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¿ Hay que tener compasión con los criminales? ( a la muerte de Miguel Bliesa)

Francisco Garrido. Se mató  de un tiro, Miguel Blesa,  eso dice el forense. Estuvo gravemente implicado en las más altas tramas de corrupción de este país. Fue amigo íntimo de Aznar. Fue cazador pertinaz. Provoco el empobrecimiento y la miseria de miles de personas, Mucho de esos y de esas a los que desahucio o embargo , le antecedieron  en el camino  doloroso del suicidio, aunque esta vez desde la más absoluta inocencia ¿Justifica todo esto que nos burlemos de su muerte? Yo creo que no y desconfío de quien en el nombre de la compasión con las víctimas, no muestraN ninguna sensibilidad ante el sufrimiento de los verdugos; son  verdugos potenciales.

Uno de los grandes logros del Estado de derecho es la distinción entre persona y conducta. El derecho no juzga individuos sino actos. Para el sistema jurídico no hay delincuentes sino delitos. Por eso son antijurídica instituciones como la pena de muerte o la cadena perpetua Por igual motivo la titularidad de la ciudadanía es individual y universal y no nacional ni colectiva. El  respeto o la dignidad no se merecen, son ontológicos. Miguel Blesa, o cualquier otro, sean cuales sean sus crímenes; no merece, porque nadie lo merece, la burla y el escarnio público ante su muerte.

Me dan miedo los que son insensibles ante el dolor aunque este provenga del injusto, seguramente lo serán también ante el sufrimiento del justo.  La compasión es el pozo evolutivo  del que brota la moral y la ética. Sin compasión no seriamos nada. no existiríamos. La base emocional  sobre la que se construye y estimula la cooperación social es la empatía ( compasión).  No estamos solos , miles de especies  son compasivas, Nuestro cerebro esta programado, neuronas espejo, para ella.  La compasión conlleva  esa fictio iuris  que son los derechos inalienables del individuo. Una izquierda sin compasión y sin comprensión de la barrera ontológica de los derechos inalienables, muestra que no ha aprendido casi nada de la trágica experiencia del terror revolucionario. El mundo no es mejor, ni más justo, porque Miguel Bliesa, se haya dado un tiro sino todo lo contrario.

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