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En Italia no saben ni quién ni de qué son los viceministros, el gobierno zombie de Zapatero sigue deambulando, y Merkel y Sarkozy quieren más poder para Goldman.

La política hoy, en el vértigo de la crisis y el cambio de época, implica sobre todo impedir que se formen callosidades en las fronteras que separan a la organización de su entorno.

El movimiento crece y crece pero lo hace a través de la emoción, le falta pensamiento.

El 15-M salimos a la calle a pedir más democracia. Tras pasar por Israel y ocupar Wall Street, el 15-M se hace global hoy, 15-O. ¿Qué habría que decir sobre este proceso de cambio social, y la influencia en él de las nuevas redes sociales?

Comparto texto de la periodista de Lidia Ucher, retenida por la policía durante la manifestación por un estado Laico del pasado miércoles. En pocos medios se puede encontrar esta información, lo que hace muchísimo mas meritorio el trabajo de gente como mi amiga Merche Negro, que desde su plataforma www.vudeo.org apuesta por contar la verdad sin pagar el peaje de la censura y lealtad a los grandes medios de comunicación. JM Mancebo

La ecuación es simple: todos somos sociedad pero no todos estamos representados.

Una de estas singularidades cualsea es el movimiento DRY-15M. No he acampado con ellos y me siento ellos. De la misma manera que no estuve en Iraq durante aquella invasión infame y me sentía iraquí. Ni viajé a Túnez durante la revolución de los jazmines y me siento tunecino. Ni me enfrenté a un tanque en Tiananmen y todavía me siento chino. Porque la arrebatadora belleza de estas utopías posibles consiste en negar la junteidad como señal de pertenencia.

De ahí que el punto de partida para cualquier reforma electoral en Andalucía sea la reivindicación de elecciones propias. Un grito que no se escucha en las plazas. En casi ninguna.

Por eso no votaré nulo. Ni votaré en blanco: votaré en blanco y verde. Y seguiré en esa lucha no importa lo ocurra en estas elecciones. Para quienes creemos en las utopías, perder es dejar de luchar.

Hay quien critica el 15M diciendo que estas cosas no pasan en países “serios”, como Francia, Holanda, Dinamarca o Finlandia. Tienen razón. Allí la indignación se ha traducido en votos al Frente Nacional y equivalentes. Mientras tanto, en Sol, la Plaza de Catalunya o Las Setas piden, proponen y construyen ...