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Evolución de la Moral (entrevista a Frans de Waal)

monos enamorados

 

Nueva Ilustración evolucionista.Hablar de evolución de la moral habría sido impensable hace relativamente poco tiempo (aunque es algo que ya planteó el mismo Darwin). Sin embargo, actualmente, el hecho de que la moral ha evolucionado y que podía haber sido diferente, es algo aceptado ampliamente en círculos científicos y filosóficos. La búsqueda de la causa última ha llegado también a los valores y cuándo nos preguntamos de dónde surgen los valores y la moral hoy en día es habitual referirse a la neurociencia, y a estudios en chimpancés.

Uno de los responsables de este cambio de paradigma es, sin ninguna duda, Frans de Waal, cuyos estudios y libros son precisamente los más citados. De Waal lleva décadas hablando de que la fiera competencia por la supervivencia no es todo lo que ocurre en la evolución, que existe también la reconciliación, la empatía, el altruismo, y que en nuestros primos primates aparecen ya los ladrillos con los que los humanos hemos construido nuestros edificios morales.
Ha costado mucho este cambio porque está muy instaurado en la sociedad el punto de vista de que la moral proviene de Dios, que la moral es algo absoluto, independiente de nosotros, que nos pasó Dios escrita en unas tablas. Entender que la moral es humana (o incluso prehumana), que es resultado de nuestra naturaleza social y que llega sólo hasta los límites del grupo no ha sido fácil. Y no ha sido fácil porque tiene profundas e inquietantes consecuencias. Como decía Dostowiesky, si Dios no existe todo está permitido. Si la moral no es un mandato divino ¿por qué hemos de respetarla?
Los problemas filosóficos son también formidables. Si nuestra forma de vida y costumbres como especie fueran diferentes, tendríamos otra moral.  O no tendríamos moral en absoluto. Para empezar, la moral es un producto de criaturas sociales. Si fuéramos criaturas individuales no la necesitaríamos porque ¿a quién haríamos daño con nuestras acciones? La moral trata principalmente de controlar las acciones individuales para que se conformen a las necesidades del grupo. Sin normas morales una especie social como la nuestra no podría existir, si matáramos al primero que pasa para robarle, o sin ninguna razón, si violentáramos a las mujeres cuando apeteciera, etc., la vida humana sería totalmente imposible, la especie desaparecería. Así que tenemos normas morales porque son buenas para la supervivencia y multiplicación de los genes. No existe absolutamente ninguna contradicción entre genes egoístas e individuos cooperadores, absolutamente ninguna.
Por otro lado, tener la moral que nos conviene como especie quiere decir que nuestras normas morales podrían haber sido otras. Si fuésemos, por ejemplo, como esos insectos en los que la hembra se come al macho durante la cópula, nuestra Biblia (suponiendo que la tuviéramos) diría que está bien comerse al macho durante la cópula (porque eso sería lo mejor para nuestros genes en ese caso). ¿Por qué cumplir entonces con las normas que tenemos? ¿porque son las nuestras, las propias del ser humano?…pero dar lo natural por bueno ¿no es caer en la falacia naturalista? ¿no hemos dicho en otras cuestiones que aceptar lo que es como lo que debe ser no es lógico ni necesario? ¿tenemos que aceptar la falacia naturalista en el campo moral? Y si no podemos anclar nuestra moral en lo natural ¿en qué la podemos basar? ¿En el utilitarismo, en lo que es mejor para el mayor número de individuos, como proponen algunos filósofos y no filósofos? ¿en lo que vote la mayoría?
Hay muchos cabos sin atar y muchos problemas relacionados con la evolución de la moral y nadie mejor para plantearle estas preguntas que Frans de Waal. Para los que estéis interesados en este tema, creo que el libro de De Waal donde más en profundidad aborda las cuestiones morales es Primates y Filósofos. La evolución de la moral del simio al hombre
1- Randolph Nesse escribió en 1994: “ El descubrimiento de que las tendencias al altruismo son moldeadas por los genes es uno de los más inquietantes en la historia de la ciencia. Cuando lo comprendí por primera vez dormí muy mal durante muchas noches, tratando de encontrar una alternativa que no desafiara tan duramente mi sentido del bien y del mal. Entender este descubrimiento puede minar nuestro compromiso con la moralidad -parece tonto controlarse uno mismo si la conducta moral es solamente una estrategia más para promover los intereses de nuestros genes”. ¿Cuál es su opinión acerca de esto?

