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El viernes 20 el Consejo de Ministros recibió el Informe del ministro de Justicia sobre el anteproyecto por el que Gallardón pretende convertir en delincuentes a aquellas mujeres que decidan a abortar. 118.359 fueron las que interrumpieron voluntariamente su embarazo, en 2011, según el Ministerio de Sanidad. Por cada mil españolas en edad fértil, doce deciden abortar cada año. Esos son los datos que pasarían a ser invisibles si las mujeres perdiéramos esta batalla. Y mucho más sufrimiento.

Pacto entre mujeres

Pilar de la Paz Moya / El viernes 20 el Consejo de Ministros recibió el Informe del ministro de Justicia sobre el anteproyecto por el que Gallardón pretende convertir en delincuentes a aquellas mujeres que decidan a abortar. 118.359 fueron las que interrumpieron voluntariamente su embarazo, en 2011, según el Ministerio de Sanidad. Por cada mil españolas en edad fértil, doce deciden abortar cada año. Esos son los datos que pasarían a ser invisibles si las mujeres perdiéramos esta batalla. Y mucho más sufrimiento.

pacto entre mujeres

¿Pero qué nos habíamos creído nosotras? Parece decirnos el ministro, que debe saber que con su ley clasista esto no cambia. ¿Qué pretende? En mi opinión, esto no va solo de aborto. Se trata de devolver a la mujer “a su sitio”. Una vuelta al pasado que no podemos consentir. Por eso urge un Pacto entre Mujeres, un pacto que la Plataforma Feminista de Alicante ha conseguido introducir en el debate sobre el aborto. Uno, como el protagonizado por todas las parlamentarias de la Legislatura Constituyente cuando se negaron a avalar con su voto la discriminación por razón de sexo en la sucesión a la Corona y que, como mujeres, nos hace sentirnos orgullosas de ellas. Ahora es igual. El ministro quiere tutelarnos. Convertirnos en ciudadanas de segunda, a todas, empezando por la vicepresidenta del Gobierno y las ministras y siguiendo por nuestras representantes en las Cortes Generales. Por eso, es a ellas a quienes nos dirigimos para que garanticen nuestros derechos. Ellas, las parlamentarias de todos los grupos políticos, son nuestras legítimas representantes cuando de limitar nuestros derechos como mujeres se trata. A ellas apelamos; a las del partido en el poder también, y por eso, si las vemos sumisas y calladas, nos avergüenzan. Ni ellas se lo merecen ni nosotras tampoco. Porque necesitamos una democracia en que todos los partidos respeten a las mujeres. La derecha y la izquierda. Porque las mujeres no vamos a votar a un partido que nos considere inferiores. ¡Ya está bien de aguantar a políticos, con “o”, que nos humillan como mujeres y, silo protestar si son contrarios a nuestra ideología! Los machistas van contra todas. Pactemos.

Pilar de la Paz Moya es experta en género e igualdad de oportunidades

Publicado en DIARIO DE JAÉN

 

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