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Construcción sostenible. El covid-19 y el cambio de modelo productivo (2)

José Antonio Pino

El empleo en la rehabilitación de viviendas y la lucha contra el cambio climático. (sobre la construcción, segunda parte)

 

No es la primera vez que en los planes estatales o autonómicos de vivienda se han  contemplado medidas de rehabilitación de las mismas.

Desde la grave crisis de la construcción de 2007, se han elaborado estudios y propuestas para generar empleo en un sector que fue tan castigado en desempleo, y el gobierno central elaboró un Plan Estatal de Vivienda y Rehabilitación en 2009, añadiéndose a continuación planes autonómicos que desarrollaban ese plan estatal. PERO ERAN PROGRAMAS MUY DÉBILES EN FINANCIACIÓN, en el fondo siempre pensaron que eso correspondía al sector privado.

La aprobación en junio de 2013 de la norma de Certificación de eficiencia energética, que obliga a que toda vivienda y/o edificio que quiera venderse tiene que poseer dicha certificación dinamizó relativamente el sector de la rehabilitación, pero no supuso ningún avance cualitativo. El 84% de las viviendas actuales tiene la calificación energética negativa en la actualidad.

En agosto de 2016, la Junta de Andalucía aprueba un Plan de Vivienda y Rehabilitación 2016-2020, que está pasando sin pena ni gloria al no tener el suficiente apoyo político ni respaldo empresarial. Los años de vino y rosas de inversión inmobiliaria con dinero de los fondos especulativos mundiales no veían motivación suficiente en la rehabilitación.

La rehabilitación de viviendas no solo responde a la preocupación por generar empleo en un sector en declive, responde también a la necesidad de combatir el cambio climático para poder tener un futuro como sociedad. La Unión Europea marca el camino de la descarbonización de la economía en el horizonte 2050. Se trata de reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2.

El desarrollo de la energía fotovoltaica, con la caída brutal de los costes de fabricación de los paneles, permite, asimismo contemplar la instalación de paneles fotovoltaicos en las azoteas de las decenas de miles de bloques de viviendas de Andalucía, donde precisamente SOL NO NOS FALTA.

Se trataría de implementar, en la rehabilitación de las viviendas antiguas que no reúnen el requisito de eficiencia energética, entre otras, las siguientes medidas de aislamiento e incorporación de energías renovables, que están comúnmente admitidas, tanto por los expertos como por las empresas, para aumentar el aislamiento, reduciendo el consumo:

Medida 1: Incorporación o mejora del aislamiento térmico de la fachada (envolvente).

Medida 2: Incorporación o mejora del aislamiento térmico e impermeabilización en la cubierta (envolvente).

Medida 3: Incorporación o mejora del aislamiento térmico y del factor de protección solar de los vidrios (huecos de fachada).

Medida 4: Mejora de la estanqueidad, conductividad y rotura de puente térmico de las carpinterías (huecos de fachada).

Medida 5: Incorporación o mejora de elementos de control, filtración y protección solar en los huecos de fachada.

Medida 6: Sustitución de combustible (y/o sistemas) de origen no renovable incorporando el uso de energías renovables (solar térmica, biomasa, geotérmica…) para la obtención de climatización y Agua caliente sanitaria.

Medida 7: Incorporación de posibles mejoras de rendimiento y eficiencia energética de los equipos e instalaciones.

Medida 8: Incorporación del uso de energías renovables (captadores solares fotovoltaicos, aerogeneradores…) para la obtención de electricidad.

 

El empleo que se puede generar en un gran Plan de Rehabilitación de vivienda abarcaría en trabajo directo como mínimo a Oficiales y Peones en Albañilería, Fontanería, Electricista, Cristalería, Cerrajería, Montadores; pero también se necesitaría a personal técnico como Diseñadores de proyectos, Dirección de Obra, Administrativos y Gestión.

Estudios efectuados, con apoyo de la Unión Europea, especifican que por cada 5 viviendas rehabilitadas se crea un empleo estable y digno.

Pero un tirón de la demanda de rehabilitación de vivienda generaría empleo indirecto, como en la Industria de materiales y aparatos de construcción, en la industria de energías renovables, Servicios energéticos, Formación, legislación, Certificación, Investigación y comercialización.

Los especialistas contemplan en sus parámetros que por cada empleo estable se genera 0,31 empleo indirecto.

A nadie se le escapa que para que la rehabilitación de viviendas antiguas tenga impacto económico y social, al mismo tiempo que combate el cambio climático, es necesario una importante inyección de dinero. Y ese dinero tiene que ser una apuesta política de la Unión Europea, con transferencias y líneas de crédito potentes (así se verá si es cierto que en esta ocasión no ocurre lo mismo que en la crisis de deuda de 2008), del Estado y de la Junta de Andalucía.

Si tenemos un parque de vivienda antigua que hay que rehabilitar de 800.000 viviendas, en un plan a 5 años, para que tenga el impacto económico y ecológico imprescindible, significa que cada año, podemos rehabilitar 160.000 viviendas. Generando con ello 32.000 empleos directos y 10.500 indirectos.

Cierto es que los proyectos de rehabilitación de viviendas pueden tener presupuestos muy dispares (solo hay que ver las paginas de distintas empresas dedicadas a la restauración), pero si nos atenemos a las medidas que hemos apuntado antes, el presupuesto tipo de rehabilitación podría ser de 20.000 euros por vivienda. De los cuales 10.000 serian ayuda directa y 10.000 préstamos a interés 0(solo gastos de gestión).

Se podrá argumentar que eso significa un esfuerzo de inversión de 1.600 millones de euros anuales y avales estatales de la misma cantidad, pero el esfuerzo de combatir el destrozo económico provocado por la pandemia, así lo exige, y la lucha contra el cambio climático también.

 

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