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El Tea Party y la política del odio

diana

 

Ramón Lobo.El país. 10/01/2011.

El 2 de enero entró en vigor en España una nueva ley antitabaco que prohíbe fumar en los lugares públicos. En Arizona están mucho más adelantados en el arte de prohibir; desde hace un año disponen de una que impide entrar armado en cualquier lugar en el que se venda alcohol.

Hay normas que son una metáfora de la idiosincrasia de un pueblo. Los argumentos y las quejas de los pistoleros norteamericanos, que se sienten coartados en su libertad, son similares a los de los insumisos del tabaco españoles, que por lo general son bastante de derechas. Es el lenguaje del rechazo dominante, que tan bien interpreta en EEUU el Tea Party. Pese a las prohibiciones nada impidió la matanza de Tucson. Esta vez no es una cuestión de armas en las manos equivocadas, sino del odio como arma política que ha impregnado la sociedad estadounidense.

Crece la sociedad de la desinformación. Una mayoría de los ciudadanos prefiere refrendar sus prejuicios y no saber qué sucede a su alrededor. Prosperan los medios-agitación que fomentan sin datos ni pruebas el discurso maniqueo. En EEUU, cuando se habla de Barack Obama brota un tinte racista. Basta escuchar a cualquier presentador de Fox News.

La matanza de Tucson ha conmocionado a Estados Unidos. Vuelven a escucharse las voces que exigen la regulación o la prohibición de la venta de armas. Otras van más lejos y señalan sin complejos a los inductores intelectuales, es decir, a aquellas personas y grupos que con sus soflamas incendiarias han generado el clima de odio. El Tea Party sacó beneficio electoral de ese lenguaje en noviembre. No son radicales ni agentes de la extrema izquierda quienes les acusan, es la CNN.

Ahora, como escribe Antonio Caño, lo ocurrido en Arizona puede volverse en contra de algunas de sus figuras ultras, como Sarah Palin.

Paul Krugman escribe en The New York Times una columna titulada Clima de odio:

When you heard the terrible news from Arizona, were you completely surprised? Or were you, at some level, expecting something like this atrocity to happen?

Pasará la emoción de estos días, se olvidarán las palabras pronunciadas, los propósitos de reforma y regresarán las voces del odio. No son nuevas, surgen del racismo, de la lucha por los derechos civiles. Los nuevos supremacistas son la prolongación del Ku Klux Klan. La nueva política ha perdido sus modales, ya nadie teme decir lo que piensa de los inmigrantes, los homosexuales o los negros. La xenofobia da votos. El error no es solo la política, es una educación que no crea ciudadanos libres sino gente con miedo.

 

 

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