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Perdí a Jon Eslter en el autobús (libros y bicicletas)

Elster

Jon Eslter es un brillante filosofo y sociólogo noruego procedente del marxismo analítico al que sigo desde hace años . Como otros Cohen o Erik Olin Wriht y otros marxistas analíticos combina el uso de cierto arsenal metodológico proveniente de la teoría de la elección racional (teoría de juegos, diseño institucional, individualismo metodológico) y de la microeconomía con una compromiso con la ontología social del Marx científico social. En los últimos tiempos Elster se ha distanciado del marxismo analítico para situarse en un espacio de lo que se ha llamado la sociología analítica pero sigue siendo muy interesante y sugerente su lectura.

Y a Elster estaba yo releyendo en el autobús , La explicación del Comportamiento social en concreto, cuando reparé que estaba a punto “de pasarme de parada”. Con las urgencias, cuando me di cuenta estaba yo estaba ya en la calle y Elster se había quedado en el autobús, el C2.me di cuenta que había olvidado a Elster en el autobús, el C2,. Me molesto mucho esta pérdida porque Elster era una de mis lecturas de viaje seleccionada para esta semana.

En los dos días posteriores intente ponerme en contacto telefónico con la Oficia de objetos perdidos del ayuntamiento y en un primer momento no lo conseguí. La explicación que me daban desde el ayuntamiento era la saturación de líneas dos. ¿Había una epidemia de amnesia? No lo creo Tras dos días intentándolo, un total de 32 llamadas; un amable empleado se digno coger mi recado. Elster nos hubiese explicado que seguramente como el sistema de incentivos del diseño institucional de la oficina de objetos perdidos del ayuntamiento penalizaba cualquier esfuerzo que   excediera el simple cumplimento presencial , que dirían los pedagogos del plan Bolonia, del horario laboral. ¿Porqué entonces coger el Teléfono? ¿Más trabajo gratis? Era un problema de mal diseño de las reglas del juego pero aunque no era , no era asunto de enfadarse por eso, presente una reclamación para que los sensores sociales ( ciudadanos) informaran al regulador (el ayuntamiento) de estas ineficiencias

Cuando conseguí hablar con la oficina , buenas y malas noticias. Buenas ; mi libre estaba allí, alguien lo había devuelto al conductor del autobús. Malas; las mismas que las buenas, la devolución del libro, pero valorada desde otro punto de vista, el interés social; lo habían devuelto porque muy pocos valoraban los libros. Y menos al marxismo analítico. ¿Habría tenido la misma probabilidad de devolución si en vez de ser un libro hubiera sido un Iphone 6? Me temo que no. He olvidado muchos libros en mi vida en lugares públicos, casi siempre me los han devuelto o sencillamente seguían allí cuando volví a buscarlos.

Aun así, siguiendo a Elster, las buenas noticias no se agotan en la recuperación del libro pues ¿porque alguien se tomo la molestia de devolver el libro al conductor?   Era evidente que el coste no era elevado; apenas unos pasos y un coste de oportunidad nulo ( el valor social del libro es muy pequeño). La respuesta la conocemos: cuando se tiende a igualar los costes y los beneficios de una acción moralmente justa (en este caso la devolución) los individuos tienden a realizar la acción moralmente correcta. O sea que hay una propensión basal de los individuos hacia la cooperación social por medio del cumplimiento de las reglas morales. Esto significa que debemos desarrollar reglas e instituciones que exploten esa propensión basal a la cooperación; lo contrario que hacen las instituciones del mercado capitalista. Para que esto ocurra es necesario que haya modelos sociales donde la reciprocidad funcione efectivamente y la desigualdad sea moderad y razonable ; en medio de la jungla financiera hay pocas gentes dispuestas a devolver roles de oro perdidos , mas bien lo contrario, hay muchos dispuestos a robarlos.

Finalmente recogí mi libro, la oficina estaba vacía, podemos pues descartar la hipótesis de la epidemia de amnesia, y los objetos que logre ver eran todos de un valor pequeño, aquello parecía mas una tienda de los chinos que una oficina municipal,; por tanto se refuerza la hipótesis de los incentivos y de la ecuación débil del altruismo y la cooperación. Pero ese día hubo otra mala y buena noticia: me robaron la bicicleta. La mala esta clara ¿no? ¿pero cual era la buena? Hay individuos   que roban bicicletas porque al contrario de los libros, las bicicletas, como os Iphone o los rolex de oro; son valiosas. No siempre fue así, desde aquel Ladrón de bicicletas del realismo italiano, la estima social de esas máquinas fabulosas había bajado mucho, pero eso ha cambiado. El análisis de los factores que han hecho que las bicicletas sean de nuevo valiosas nos llevaría demasiado tiempo pero algo habrá tenido que vre una acción institucional del regulador (el ayuntamiento) construyendo más de 120 kilómetros de carril bici por la ciudad. Como ven los libros son mucho más útiles de lo que muchos creen; a mi en este caso me ha servido para que después de haber perdido un libro, me hayan ninguneado en la oficina municipal y me hayan rodado una bicicleta considere que el balance haya sido positivo, en fin, que el no se conforma es porque no quiere. Comprender previene las úlceras y rebaja el colesterol.

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