Crisis y déficit público, la trampa de la causalidad invertida

 

Ha sido la crisis la que ha provocado la deuda pública y no al contrario. Primero fue la crisis y luego vino, como consecuencia directa e inmediata,   el aumento  de la deuda pública. Esto es algo que se olvida a diario inmerso  como estamos  en  esta  bacanal de recortes sociales. La inversión del sentido de  la causalidad entre crisis y deuda pública es pues una operación clave para legitimar  el desmontaje del Estado del bienestar. Ni la sanidad o la educación pública, ni la investigación o el gasto en dependencia  han ocasionado los agujeros de Bankia  o el brutal déficit por cuenta corriente (privado)  que tiene España. Son los agujeros de la banca y la deuda privad la que han forzado al Estado a endeudarse y ha disparado el déficit al disminuir drásticamente  los ingresos fiscales por la recesión económica como se pude observar en el siguiente gráfico.

 

  Las políticas de recortes en el gasto y la inversión pública  son el  camino más rápido para que el bucle  diabólico ente crisis, deuda y recesión acelere su ciclo depresivo. El objetivo de  la trampa de la causalidad  invertida entre crisis y déficit público  es concentrar  la atención  de la  acción política en el adelgazamiento del Estado y no en la reducción de la deuda privada que seguirá creciendo..

Estas políticas tienen como consecuencia una  redistribución de la renta mucho más desigual e injusta. Y es precisamente  el  aumento de la desigualdad lo que para algunos investigadores   ha sido la causa directa de la explosión de la burbuja inmobiliaria  y  financiera que está  en el origen  de la actual crisis. Para Kumhof, Ranciere  (Aquí K) o Raghuram Rajan (Aqui B),  el constante aumento de las desigualdades en el reparto de la renta en Estados Unidos y en general en los países desarrollados, es la causa inmediata de la crisis. Los recortes sociales, que   implican incremento  de la desigualdad por disminución  de las rentas indirectas  que lo servicios  públicos  ofertaban; no puede sino incidir, aun más, en el alargamiento  y agravamiento de la crisis.

El círculo compuesto  por la  desigualdad,  el endeudamiento privado, la  crisis, el   aumento del déficit público, la recesión,  los recortes  sociales  y  el consiguiente  incremento  de la desigualdad  dibujan un mecanismo de retroalimentación positiva de los peores efectos de la crisis- Estamos  al borde  del abismo y seguimos empeñado  en continuar dando zancadas  hacia delante.El déficit  público no es la causa  sino el efecto. Pretender invertir  esta relación es una de las grande estafas intelectuales y políticas de la actual crisis.