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No a un gobierno de la derecha en Andalucía pero tampoco a que el PSOE continúe con este juego de simulaciones. Hay un camino, difícil pero posible entre lo uno y lo otro, que se llama un gobierno de renovación de la izquierda.

25M: démosle una oportunidad a Andalucía

pilar

A medida que se acerca el día de las elecciones, la preocupación crece entre la gente. Las encuestas sitúan al PP al borde de la mayoría absoluta. Pero ¿cómo es posible que la mayoría del pueblo andaluz vaya a darle su representación a los que nunca han sido de los nuestros? ¿cómo es posible que tanta gente del pueblo esté pensando en votar a los enemigos tradicionales de Andalucía?. Nunca se han mezclado con nosotros, sólo nos han mirado desde la distancia como si fuésemos una amenaza, su amenaza, porque sabían que nos habían negado, humillado y explotado por sistema y que eso cuesta precio y desprecio.

Pero es que lo del PSOE ha sido tremendo. Basta la cruel imagen de ver que tenemos 1.300.000 parados en Andalucía y que el Director General de Trabajo de la Junta está en la cárcel por corrupto. Lo de menos es que aparezca como la cima del esperpento, lo demás es que ha podido hacer lo que ha hecho porque han desmantelado la Administración Autonómica para que él o cualquier otro que no tuviese dos dedos de frente, pudiera impunemente repartir arbitrariamente el dinero público. Pero ni siquiera eso es lo peor. Lo peor es que han desperdiciado treinta años, los mejores treinta años de nuestra historia porque había energía social acumulada en la lucha contra el franquismo y una coyuntura como si fuese una conjunción maravillosa de astros: la democracia, el autogobierno y la unidad europea.

En vez de poner la bases para una economía productiva y sustentable han creado el sueño de un borracho, han destruido nuestro patrimonio y han introducido el virus de la especulación en nuestra propia alma, en el alma de Andalucía. A todos los que han denunciado esta locura los han acosado y acusado de hacerle el juego a la derecha porque estropeaban sus planes de aprovecharse de la política: descubrieron primero que el fraude a la democracia permitía enriquecerse y luego practicaron el fraude de ley para repartir el dinero público y generar sumisiones.

Ahora estamos horrorizados viendo un paisaje de destrucción social en forma de paro masivo, desierto de industrias, jóvenes perdidos, familias desahuciadas y Administraciones con la caja vacía.

¿Quién nos obliga a tener que elegir entre el verdugo que afila el hacha y el culpable directo de este asesinato de nuestra vida colectiva? ¿dónde esta escrita la maldición de que hay que elegir entre la humillación o la ceguera? Démosle una oportunidad a los que quieren arreglar este desastre. Démosle una oportunidad a los que sienten Andalucía y defienden su Autogobierno.

Yo voy a votar al Partido Andalucista porque confío en Pilar González, la que está renovando el andalucismo para devolverlo a sus orígenes infantianos, reluciendo un andalucismo sin ambigüedades, de izquierda, ecologista, autonomista y federalista. Sé que ella nunca permitirá que gobierne la derecha en Andalucía si puede impedirlo pero tampoco que el PSOE continúe con este juego de simulaciones porque hay un camino, difícil pero posible, entre lo uno y lo otro y se llama un gobierno de renovación de la izquierda.

Renovación significa compartir un proyecto político lúcido para esta Andalucía que sufre más que nunca en la crisis de la globalización: un proyecto conciente de que transitamos hacia un futuro que ya es presente y que tiene que estar basado en las renovables, la producción verde y la autonomía política, económica, financiera, cultural, alimentaria y tecnológica; en una democracia participativa y en una sociedad cohesionada; en la cogobernanza en los distintos niveles político – territoriales y en la defensa del estado social y de los derechos laborales.

La única garantía de éxito para no volver a caer en las redes del liberalismo o la socialdemocracia crepuscular, la garantía de la renovación, es generar la movilización social que logre una mayoría social emancipada de la manipulación mediática y consumista. Tenemos que devolver la vida a nuestra sociedad: el debate público, el pluralismo interpretativo de nuestra realidad, el compromiso con nuestra comunidad, la solidaridad ciudadana, la participación desde los espacios públicos y el control de nuestra representación política.

Basta ya de imposturas. Es la hora de la verdad, de la honestidad política y de la autenticidad vital. Nada ni nadie es dueño de nuestro voto y menos aún tenemos que consentir la indignidad de dárselo a quien no se lo merece. Démosle una oportunidad a Andalucía.

Un comentario

  1. andalusí libertario

    Pues yo no voy a votar a ningún partido político porque no creo en esta farsa de «democracia» tardofranquista y animo a todo el mundo a que salga a la calle, al ciberactivismo, al boicot permanente en todas las barricadas, en resistencia no violenta y sin descanso hasta que veamos la luz al final del túnel naZionalcatolici$ta, cáncer que ha infectado a todos los partidos políticos -y a gran número de incautos-, haciéndoles teatralizar a sueldo esta repulsiva estafa.

    Lo siento con todo mi corazón, Rafa, pero no comparto tus ilusiones. Tal vez de la debacle final del P.A. surja un andalucismo que no nos defraude, como el que un día soñara Blas Infante, sin complicidades o ambigüedades con los genocidas estados vaticano y español.

    O aunque nosotros muramos sin contemplarla en su radiante Belleza, deberemos esperar que sean nuestros hijos o nietos los que vean la Aurora de la Libertad:

    http://www.youtube.com/watch?v=8biPVZHwtZQ

    http://www.youtube.com/watch?v=Dn73xf54iVY

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