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Presentación del “Libro Blanco sobre la Situación de las Mujeres en la Ciencia Española”

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Sara de la Rica.Nada es Gratis.25/10/2011.El lunes pasado, día 17 de Octubre, la Ministra de Innovación y Ciencia, Cristina Garmencia presentó, por fin, el “Libro Blanco sobre la situación de las Mujeres en la Ciencia Española”. En la elaboración del mismo hemos participado varios autores, como Brindusa Anghel y Mario Alloza, de FEDEA, Juanjo Dolado, Inés Sanchez de Madariaga y yo misma.

Muchos de los lectores de NEG conocen ya algunos de los resultados que se desprenden del análisis, ya que yo misma elaboré una entrada hace varios meses destacando lo más interesante del análisis (aquí). Sin embargo, hoy me es grato poder ofrecer a todos los lectores de NEG y a otros muchos colegas que me lo han solicitado el Libro Blanco completo en pdf (aquí). Según he podido saber, además, en breve el documento en pdf estará también disponible en inglés desde la página web del Ministerio.

En esta entrada quisiera incluir un resumen de las reflexiones finales que nos planteamos a partir del análisis realizado, reflexiones que planteé en la presentación del Libro Blanco el lunes pasado. Básicamente, como investigadora apelé a la necesidad de contar con mejores datos que permitan dar respuestas más precisas a los interrogantes planteados. Los datos que hemos podido utilizar para la elaboración de este Libro Blanco provienen de la información disponible en el Ministerio de Innovación y Ciencia y en el Ministerio de Educación, así como una encuesta individual elaborada por el INE en 2006 denominada “Encuesta de Recursos Humanos en Ciencia y Tecnología” que nos ha permitido realizar un análisis más pormenorizado, aunque no exento de problemas como bien se detalla en el trabajo.

Presento las reflexiones siguiendo el mismo orden de materias que se ha utilizado a lo largo del estudio, es decir:

(i) Diferencias por género en la Formación para la Ciencia,
(ii) Diferencias por género en la Trayectoria profesional en la Ciencia
(iii) El papel de las Instituciones en las diferencias de género encontradas.

(i) Diferencias por género en la Formación para la Ciencia: El estudio muestra que las tasas de graduación femenina en Educación superior tanto en España como en Europa superan a las de los varones en buena parte de los grados – fenómeno no observado para EE.UU. Además, las tasas de abandono de los estudios de grado es mayor entre los varones que entre las mujeres. Sin embargo, al analizar los programas de postgrado, encontramos que las tasas de abandono de las mujeres en los programas de doctorado en España y en Europa superan a las de los varones – fenómeno que por cierto no se encuentra en EE.UU.

¿A qué se debe que la tasa de abandono de las mujeres supere a la de los varones en España y en Europa en los programas de Postgrado? Los datos de los que disponemos hasta el momento no permiten avanzar una explicación a este fenómeno, pero sin duda, este interrogante se merece un estudio detallado. Necesitaríamos información sobre la duración en la realización de la tesis doctoral, la situación familiar, u otros factores como los apoyos familiares e institucionales hacia la exitosa consecución de la tesis doctoral.

(ii) Diferencias por género en la trayectoria Profesional en la Ciencia: Se han analizado en primer lugar las diferencias por género en la participación en programas de becas pre y postdoctorales. En cuanto a las primeras, las mujeres disfrutan del 50% de las becas pre doctorales del Ministerio, pero, sin embargo, en el trabajo encontramos que el éxito en las concesiones ha sido mayor en los últimos años para los varones que para las mujeres. Si atendemos a las becas postdoctorales, las diferencias de género más importantes se observan en las Becas Ramón y Cajal, donde tanto la presencia relativa de mujeres en estos programas como el éxito en las concesiones es menor para mujeres que para varones. Por desgracia, no se dispone de información precisa sobre la calidad científica de los candidatos, y en consecuencia no podemos valorar si estas becas han sido concedidas en términos exclusivamente meritocráticos o no.

