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Sindicalistas y Titiriteros / Malos tiempos para la lírica de verso libre

Cuando dos marionetas bailan crean ondas gravitacionales, cuando PSOE y PP, un mensaje de extraña procedencia:

– Better Call Ciudadanos.

Por Jesús García López

Para la libertad, sangro lucho y pervivo

Miguel Hernández

Miles de personas han defendido el Derecho de Huelga y reclamado la derogación del artículo 315.3 del Código Penal, de las “leyes mordaza” y de las reformas laborales de 2010 y 2012. En el escenario, representantes de distintas luchas laborales y sindicalistas encausados.

J. Montero de Podemos Madrid, recuerda: “en la huelga del 62, un ministro franquista tuvo que coger un tren a Asturias para negociar con representantes elegidos democráticamente por trabajadores en huelga”. Así empezó todo. Precisamente hay una importante presencia de esa Federación de UGT.

Convocan entre otros: CCOO, UGT, CGT o la Unión de Actores Se apoya a “los 8 de Airbus”, que están siendo juzgados estos días y para los que se piden un total de 66 años de prisión, por su participación en un piquete informativo durante la jornada de huelga general del 29 de septiembre del 2010.

I

¿Por qué no es delito hacer apología de la dictadura? ¿Por qué hay una fundación legal que se llama Francisco Franco? ¿Por qué no se cierra la Iglesia del Valle de los Caídos donde se enaltece al Caudillo de España? ¿Por qué siguen nuestros muertos en las cunetas? ¿Por qué se les trata peor que a los cadáveres de Austerlitz y Waterloo?

Todo el consenso que se quiera, pero la transición no fue capaz de hacer firmar a los partidos emergentes de entonces que eran UCD y AP, una abjuración expresa de la dictadura, sin hablar de la Guerra Civil. Más bien fue al contrario, no hay que ver la evolución de personajes muy significativos de ese momento político.

¡Jarrones Chinos pontifican! Pero para mí ya están muertos.

II

El déficit histórico de libertad es muy evidente y repercute en un escaso poso democrático viciado por la corrupción y poderes fácticos todavía bastante intactos. Mi maestro y uno de los culpables de mi devenir ideológico, el “ugetista” Pedro González Padilla decía en clase:

– “La libertad hay que defenderla todos los días”.

Con su gran bigote y chaqueta de pana, se enfrentaba día a día a los próceres del franquismo. Los que sacaban a los niños a cantar el cara al sol al patio de La Normal, niños a uno, niñas a otro, con un frío que pelaba en aquella clase de EGB.

En ese contexto, estimuló el conocimiento por la historia y la filosofía. Nos enseñó a comprender el mundo de injusticia en que vivíamos y a respetar las ideas diferentes: Pero, también a plantear la necesidad de la revolución cuando se dan determinadas condiciones de desigualdad y explotación, como exponía brillantemente Carlos Marx y al que todavía este planeta, no le ha rendido suficiente tributo.

Sus consejos me llevaron a una lectura temprana de los grandes de la literatura y el pensamiento político que luego él desmenuzaba con respeto, afecto y amenidad. Detrás de aquellas ventanas se ejecutó a Mariana Pineda y nos rompíamos las rodillas jugando al fútbol en un mar de piedras.

Más atrás en el Hospital Real había un Rector a dedo, que homenajeado mil veces, incluso dispone de retrato en el Salón Rojo. Enfrente, el Padre Suárez aunque soñábamos entrar en el Instituto Padre Manjón, eso sí, según el director del bigotito, Don Andrés:

– “Un auténtico nido de rojos.”

Aquel “manda más del cole” se emocionaba y lloraba con las banderas victoriosas y observaba con celo el imperio de uniformes infantiles, vigilando con sumo cuidado la clase de Don Pedro. Siempre lo sospechó:

-¡Se está forjando el desastre del imperio!

Como si el mismísimo Hernán Cortés estuviese vivo.

III

Mucho más tarde, en la Facultad de Derecho, ese edificio de triste pasado lorquiano, aprendí aquello de la intervención mínima. Las normas no deben meter las narices en todo y menos en la conciencia y la opinión. Porque estamos ante una especie de suerte ex novo. Algo que espero, no se asemeje pseudos al derecho de autor donde importaba más el quien, que el qué. Y eso provocó uno de los desastres más grandes que conocemos. No es lo mismo llamarse Rita, Urdangarín, Esperanza o Florentino que Ajax, Pro, Akraam, el último desahuciado o la próxima mujer maltratada.

Si quien ejerce el poder coercitivo del Estado se va a leer todas las canciones, invito a que se fije despacio en el “reguetón”. Si la unidad de delitos tecnológicos se va a dedicar a perseguir a “raperos” como antes con papel y pistola se iba a por los “heavy metal”, que la cierren. Y que no se pague esta persecución, con los impuestos de todos los ciudadanos.

El profesor Bonachela Mesas, también ugetista nos desmenuzó en toda su extensión la Constitución del 78, cuyo texto todavía quemaba. Aquellos entresijos de un enredo en el la izquierda había hecho demasiadas concesiones. Sin ruptura, al menos programada, ya no hay rock and roll. Sus exposiciones reflejaban la gravedad de restringir derechos y libertades fundamentales. Y si hay uno que lo sea, es el de la Libertad de Expresión.

Es posible que el ángel, del más antidemocrático y bochornoso Ministro del Interior (después de Don Manuel Fraga), no es un amable Ángel de la Guarda sino el Ángel Exterminador.

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