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¿ Porque pueden ganar los que nunca ganan?

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Podemos sube a un ritmo superior a la velocidad de la luz política en España, esto es indudable. Otra cosa es ver como termina todo, hay mucho partido por jugar pero la tendencia  ascendente es hoy un hecho cierto y probado. Mucha gente  atribuye exclusivamente este ascenso a los éxitos y méritos comunicacionales y estratégicos del grupo promotor  y del  líder mediático (Pablo Iglesias). No seré  yo quién niegue esos éxitos y aciertos: Podemos es hoy para la comunicación y la ciencia  política mundial una obra de arte  sublime. Pero, como ellos saben bien , hay algo, mucho, más.

Y eso precede y excede a la estrategia es no solo una crisis española del régimen del 78 sino una crisis del modo de acumulación capitalista nacido después de la II guerra mundial  provocado por las contradicciones internas ( globalización incipiente) y por   el progresivo agotamiento de los recursos.  Esta crisis se empezó a manifestar políticamente en la  revolución conservadora   de los ochenta con Reagan y Tratcher.

El escenario de este periodo de  estabilidad, crecimiento y bienestar en  el occidente capitalIsta había pivotado políticamente sobre dos ejes : conservadores liberales y socialdemocracia (con diversas modulaciones nacionales). Ambos pivotes y el juego de alternancia  y tensión mutua esta en quiebra  muy grave, no se si irreversible.

La socialdemocracia  se movía sobre una demanda doble;  satisfacer la demanda  de  plusvalía de la oligarquías económicas  y la  demanda  de distribución  de  parte de los beneficios por pate de  electorado por medio de  servicios  públicos universales (sanidad, educación, infraestructuras, investigación etc), y un fuerte poder sindical que garantizaba niveles de renta aceptables. De esta manera  quedaban libres rentas de consumo inmediato en un periodo, fordismo y taylordismo, donde el consumo era el principal yacimiento de plusvalía.

El punto de equilibrio entre esas dos  demandas (plusvalías y retas distribuidas) era el crecimiento y el brutal intercambio desigual con el tercer mundo. Este punto de equilibrio permitía la estabilidad política pues  posibilitaba que las decisiones democráticas coincidieran  con los intereses óptimos  de las  élites y de las mayorías sociales.

El  crecimiento  y el intercambio desigual   se ha ralentizado hasta cuotas insospechadas hasta ahora, ergo el punto de  equilibrio comienza a deteriorarse y la antigua estabilidad y funcionalidad política también. ¿Socialdemocracia para qué? Se empiezan a preguntar unos y otros.

Por su parte el polo liberal y conservador  basó su  estrategia en  dos posiciones de situación ( no en dos demandas contradictorias que requerían de equilibrios,  como la izquierda): incrementar  las rentas del capital estimulando así la inversión y el crecimiento y la actividad económica lo cual  acabaría “chorreando” a los de abajo ( a los que previamente se debilita políticamente con el desplazamiento  del poder sindical). Y dos,  rompiendo o fragmentando la alianza entre las clases medias y las clases trabajadoras  sobre la que se sustentaba el Estado del Bienestar. La vía elegida  ha sido la progresiva privatización de los servicios  públicos  universales. De esta manera se conseguía que las expectativa política de mejora de las  clases medias no estuvieran  en tener mejor servicios públicos  sino en tener más renta disponible (por medio de la rebaja de impuestos). Con una parte importante de las clases trabajadoras impotentes y esperando el chorreo del crecimiento  y con las clase medias  con expectativas privatizadas, la derecha apodia consolidar periodos de hegemonía.

Pero para que estas  dos posiciones de situación sigan teneido éxito es necesario  que se den las dos mismas codicones  que requeren la estrategia de equilibrio de la socialdemocracia: crecimiento  e intercambio desigual.  Sin esto factores ni hay chorreo, ni hay rentas disponibles para ser invertida  por las clases medias en los servicios privatizados, ni hay incremento del  consumo de masas para incrementar  las plusvalías,  ni puede haber tampoco ( por el déficit fiscal del Estado) , disminución de la presión fiscal  media.  Luego la guerra de posiciones  de la derecha liberal también está bloqueada.

Esta bloqueo de los dos pilares del bipartidismo   también acaba afectando al ciclo de alternancia entre derecha e izquierda  que  se sostenía  sobre  dos creencias relativamente ciertas: (a)  La derecha  estimula mejor el crecimiento y  distribuye peor (b) La izquierda estimula peor el crecimiento pero distribuye mejor. Esto explicaba que  ciclo de gobierno conservador  de crecimiento económico fueran seguidos ciclos socialdemócratas de reparto.  Los unos ( derecha) solían dejar los gobiernos con más desigualdad y los otros (socialdemocracia) con más deuda. Ver como ejemplo el ciclo González –Aznar-Zapatero.

Y es por eso por lo  que se votó a Rajoy para continuar con ese ciclo, ahora tocaba crecer, bajar los impuestos, aumentar la eficacias administrativa pero el juego esta estropeado y yano funciona , los dos botones ( azul y Rojo) ya no responden. Este bloqueo del juego de  la latreanancia  abre un  nuevo ciclo desocncocido, dodne se peuad dar lo peor ( mucho pero que lo anterior) y lo mejor. De momento parece,  muchas gracias Podemos,  que la cosa va hacia lo mejor pero todo es posible y el partido no está ganado ,ni siquiera  ha comenzado en realidad.