¡No entiendo por qué Randy durmió tan mal! En biología hacemos una clara distinción entre cómo evolucionaron las cosas (las razones genéticas de las que él habla) y cuál es la motivación para hacer las cosas, la biología detrás de ellas. Son dos maneras diferentes de mirar el mismo fenómeno. Por ejemplo, el sexo evolucionó para la reproducción, pero poca gente tiene sexo pensando en la reproducción. Por eso tenemos la píldora de la mañana siguiente. Por tanto, no hay que confundir la razón evolucionista de una conducta con su motivación. Esto es cierto de muchas conductas, de ahí que el hecho de que las tendencias altruistas evolucionaran para producir ciertos beneficios no excluye la bondad genuina, la ayuda genuina. Por esto yo no perdería una sola noche de sueño acerca de la explicación evolucionista.
La conducta moral sigue existiendo independientemente de sus antecedentes, y generalmente enfatiza a la comunidad por encima del individuo. Siempre ha sido así, y el interés creciente de biólogos y neurocientícos en la moralidad no cambia esto en absoluto. La idea es que los sistemas morales aparecieron para reforzar la cooperación de los grupos, lo cual es la razón de que estemos preocupados con la compasión y el cuidado de los demás, y tengamos reacciones negativas ante la injusticia, y castiguemos a los que roban y matan.
Si nos fijamos en los otros primates, reconocemos muchas de las mismas tendencias que subyacen en nuestra moralidad, como reglas de reciprocidad, empatía y simpatía, sentido de justicia y necesidad de convivir. Los monos, por ejemplo, protestan una distribución desigual de recursos (ver el final de mi charla en TED), y los chimpancés se hacen favores entre ellos incluso aunque no ganen nada de forma egoísta. Los bonobos son probablemente los más empáticos de todos los animales, y los datos recientes los sitúan muy cerca de nosotros.
La moralidad humana va más lejos que esto pero todas estas tendencias juegan un papel. Hemos sido adoctrinados en que la naturaleza es “sangre en garras y dientes” (“red in tooth and claw”), y totalmente egoísta, pero estamos ahora aprendiendo acerca de resolución de conflictos, cooperación, empatía y otras cosas similares, en nuestros compañeros primates. Están mucho más orientados hacia la armonía de lo que la gente reconoce. Yo no considero a los primates necesariamente “seres morales” pero compartimos con ellos una vieja psicología, sin la cual nunca habríamos llegado a ser morales.
2- En el pasado, vivíamos en un mundo donde la moralidad era divina, objetiva y absoluta. Ahora nos hemos encontrado con que la moral es humana (y no sólo humana), subjetiva y relativa. ¿Es el gran problema de la moralidad que, sin Dios, no sabemos dónde anclarla?
La cooperación y la armonía social siempre han sido una ventaja para nuestra especie, mucho antes de que aparecieran las religiones, hace unos 2000 años. A los biólogos esta escala de tiempo no les impresiona en absoluto. Estoy seguro de que nuestros ancestros se interesaban por los demás, por la justicia y por unir esfuerzos, hace un millón de años, o más. Las cosas cambiaron con la revolución agrícola, sin embargo, hace unos 12.000 años. Comenzamos a expandir nuestras sociedades para incluir miles, y ahora millones de personas. Las reglas de reciprocidad, empatía  y monitorizar las contribuciones de todos ya no nos sirven. Se ha vuelto muy fácil engañar al sistema. Un enfoque de arriba abajo se hizo necesario para forzar el mismo grado de cooperación, preferiblemente uno respaldado por una fuerza sobrenatural, que vigilara a todos y prometiera el cielo o el infierno, según lo bien que te portaras. Según este punto de vista, la religión moderna no está en la raíz de la moralidad, sino que surgió como una adición, como una manera de fortalecer el sistema. La gran pregunta es cómo de esencial es esta adición para el buen funcionamiento de la sociedad.  Y si fue esencial en el pasado,¿lo sigue siendo hoy?
