los exámenes de fin de curso y se dedica a ver pasar el tiempo que duran las clases entre los barrotes de las ventanas, mientras el profesor trata de decirle que espabile por su futuro. El mayor drama de Andalucía no son los datos económicos que nos acechan, ni que el 40% de personas que tienen trabajo ganen menos de 650 euros, sino que hemos convertido lo habitual en normal. Ahora que se acerca el 40 aniversario del 4 de diciembre de 1977, fecha en la que el pueblo andaluz salió a la calle a pedir trabajo, pan, medicinas, escuelas y hospitales, igual es la hora de que salgamos a la calle a gritar que lo habitual no puede convertirse en normal otros 40 años más.

Un comentario

  1. Creo que Andalucía no merece una Presidenta tan garrula. Su discurso parece que va dirigido a gente poco formada, ávida de abrazar todos los tópicos de la incultura de nuestro país.
    Su actuación a la sombra en la Gestora del PSOE, amparada y aupada por personajes que si bien un día representaron la democracia en España, como Felipe González o Alfonso Guerra, y que a mi entender ahora representan a la España más casposa, nacionalista y neo franquista, la inhabilitan para encabezar un movimiento de izquierda en el seno del PSOE.

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