En segundo lugar, el Libro Blanco ha analizado las diferencias en productividad y las diferencias en el éxito en la carrera científica. La productividad se mide en términos de publicación (reciente) de artículos, dirección de tesis o tesinas y publicación de libros, y la evidencia obtenida permite concluir que, al comparar hombres y mujeres similares en un amplio rango de características profesionales y familiares, las mujeres publican menos que los hombres en términos de artículos y dirigen menos tesis y tesinas. Por contra, no se encuentran diferencias cuantitativas relevantes en cuanto a la publicación de libros. ¿A qué se deben estas diferencias? Una vez más, los datos disponibles no permiten ir más allá en la explicación precisa y satisfactoria a estas diferencias. Sí encontramos, sin embargo, un elemento que puede ayudar a dar un paso más en cuanto a la justificación de las diferencias encontradas. En particular, el estudio refleja que las mujeres dedican más tiempo a la docencia (preparación y clases) que los hombres. Dado que la docencia compite en tiempo con la investigación, esta diferencia podría ser un factor determinante de las diferencias en productividad encontradas. Sin embargo, esta evidencia, si bien interesante en sí misma, abre nuevos interrogantes: ¿Por qué las mujeres dedican más tiempo a la docencia? ¿Es esta una decisión voluntaria o una situación impuesta por una mayor carga docente? Necesitamos incorporar este tipo de información de la que por ahora carecemos para extraer conclusiones más precisas en cuanto al por qué de las diferencias encontradas.

En tercer lugar, se han estimado las diferencias en el éxito profesional, entendiendo por éxito las posibilidades de acceder a la cátedra para profesores titulares, así como las de acceso a titularidad por parte de profesores ayudantes doctores. Si bien no se encuentran diferencias por género relevantes en las posibilidades de promoción a la titularidad, sin embargo, las diferencias en el acceso a la cátedra a favor de los hombres sí resultan ser muy significativas. En concreto, al comparar mujeres y hombres con características similares, la probabilidad de ser promocionado a catedrático para los hombres es 2,5 veces la de una mujer. Estas diferencias presentan escasa variación ente los distintos campos de investigación.

Para seguir ahondando en las causas que originan estas diferencias, debiéramos contar con mejor información: No se dispone de información sobre indicadores de calidad/impacto de las publicaciones de los candidatos (sólo el número), ni tampoco existe una medida precisa del total de publicaciones presentadas por los mismos desde la finalización de sus doctorados – la información de la que se dispone es de los últimos tres años. En cualquier caso, el resultado obtenido es tan rotundo que debe servir de acicate para continuar investigando sobre la posible existencia de prácticas discriminatorias en la promoción a cátedras en nuestro país.

(iii) Las instituciones y las diferencias por género en Ciencia: La primera de las instituciones analizadas es la propia universidad, en la cual se establecen comités para la acreditación a escalas superiores. Encontramos que la presencia de mujeres en las pruebas de acreditación a cátedra es menor a la de los hombres, mientras que no se encuentran diferencias apreciables en la acreditación a profesor titular. Pero además, con respecto a las tasas de éxito en estas pruebas, se observa un descenso generalizado en las mismas, descenso mucho más pronunciado para el colectivo de mujeres.

Uno podría argumentar que este descenso en las tasas de éxito puede atribuirse a que la calidad media de los candidatos ha ido disminuyendo con el tiempo – los mejores candidatos se acreditaron en las primeras convocatorias. Sin embargo, este argumento no justifica que el descenso sea mucho más pronunciado para el colectivo de mujeres. Una vez más, no podemos ir más allá en la explicación de estas diferencias por género por falta de la información necesaria.

Por último, el Libro Blanco analiza también la importancia de la institución familiar en las diferencias por género en la ciencia. La evidencia presentada indica muy claramente que la tenencia de hijos perjudica seriamente a la carrera científica de las mujeres, mientras que para los hombres, la familia tiene un efecto más bien positivo para su progreso.

Como reflexión final, quisiera desde aquí apelar a la necesidad de disponer de información individualizada y a lo largo del tiempo de muestras representativas de académicos y académicas. Para poder indagar en las causas de las diferencias por género encontradas, es preciso conocer con exactitud la situación profesional y familiar de cada individuo, así como identificar los posibles cambios a medida que cambian las circunstancias laborales y familiares. Un punto de partida podría ser las encuestas llevadas a cabo por la National Research Council, de Estados Unidos, cuyo cuestionario puede verse en las páginas 215-232 de este documento

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