3- Los organismos celulares necesitan controlar la conducta de las células individuales. Si una célula cancerosa empieza a perseguir sus propios intereses al margen del resto del organismo, el Sistema Inmune la ordenará que se suicide (apoptosis). De la misma forma, la moralidad va de poner los intereses del grupo por encima de los intereses del individuo. ¿Juegan la moralidad y las instituciones sociales -como la policía o el sistema judicial- el mismo papel a nivel social que juega el Sistema Inmune a un nivel biológico?
No sé si este paralelismo es adecuado. Por supuesto, la moralidad se ocupa de la conducta desviada, pero no es todo lo que hace. También implica ideales, tiene virtudes y vicios, y a menudo funciona a través de reputaciones. Los individuos ganan reputaciones basadas en su conducta. Hay una gran diferencia con clonar colonias de células o los insectos sociales.
Lo que es tan interesante acerca de la prosocialidad humana es precisamente que no es del tipo “eusocial” que promueve sacrificios por el bien genético común. Los humanos mantenemos todo tipo de intereses egoístas y conflictos individuales que necesitan ser resueltos para conseguir una sociedad cooperativa. Por esto nosotros tenemos moralidad y las abejas o las hormigas no. Ellos no la necesitan.
Los modelos de insectos ignoran la circuitería de los mamíferos, que nos hace sensibles a las emociones de los demás, como cuando sentimos malestar por el malestar de los demás. Esto es lo que nos conecta a los demás, y es el principal motivador del altruismo. Esto lleva a un mayor alcance del altruismo que el encontrado en los insectos sociales, como cuando adoptamos hijos no biológicos, nos preocupamos de un esposo/a moribundo, o ampliamos nuestro cuidado a otras especies. Hay excelentes ejemplos en primates. Por ejemplo, se ha observado que chimpancés macho  adoptan huérfanos de su propia especie, transportándolos y alimentándolos durante años, incluso cuando los test genéticos muestran que no son familiares genéticos. Cualquiera que estudie la empatía puede entender cómo es esto posible, aunque los modelos tradicionales tienen problemas con esta conducta, y la comparación con los insectos no nos sirve de nada.
4- La evolución no moldeó nuestra conducta buscando el bien en sí mismo, sino buscando el bien de un grupo humano concreto, con un determinado estilo de vida, en un determinado tiempo y lugar. ¿Cree que algún día será posible alcanzar una moral universal, una válida para toda la humanidad?
Este es el reto de nuestro tiempo. El planeta se está haciendo más pequeño e interconectado. Estamos intentando aplicar principios morales, desarrollados principalmente para propósitos intragrupales, fuera del grupo, fuera de las fronteras nacionales. Es una búsqueda típicamente humana basada en nuestra avanzada cognición. Estas tendencias no surgen naturalmente en nosotros, pero con suficiente fuerza de voluntad podemos guiar nuestra psicología hacia aceptar estos nuevos objetivos.
5- ¿En qué está trabajando ahora?¿Qué misterio le gustaría desvelar?
Seguimos trabajando en las emociones de los animales, que creo que es la próxima frontera en los estudios animales, combinado con la cognición, por supuesto, como lo está el estudio de las emociones en humanos.
Publicado en: http://ilevolucionista.blogspot.com.es/

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