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Cosmopolitismo y nacionalismo: las perversiones normativas y las perversiones prácticas (I)

GORDO

Francisco Garrido.Cualquiera de nosotros puede definirse como cosmopolitas a secas sin adjetivo pero no puede vivir o actuar políticamente como tal sin incurrir en cierto grado de singularidad local. Por el contrario ninguno de nosotros puede definirse como nacionalista a secas y en general pero si puede vivir y actuar políticamente como un nacionalista de X nación. Por eso el cosmopolitismo si es una ideología y el nacionalismo no; cuando el nacionalismo es una ideología en realidad, la ideología es otra ( racismo, religión, clasismo).

La universalidad del cosmopolitismo abarca la diversidad nacional normativamente pero el nacionalismo no presupone la universalidad cosmopolita normativamente. aunque si lo puede hacer prácticamente, y no hay ninguna contradicción normativa en ello. Resumiendo podemos decir que el nacionalismo se puede deducir normativamente del cosmopolitismo pero no al contrario

Los problemas vienen en el orden práctico para el cosmopolitismo y en el orden normativo para el nacionalismo: el uno, cosmopolitas, tienden por defecto a ignorar las diversidad y con ello corren el riesgo de imponer una singularidad como universalidad; y el otro, el nacionalismo, tienden a la exclusión por tendencia normativa y se someten al riesgo de convertir la constatación fáctica de la diversidad en principio normativo de desigualdad.

La tensión entre estos dos polos es irreductible y solo debe servir como indicadores de riesgos que sirvan para prevenir esas tendencias con dispositivos normativos en un caso , nacionalismo, y con dispositivos institucionales en el otro, cosmopolitismo; las tendencias endógenas respectivas hacia la desigualdad y hacia la uniformidad. El cosmopolitismo debe establecer reglas ordinales de aplicación y el nacionalismo ha de incorporar explícitamente principios normativos universalistas que impidan la deriva hacia la desigualdad.

Reconocer la superioridad normativa del cosmopolitismo no debilita la necesidad fáctica del nacionalismo sino que lo depura del racismo o de cualquier otra ideología laien y lo refuerza como dispositivo practico de realización del cosmopolitismo. Por el contrario localizar e incorporar la contingencia necesaria del nacionalismo hace posible un cosmopolitismo materialista y por tanto real y posible no exento de tensiones y conflictos. Junto con la existencia de un imaginario normativo cosmopolita son necesarios marcos institucionales compartido de coordinación e intercambio supranacionales  y de carácter federalista.

Una primera conclusión puede ser  la siguiente;   el óptimo político reside en ser normativamente cosmopolita y prácticamente nacionalista pues  de lo contrario se corre el riesgo de ser o bien normativamente nacionalista (racismo) o bien siendo normativamente cosmopolita incurrir en la práctica en un tipo de perversión (imperialismo o colonialismo) donde lo universal es falseado por una identidad nacional local, como todas, que se impone como universal al resto. Ejemplos de estas dos perversiones las vemos en el Estado español donde los nacionalistas españoles se presentan como no nacionalistas y universalistas frente al nacionalismo periférico que si es tachado de local o nacional o cuando ciertas versiones del nacionalismo catalán o vasco elude una dimensión cosmopolita en virtud de una normatividad  nacionalista de corte irremediablemente racista.  Todo esto traducido a la agenda  teórica supone que  la admisión de la pluralidad nacional contingente es una consecuencia  de  un enfoque materialista  y ecológico de la realidad social mientras que la asunción  del cosmopolitismo es el resultado del mismo análisis pero elevado a la categoría de principios  normativos de la  organización y coordinación de la  especie.

Un comentario

  1. Muy interesante y para mi caso particular me sirve bastante para tener una idea mas completa de la necesidad de un nacionalismo excluyente con el que nunca me he identificado.
    En particular me ha interesado este párrafo:
    «Los problemas vienen en el orden práctico para el cosmopolitismo y en el orden normativo para el nacionalismo: el uno, cosmopolitas, tienden por defecto a ignorar las diversidad y con ello corren el riesgo de imponer una singularidad como universalidad; y el otro, el nacionalismo, tienden a la exclusión por tendencia normativa y se someten al riesgo de convertir la constatación fáctica de la diversidad en principio normativo de desigualdad.»

    Me encuentro en una duda, por un lado el cosmopolitismo ignora la diversidad, según dices, no es mi idea del cosmopolitismo, es más, entiendo que el cosmopolitismo se basa en el reconocimiento de la diversidad y de la inclusión social y política como base del mismo. Sino fuera así el cosmopolitismo no es un posicionamiento ideológico asumible. Entiendo que el cosmopolitismo se contrapone a patriotismo y, por tanto, debe recoger la diversidad como una base de su sustento ideológico, de lo contrario el cosmopolitismo sería una suerte de patriotismo universal.

    En cualquier caso me parece un magnifico artículo, gracias Paco

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