Un gobernante como dios manda

Manuela Martínez | Una de las expresiones favoritas del señor Rajoy es la famosa “como dios manda”. Ya sé que no es ninguna novedad porque lleva años utilizando la famosa muletilla.

Ya estando en la oposición pretendía convencernos de que el suyo sería un gobierno serio, como dios manda, capaz de solucionar los problemas de la gente. Nos aseguró que él era un gobernante como dios manda y que lo que hacía falta era una política económica como dios manda, un modelo educativo como dios manda, un modelo de financiación como dios manda, un pacto como dios manda y una política de vivienda como dios manda.

Basta comprobar el desastre que tenemos encima para que alguien se pregunte ¿la reforma laboral, las subidas en el IRPF y el IVA, los recortes en educación, sanidad y dependencia, la reducción salarial de los empleados públicos, la congelación y no revalorización de las pensiones, eliminar pequeños ayuntamientos, el “regalo” de casi 37.000 millones de euros a la banca, dar la espalda al problema de los desahucios y a los estafados por el sector financiero de uno u otro modo… gobernar a golpe de Real Decreto, son las recetas que manda dios?.

Puede que muchos de quienes creyeron que era un gobernante como dios manda, se mantengan fieles a sus promesas vacías o lo que es peor, a sus mentiras. Pero hay que reconocer que el papa Paco se lo está poniendo muy difícil. A él y a los gobernantes como él, más preocupados por mantener su sillón que por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas que, con su voto, les han entregado el poder, eso sí, temporalmente.

Por si no ha oído los mensajes que el papa Francisco, dios en la tierra para los creyentes católicos, ha mandado a los brasileños en su reciente visita, ahí van algunos de los que más le pueden interesar y que han sido publicados en distintos medios:

Reivindicó el “sentido ético” y el “diálogo constructivo” como herramientas principales de la política: “Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: diálogo, diálogo y diálogo”. Después de insistir en la “responsabilidad social” de los gobernantes, el jefe de la Iglesia católica sorprendió al defender con nitidez el Estado laico: “La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad”.

Considera a los jóvenes como las principales víctimas de la nueva esclavitud: la del desempleo forzoso y cree que muchos han perdido la confianza en los políticos porque ven en ellos “egoísmo y corrupción”. Pero les ha pedido que no acepten pasivamente la situación. Les ha animado a que griten, que protesten, que salgan a la calle. Y les ha dado una consigna semejante a un desafío ante quienes pretenden arrinconarles: “No dejéis que os roben la esperanza”, les dijo.

Como buen católico, el señor Rajoy debería reflexionar sobre todo esto. Si lo hace seguro que llegará a la misma conclusión que yo he llegado, aun sin ser creyente: Lo que mandan los mercados no es lo mismo que lo que dios manda… al menos no el dios al que se refiere el papa Paco.

PD. Al señor Rouco Varela me permito sugerirle también que se tome en serio el mensaje sobre la laicidad del Estado, sobre la necesidad del encuentro con el distinto y, sobre todo, por el diálogo “sin gratuitas ideas preconcebidas”… o acabará más solo que la una.

@Manuela_MJ