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No puede seguir: ¡Rajoy dimisión¡

rajoy y santiago

Los correos electrónicos  de Bárcenas demuestran que Rajoy no ha cedido más por qué no puede ir más rápido en el asalto al estado de derecho. La connivencia entre extesorero millonario y  Rajoy es total. La obscenidad de esa relación  es insoportable para cualquier gobierno democrático. No se puede  vivir sobre un cúmulo tan explícito de mentiras sin que todo  el andamiaje de la economía moral de un Estado se venga abajo.

Sea cual sea la resolución  jurídica final de este caso, la erosión política  del PP y del presidente del gobierno es tal que le impiden un ejercicio  mínimamente legitimado de los asuntos públicos. De ser cierta las imputaciones de Barcenas, nos parce bastante verosímil que lo sean,   el PP habría ganado las elecciones cometido numerosos delitos electorales. Según Bárcenas  la acción de gobierno no habría estado orientada solo por el interés general  o el programa electoral sino por los compromisos contraídos con los generosos donantes  que  visitaban  la calle Génova. Eléctricas, constructoras y bancos habrían determinado las políticas públicas por medio de cuantiosos sobornos que han permito al extesoreoro acumular una fabulosa fortuna.

Por otro lado la ferocidad con que Rajoy es atacado desde sus propias filas (véase el diario El Mundo) no hacen presagiar nada bueno. La caída de Rajoy es algo que desean muchos en la  bancada conservadora de  este país. La sombra siniestra de personajes como Azar, Esperanza Aguirre o Rosa Diez revolotean por encima de la Moncloa atraídos por ese olor a cadáver  político que Rajoy desprende. Pero este inquietante panorama no puede servir de salvavidas  en virtud del mal menor  a alguien que es el mal mayor realmente existente.

Pero no seriamos honestos si no anotáramos el contexto más relevante que rodea a todos estos casos. La  corrupción política  es el espejo donde se proyecta la imposibilidad de una convivencia  pacífica entre capitalismo y democracia. El expolio de los bienes públicos esta en la esencia del capitalismo y  del neoliberalismo; la captura del Estado por los poderes privados es una constante histórica. La lucha pues contra  la corrupción no puede ser una lucha contra la política (democracia) sino contra el capital (economía). Pero ahora toca lo concreto,  lo han cogido y aquel al que han cogido es el presidente de gobierno. No puede seguir, si queremos poder levantarnos por las mañanas sin escupir al cielo y sin que el silencio sea nuestra actitud menos indigna, no pude seguir. Rajoy debe dimitir y disolver las cortes y convocar elecciones generales.

 

 

Un comentario

  1. Os va a parecer psicología inversa, pero no es así. Desde mi punto de vista, si el rey francés de franco (bourbon ¡hip!), continúa cabalgando en ese caballo cojo, patéticamente agonizante y finiquitado en lo político de ‘caracemento’ rajoy, no hay el menor problema: será la mejor garantía, porque demostraría complicidad, que a Felipe le va a coronar la III República con un buen par de cuernos.

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