Portada / Democracia / La política en España es paradójica en extremo

La política en España es paradójica en extremo

José Santana

La izquierda ha sido incapaz de logar un Gobierno de Progreso en España y eso nos lleva a la convocatoria de nuevas elecciones para el próximo 10-N.

En Cataluña la Constitución se usa de forma parcial e interesada por parte del Gobierno de la Generalitat. El molt honorable president Torra pide la libertad de los detenidos y presos sin esperar al resultado de la Justicia, algo que no es esperable por quien representa la máxima autoridad del Estado en Cataluña, confundiendo interesadamente una opinión personal con la de un representante institucional elegido en el marco de la Constitución y del Estatut que regula el autogobierno de la comunidad autónoma catalana.

Manca finezza que dirían en Italia. Escudarse en la libertad de expresión para desobedecer las leyes, es arrogarse que él solo responde a su criterio (y a la historia como dijeron algunos) y todos sabemos que no es así, la Libertad y los derechos que la constituyen y protegen, solo se puede ejercer respetando el marco democrático constituido por el estado de Derecho.

Ahora viene fechas decisivas, nuevas elecciones y el resultado de la sentencia sobre los detenidos como resultado de la deriva del proces. Conoceremos la voluntad libremente expresada en las urnas el próximo día 10-N y esperemos que el resultado no contradiga el anterior del 28-A , donde hubo una mayoría progresista dilapidada por el tacticismo y la inmadurez de los líderes de la izquierda española, y que en esta ocasión la voluntad popular libremente expresada de nuevo en las urnas les enseñe con rotundidad a nuestros políticos el camino para lograr, esta vez si, un gobierno de progreso que de cauce a las reformas necesarias por una sociedad y un estado debilitados por la crisis económica y con el enorme e inaplazable reto de  la emergencia climática.

En Catalunya la Generalitat tendrá que hacer una profunda reflexión sobre los límites de la realidad y a la que se debe. Más allá de deseos u opiniones políticas y personales, reconocer y aceptar que no pueden, que no deben si son demócratas, actuar al margen de los deseos de una mayoría social catalana que se mueve en el día a día entre su realidad particular y de trabajo, con el pertenecer a un país donde el respeto a las leyes que nos son comunes es cosa asumida por la mayoría de forma natural y positiva.

Aspirar a cambiar la Constitución respetando los tiempos y los cauces que esta prevé solo es factible en Democracia, aceptando el juego de las mayorías y de las distintas correlaciones de fuerza. Solo así son posibles y legítimas, desde el respeto a las normas y leyes, a procesos democráticos de amplios consensos.

 

(*) La imagen es de una instalación Michael Pinsky (pollution pods)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *