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¡¡ Viva la policía¡¡

POLICIA

Hay dos conceptos vinculados a la defensa y al uso en el monopolio de la violencia, del la fuerza por parte del Estado que es crucial diferenciar: policía y ejército. Y lo son porque demarcan dos universos de relaciones radicalmente distintas entre los sujetos físicos o jurídicos (otros Estados) en el orden interior y exterior. La policía es una institución republicana, no lo olvidemos, que tiene como objetivo la protección de los derechos y el cumplimiento de la ley. La policía está sometida a la misma ley que aplica y está sujeta al control judicial y a las directrices políticas. Actúa con un uso ponderado y moderado de la fuerza que nunca pude lesionar derechos o bienes a quién no tiene responsabilidad alguna en el ilícito perseguido. En definitiva la policía es un instrumento institucional imprescindible en el Estado de Derecho constitucional y democrático. Por el contrario el ejercito se debe más a la defensa del principio de soberanía que del principio de legalidad puesto que por la validez del mismo principio de soberanía no esta sometido a ninguna legalidad internacional superior. Adopta como objeto de su campo de acción a entidades colectivas (otros Estados, otros grupos) y el uso de la fuerza no tiene por que se discrecional con el enemigo. Y el enemigo a diferencia del delincuente, carece de derechos y por ello no se define individualmente sino por la pertenencia a un grupo (palestinos, judíos, rusos o cualesquiera otros) o a unas situaciones coyunturales ( estaban allí el día del bombardeo, vivía al lado del enemigo…). En la guerra la relación entre sanción y responsabilidad individual no existe porque no existe en realidad es el derecho. A este “estado de naturaleza “ hobbesiano (“todos contra todos”) se le tarató de dulcificra con el “derecho de gentes2 de Hugo Groccio y la teoría de la “guerra justa” de los teólogos de la escuela de Salamanca (Vitoria, Suarez), aun así la primacía de la soberanía y de la fuerza seguía haciendo a los ejércitos la columna vertebral del Estado y máquinas diseñadas solo para la primacía del soberano, un actor potente en medio del “estado de naturaleza”.

Pero no es hasta 1884 con la firma del primero de los Convenios de Ginebra en que no aparece muy tímidamente un protoderecho internacional que regula el uso de la fuerza. La Sociedad de Naciones y posteriormente la ONU darán continuidad a estos convenios y comenzará un periodo, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. en que se crea todo un corpus jurídico que regula el uso de la fuerza por parte de los Estados y limita pues la soberanía de los mismos. La ONU ciertamente llega a modificar el concepto de guerra por el de conflicto y establece una jurisdicción universal de la carta de derechos humanos que luego la Corte Penal internacional institucionalizaría. En síntesis la ONU suponía un paso muy imperfecto pero un paso al fin y al cabo, del “estado de naturaleza” al “estado de derecho” internacional. Los “Cascos azules” de la ONU son lo mas parecido a una policía internacional, o al menos; al uso policial de fuerzas militares. Para la doctrina de Naciones Unidas no había ya lugar para la “·guerra justa” sino conflictos que había que pacificar en primer lugar para así poder reponer la legalidad, posteriormente, por medio de sanciones y con el mínimo uso de la fuerza. tado de derecho mundial. La caída del muro de Berlín, la desaparición de la URSS y la emergencia de los halcones neoliberales (Reagan y Tatcher) auspiciaron una enorme involución en el camino andado hacia la universalización del “Estado de derecho”. “OTAN si, ONU fuera”, volvía la doctrina de la guerra justa y así aparece citada en los escritos de los estrategas norteamericanos y en los palmeros de la prensa occidental. La desobediencia del Tribunal de la Haya en la sentencia condenatoria contra Estado Unidos por el minado de los puertos nicaragüenses, es un hito en esta escalada. Luego llegará la negativa del gobierno norteamericano a firma el acta de constitución de la Corte Penal Internacional y el boicot económico y político a los organismos de Naciones Unidas.

Parecía que la llegada de Obama a la Casa Blanca suponía la recuperación del multilateralismo pero esto ha sido solo un espejismo aunque se ha reducido notablemente la agresividad de la política exterior norteamericana durante su mandato presidencial. En conclusión a los neoliberales les gusta muy poco la policía y mucho los ejércitos y han militarizado la política internacional despojándola de cualquier control de legalidad internacional. Los  bombardeos francesas , y la declaración de guerra mediante el “estado de emergencia”; en Iraq contar el ISIS, que son anteriores a los atentados de Paris, implican que un Estado europeo continental asume la doctrina del unilateralismo y por primera vez. Hasta ahora habían participado , mas de mala que de buena gana, en las aventuras del eje atlántico (USA y KU) pero ahora no es sólo eso, ahora toman la iniciativa y esta reacción es especialmente grave . Pero esto que aparenta ser un problema externo es también, y especialmente, interno. La guerra va unida al “estado de emergencia” lo cual comporta , como denunciado un juez francés hace unos días, que se ha puesto la lucha contra el terrorismo no en manos del poder judicial sino del ejercito. Las fronteras entre policía y ejercito, entre lo exterior y lo interior se desvanecen pero en la dirección opuesta a la que desearíamos. No aplicamos el Estado de derecho interno al “estado de naturaleza” exterior sino al contrario. No es el ejercito el que actúa como policía sino la policía la que actúa como ejercito. El enemigo, como en las guerras civiles, ya no esta fuera sino dentro.

Esta aberración se ha venido incubado en los últimos treinta años sin que casi nos diéramos cuenta ¿Qué es sino el Patriotic Act de Busch? ¿Y Guantanamo? ¿ Y los vuelos y las cárceles secretas de la CIA? Un jurista alemán, Jacob, lo ha teorizado y para ello ha recuperado la tesis de los juristas nazis del “derecho del enemigo” ( que es realidad es el no derecho del enemigo) para justificar un trato inhumano del que es definido como enemigo puesto que la categoría de persona humana es una convención observacional derivada de la definición normativa de la conducta de esta (usando fraudulentamente la teoría de sistemas de N. Luhmann). De esta forma resulta que “persona humana” es solo aquel que se comporta conforme a las normas básicas de la sociedad de los humanos, quién así no lo hace pierde dicha condición. Por supuesto las “normas básicas de la sociedad de los humanos” son definidas por un Estado o conjunto de Estados civilizados.. Vamos que  es la OTAn  quién define quien es humano y quién no. Es el “estado de excepción” generalizado que ha descrito y previsto Agamben , y que ya ha estado operando para los emigrantes, para los terroristas , para loss pobres del mundo, para las mujeres: la conversión de todos nosotras en lo que esto ya son; homo saccer (hombres y mujeres nada). Esto es lo que ha comenzado ahora con Francia: El fin del sueño cosmopolita del multilateralismo por la caída del bastión europeo. Y al mismo tiempo es el inicio oficial, con declaraciones solemnes incluidas, de la ve de la generalización ad intra del “estado de excepción” nada menos, no es sólo una deplorable guerra más.

Lo habíamos dicho y ha ocurrido, la crisis metabólica estructural en e que estamos inmersos más tarde o temprano tendrá una expresión militar y autoritaria; aquí está ya en el corazón mismo de la democrática Europa. Los recortes al Estado social se expresarían finalmente en recortes al estado de derecho. No sólo nos quitan las derechos sociales sino que esto implicará perdida en derechos políticos e individuales. El desmontaje del Estado de Bienestar requiere ,antes o después, del desmontaje del Estado de derecho y seguramente de la misma democracia tal como hoy la conocemos. Esa policía francesa militarizada que hoy busca terroristas islámicos por las calles de Paris nos buscara finalmente a nosotros. La  guerra  de las elites dominantes es contra la gente y hace tiempo que ha empezado. La doctrina del schok de Klein , continua y cada vez necesitará de más sangre para ser efectiva y justificar de esta forma el “estado de excepción” sin que desaparezcan formalmente las apariencias democráticas.

Por eso la respuesta militar y autoritaria del gobierno francés ante los crímenes de Paris no es un error , como bien intencionadamente opinan muchos analistas. Y no lo es por que el objetivo no es ni el terrorismo ni el yijadismo; sino la disciplinización de la población europea para un periodo de austeridad, empobrecimiento, desigualdad y carencias básicas motivado por el decrecimiento inducido por la crisis metabólica, que obviamente no es compatible con el “Estado de derecho democrático. Es la crisis del capitalismo financiero globalizado, y no el yijadismo u otros tigres de papel, lo que provoca la guerra. No es casualidad que en un articulo publicado en las portadas de los principales diarios europeos Bernad Henry Levi recupere el concepto de “enemigo · de Karl Schimtt, citando explícitamente y por su nombre al jurista nazi, para invocar la legitimidad de la guerra emprendida por Francia. Tampoco es casualidad que esta contienda la haya encabezado el gobierno de una socialdemocracia europea que ahora se encuentra en la UVI ideológica y política. La nueva síntesis totalitaria se esta conformando.

Por el contrario los que nos oponemos a esta barbarie y que somos legión aunque no lo parezca; no podemos incurrir en dos errores habituales pero que en estos momentos pueden ser fatales. Primer error: abandonar la defensa y el uso del Estado de derecho y de las instituciones garantistas y democráticas por que son “falsas”, “formales”, “por que no sirven“ o argumentos de similares aparentemente realistas. Y segundo error: olvidar que esta instituciones están basadas y conectadas con realidades materiales (económicas y ecológicas) sin las que cuales no pueden funcionar sin gravísimas distorsiones en su utilidad social. Luchar contra los recortes sociales es también luchar contra los recortes de las garantías y de las libertades , a la par , es luchar también y fundamentalmente y contra la degradación ambiental. Estado de derecho democrático , Estado social y Estado ecológico son versiones de un mismo modelo alternativo a la barbarie que se avecina. Necesitamos el Estado de derecho hoy más que nunca, necesitamos la a la ONU, a la policía, a las leyes y las instituciones mas que nunca para poder tener futuro ante el “non future” de las elites del capitalismo globalizado. En la dualidad entre policía y ejercito , nuestra opción tiene que estar clarísima , sin titubeos, no es momento para los tibios porque ellos tampoco lo son. Sin esta comprensión unitaria de la crisis y de las guerras sólo quedará la melancolía d la lamas bellas, en un primer instante ; y el “llanto y el rechinar de dientes” al final.

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