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Espacio Plural en Sevilla: el “estado de las nacionalidades”

Mientras que la ciudadanía ve cómo la amenaza de perder el puesto de trabajo, o de que se les termine el subsidio de paro o de que les desahucien de la vivienda, nos acorrala, el sistema democrático sigue preso del bipartidismo.

Este debate sobre el “estado de la nación” ha sido la constatación de que ya no queda ningún puente entre el sistema bipartidista y la sociedad. Por eso ha ganado el duelo dialéctico, dirimido entre las ruinas de los dos partidos que han compartido el poder que nos ha llevado hasta este desastre, el Presidente de Gobierno de los seis millones de parados, el Presidente de Gobierno que ha convertido a Bárcenas en el innombrable, en el Dios omnipotente que controla, con su capacidad de chantaje, el verdadero “estado de la nación”. Sólo el triunfo de la irrealidad puede permitir este desenlace. Rubalcaba atenazado por la culpa, que no viene de las estrellas sino de su responsabilidad política directa con esta situación, ha sido el mejor jefe de la oposición que el PP puede desear (no se vaya señor Rubalcaba, dice ahora el PP).

El sistema bipartidista ha conseguido, con la ayuda involuntaria del sustrato antipolítico de cierta parte de la izquierda, extender su ominosa responsabilidad a todos los partidos políticos, a todos los políticos, y de camino dañar a la propia democracia cuando la causa de lo que ha sucedido ha sido justamente lo contraria: ha sido el secuestro de la democracia por parte del bipartidismo diseñando durante la transición (junto con la monarquía y la sacralización de la “unidad de la nación española”), como garantía de la perpetuación de los intereses de los que mandaban en el postfranquismo, lo que ha permitido la connivencia obscena de determinadas élites económica y política unidas por la especulación urbanística y financiera y por la corrupción.

Desmontar el sistema bipartidista al mismo tiempo que se construye un horizonte de esperanza para la ciudadanía es la tarea irrenunciable de la izquierda en estos momentos tan decisivos. Pero hay que ser conscientes de que para derrotar al bipartidismo y cambiar sus reglas (el sistema electoral, por ejemplo) primero hay que ganarles compitiendo con las desventaja  de sus propias reglas.

Este sábado se reúne en Sevilla los partidos y organizaciones que confluyen en Espacio Plural para, entre otros puntos, acordar la incorporación a esta plataforma de Primavera Andaluza y Espazo Ecosocialista Galego, dos organizaciones muy parecidas que representan una nueva síntesis de la izquierda, el nacionalismo, el ecologismo, el feminismo y la democracia republicana.

Van a debatir “el estado de las nacionalidades”, es decir, van a debatir sobre la realidad en el estado español y no sobre la ficción en la “nación española”. Por la tarde habrá un acto público y abierto para que todas las personas interesadas puedan también participar.

La reunión de Espacio Plural en Andalucía puede ser un importante paso adelante para la confluencia horizontal de las diferentes fuerzas de izquierdas, ecologistas y soberanistas de todo el Estado, y de todas aquellas personas y colectivos que compartan los valores de la solidaridad, la sostenibilidad y la democracia concretados en un programa de mínimos que nos permita avanzar hacia un cambio real de modelo económico, político, social y medioambiental.  Necesitamos pluralidad en la coherencia y coherencia en la pluralidad.

Por vez primera es posible que la ciudadanía protagonice de verdad el cambio. Y el primer paso para el cambio es que otra izquierda distinta a la del PSOE consiga acceder al gobierno del Estado español. Por eso defendemos la unidad y la renovación de la izquierda sin exclusiones y mediante un proceso de primarias desde donde surjan la energía, las propuestas y los candidatos y candidatas, más allá de la simple suma de organizaciones y partidos políticos, del todo insuficiente si realmente queremos construir una nueva democracia.

Sólo desde la legitimidad democrática será posible iniciar un nuevo proceso constituyente que siente las bases de una democracia participativa, un nuevo modelo económico, el derecho a decidir de las nacionalidades y garantice los derechos sociales y laborales. Espacio Plural en Andalucía debe servir para que la ciudadanía sea cada vez más consciente de que hoy la democracia y bipartidismo son realidades incompatible.

 

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