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LAS ELECCIONES GENERALES Y LA SENTENCIA DEL PROCÉS

Rafa Rodríguez

 

  1. Los cinco vectores de las elecciones generales del 10N

La campaña electoral del 10 de noviembre previsiblemente pivotará sobre cinco temas: a) Los problemas materiales como el paro, la precariedad, la desigualdad, la inseguridad, el cambio climático, la violencia de género, las pensiones, etc. b) La inestabilidad económica en un contexto de alto endeudamiento del Estado. c) La inestabilidad política agravada por el fracaso en la formación del gobierno y la convocatoria de estas elecciones. d) La sentencia de los ERES (en el caso de que se produzca). e) La sentencia del procés que acaba de dictarse.

 

  1. La sentencia del procés como marco electoral dominante (si no lo evitamos)

Esta sentencia, con penas muy duras contra los políticos soberanistas catalanes, se va a convertir en el marco dominante de estas elecciones sobre todo si provoca un efecto de acción – movilización de una parte importante de la sociedad catalana como respuesta a la sentencia y un efecto de reacción – represión por parte del gobierno del Estado.

La derecha ha estado siguiendo una estrategia de confrontación contra el catalanismo como mecanismo para ganar la hegemonía en España. Ha sido su forma de cohesionar a la ciudadanía para compensar la desarticulación social que han provocado sus políticas. Esta estrategia de confrontación ha sido retroalimenta por la transformación del nacionalismo catalán en un movimiento independentista por la vía de las decisiones unilaterales. La celebración del simulacro de referéndum, la intervención de la autonomía catalana mediante la aplicación del artículo 155 de la CE y el procesamiento de los líderes independentistas por el delito de rebelión, son los hitos de esta estrategia de despropósitos en la que la política ha sido apartada porque amplios sectores de las élites han visto más rentable la confrontación que el acuerdo.

La sentencia niega el delito de rebelión cuando ya la imputación por este delito ha generado consecuencias perversas, desde la justificación de la prisión preventiva hasta el cambio de jurisdicción del Tribunal Superior de Cataluña al Tribunal Supremo que lo ha juzgado en una instancia única, y ahora resulta que era obvio que tal delito no existía. No es que se hubiera judicializado el conflicto, sino que se ha instrumentalizado la vía judicial para castigar a los independentistas y alimentar de prejuicios reaccionarios a la opinión pública española.

En la nueva etapa que abre la sentencia hay una línea divisoria entre los que quieren seguir utilizando el despropósito de la unilateralidad y la confrontación desde una parte u otra y los que quieren resituar el conflicto en el campo de la política, pero lo previsible es que la sentencia dictada en pleno proceso electoral se siga instrumentalizando para justificar alianzas que no hace mucho tiempo parecían imposibles.

 

  1. PSOE: ruptura del bloque de izquierda y aceptación del marco de la derecha

La convocatoria de nuevas elecciones rompió el bloque de izquierda. Pedro Sánchez pasó de ser la solución al desencuentro entre la izquierda al ser el problema. En un parlamento tan fragmentado como el actual si el PSOE no quiere pactar con la izquierda, la alternativa es pactar con la derecha, pero para eso era necesario crear un marco que permitiera cambiar por completo el relato para pasar del no es no al pacto con la derecha.

Cuando Pedro Sánchez permite la convocatoria de elecciones y no hace nada para evitarlas, es consciente de que la sentencia sobre el procés va a contaminar toda la campaña electoral. Por eso elige como slogan de campaña “Ahora España”, porque se incorpora al nacionalismo español fogueado por el anticatalanismo como forma para crear el marco que le permita gobernar con la abstención de la derecha.

El diálogo con los independentistas pasa a ser mera retórica. Se supone que están derrotados y solo espera de ellos la rendición, así que el presidente del gobierno en funciones se posiciona en una línea dura avisando que “la sentencia se cumplirá íntegramente” y que utilizará todos los resortes legales para “preservar” el orden constitucional, es decir, que tiene en su agenda la aplicación de las medidas de excepción que prevén las leyes y la Constitución.

En este contexto Unidas Podemos cobra una nueva funcionalidad como izquierda defensiva frente a la derechización de PSOE. Es una izquierda que va a absorber el voto de protesta del electorado progresista aún a sabiendas que está relegada a la impotencia.

Este nuevo escenario va influir sobre todo en el cambio de voto del electorado de derechas que va a concentrar su voto en el PP, que será previsiblemente el triunfador (en términos relativos, es decir, el que más crece) de estas elecciones, mientras que Vox, frente a las primeras encuestas que le daban un fuerte descenso, aguanta en su nicho electoral, normalizado por el discurso nacionalista de PP, Ciudadanos y PSOE, e incluso puede arañar algunos votos más de Ciudadanos, el gran perdedor de estas elecciones.

 

  1. Funcionalidad de Mas País

En este panorama que filtra la sentencia del procés, de confrontación entre nacionalismos excluyentes, pero de hegemonía del marco nacionalista de la derecha, nace Más País como una izquierda a la ofensiva que tiene como funcionalidad la vuelta a la política recomponer los consensos básicos que permitan la convivencia ciudadana desde la reconstrucción del bloque de izquierda, ofreciendo espacios de encuentro y ampliando la su base social mediante el diálogo y transversalidad.

Superar la confrontación territorial implica volver a poner en la agenda el sentido común, haciendo que la campaña electoral se aborde desde los contenidos en los que se debatan soluciones realistas a los problemas materiales, aceptando los límites económicos, políticos y ecológicos.

Necesitamos poner sobre la mesa cómo acabar con el paro estructural, con la precariedad, la desigualdad, la inseguridad, el cambio climático, la violencia de género, las pensiones, etc. en un contento de inestabilidad económica con un alto endeudamiento del Estado y de inestabilidad política agravada por el fracaso en la formación del gobierno y la convocatoria de estas elecciones.

Desde la izquierda que entiende que la política no se construye sobre la gente sino con la gente, hay cinco vectores desde los que aportar estas soluciones: la defensa de la democracia; llevar a cabo las reformas estructurales para acabar con el paro estructural, la precariedad y la pobreza; abordar estas reformas estructurales desde la transición ecológica y el feminismo; proponer la alternativa federal para España y la Unión Europea y reconducir el conflicto territorial para abordarlo políticamente y encauzarlo a través del diálogo, renunciar al inmovilismo y la unilateralidad y tendiendo puentes para encontrar una solución política en Catalunya de forma que recuperamos los espacios de convivencia social y normalización política, en Catalunya y en España, colocando a las personas y sus problemas en el centro de la acción política.

 

(*) La imagen es una instalación de Daniel Steegmann

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