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El fin del estado de alarma: ganadores y perdedores en un escenario abierto

Rafa Rodríguez

La finalización del Estado de alarma ha supuesto también el fin de una intensa etapa de lucha cultural y política, en la que ha habido ganadores y perdedores. El binomio Comunidad y Estado – éste en sentido amplio, desde la Unión Europea hasta los municipio – ha salido claramente reforzado durante la gran prueba de la pandemia.

 

Ambas, Comunidad y Estado, lo han hecho subrayando la naturaleza plural que los caracteriza en España, lo que es una prometedora base para el gran reto de poder liderar la reconstrucción desde una perspectiva verde y de justicia social y de género. Sin Estado no hay Comunidad y sin Comunidad no hay Estado que pueda funcionar democráticamente.

 

  1. La Comunidad se ha fortalecido y el neoliberalismo ha perdido la batalla cultural

En la gran crisis provocada por el COVID-19 ha habido un claro ganador: el complicado y difuso, pero imprescindible, sentimiento de Comunidad.

 

La sociedad española ha respondido con una conciencia nítida de Comunidad, aceptando los sacrificios en todos los ámbitos, desde el económico hasta el de las relaciones sociales, por el bien común, con el amplísimo acuerdo social de que no se podía dejar a nadie atrás ya fuera por su vulnerabilidad social y económica o por su edad o estado de salud.

 

Se ha fortalecido el lazo social comunitario, el que nos une, aunque no sepamos de la existencia del otro ni compartamos otras coincidencias que la de formar parte de la misma Comunidad.

 

Por el contrario, ha perdido la idea neoliberal basada en el individualismo, del sálvese quien pueda. El individualismo es el marco cognitivo que le es útil a las élites económicas porque proyecta ilusiones en los de abajo, que se traducen en comportamientos políticos de identificación con esas élites.

 

La victoria cultural de la Comunidad sobre el individualismo, de los valores republicanos y democráticos sobre el neoliberalismo, es el resultado no sólo de la buena predisposición social de la mayoría, sino también de la actuación de múltiples actores políticos, públicos y sociales.

 

  1. El gobierno de coalición ha hecho sus deberes

Hemos tenido la suerte de tener gobierno y, además, de tener un gobierno progresista, porque hay que recordar el riesgo por la situación de interinidad que hemos padecido desde la moción de censura en junio de 2018 y las elecciones del 28 de abril de 2019, hasta la investidura de Pedro Sánchez, tras las nuevas elecciones del 10 de noviembre de 2019.  Desde las elecciones de abril hasta las de noviembre hubo un gobierno en funciones durante 253 días, en medio de una crisis territorial muy dura, que tuvo su momento más álgido con la sentencia del procés que condenó a sus líderes a penas de hasta trece años de cárcel.

 

Este primer ejecutivo coalición desde la restauración de la democracia en España, ha liderado la gestión de la pandemia logrando un éxito sanitario gracias a la declaración del Estado de alarma y ha aplicado medidas de solidaridad social tan importantes como los ERTES, las ayudas a los Autónomos o el Ingreso Mínimo Vital.

 

La brutal oposición de las derechas, utilizando la pandemia para derribar al gobierno mediante todos los procedimientos a su alcance, no ha conseguido su objetivo, a pesar de haber empleado medios, algunos de naturaleza nada democráticas con tintes de “golpe blando”, en el que parecían estar confabulados, además, elementos de la judicatura, de las fuerzas de seguridad, así como algunos empresarios y medios de comunicación.

 

  1. La Unión Europea y los Verdes franceses

Las medidas que ha adoptado la Unión Europea durante los perores momentos de la pandemia, han servido para evitar una nueva crisis de deuda ya que muchos países europeos sin la protección del Euro y del BCE estarían en suspensión de pagos y sin dinero para pagar las ayudas sociales, los servicios públicos, las pensiones o el sueldo de sus funcionarios, por los niveles de déficit y deuda pública a los que han tenido que acudir. Hoy ningún Estado quiere quedarse fuera de la UE, ya que se ha comprobado, en un momento tan crítico, la enorme ventaja de formar parte de la Unión Europea.

 

Los Verdes europeos son los que con más claridad y contundencia han defendido la necesidad de “Más Europa Ahora”, porque ven con nitidez que la transición ecológica sólo es posible si se avanza hacia ese objetivo de forma global, y para ello se necesitan instituciones políticas democráticas con la escala suficiente para vencer a los que buscan una salida particular ante la crisis ecológica. Han sido precisamente los Verdes europeos los que lideran una reconstrucción europea sustentada en el Green New Deal, en un nuevo pacto que sume transición ecológica y justicia social apoyado por la mayoría de la sociedad.

 

La victoria de los Verdes en la segunda vuelta de las municipales en Francia ha confirmado lo acertado de las tesis ecologistas. Los Verdes estarán en el gobierno de las principales ciudades de Francia, tras haber ganado en Marsella, donde acabaron con un cuarto de siglo de gobiernos conservadores, en Lyon, Estrasburgo, Tours, Burdeos y Besanzón, mientras que en París lo van a hacer como aliados de la alcaldesa socialista Anne Hidalgo.

 

Esta histórica victoria es producto de un ecologismo político que propone soluciones a todos los problemas, construyendo mayorías sociales con una clara orientación europeísta que esta vez se ha visto correspondida por las medidas que ha puesto en marcha la UE durante la pandemia.

 

  1. El Congreso de los Diputados

El Congreso que salió de las elecciones del pasado noviembre fue una Cámara muy fragmentada, tanto por la cada vez mayor representación de los territorios a causa de que el Congreso se comporta como una falsa Cámara territorial por la disfuncionalidad federal del Senado, como por la mayor pluralidad de los bloques políticos.

 

El Gobierno, en este contexto, tenía una mayoría precaria y una oposición de la derecha extrema y de la extrema derecha que ha intentado utilizar la pandemia para acosarlo en todos los frentes, comenzando por el parlamentario.

 

Sin embargo, el Congreso ha conseguido aprobar las propuestas del Gobierno del estado de alarma y sus prórrogas, así como la convalidación de todos los Decretos Leyes, con el apoyo parlamentario estable de Más País y Teruel Existe y el ejercicio de una geometría variables que ha ido desde los apoyos, la mayoría de las veces, del PNV hasta los puntuales de ERC o de Ciudadanos.

 

  1. El Estado

En España el Estado tiene mala prensa. A las grandes dificultades que ha tenido para su democratización, se une, por una parte, la importante tradición anarquista y, por otra, la acción política – cultural del liberalismo que lo ha denostado al mismo tiempo que tenía como principal objetivo político controlarlo.

 

Durante esta pandemia se ha visualizado de forma colectiva la importancia que tiene el Estado para la seguridad ciudadana y la justicia social. La sanidad pública, las ayudas a los trabajadores y trabajadoras, a las empresas, a los Autónomos, a los colectivos más desfavorecidos, etc. han demostrado que el Estado es el único actor colectivo capaz de intervenir y de asegurar que las cosas sigan funcionando incluso cuando todo se pare.

 

  1. Los sindicatos y la concertación social

Los sindicatos han tenido una actuación decisiva para construir un amplio consenso social y liderar la concertación social, conectándola con las medidas aprobadas por el Gobierno y el Parlamento. Su actuación ha sido determinante, tanto para articular las medidas de protección que han evitado una debacle humanitaria como para contrarrestar la estrategia de enfrentamiento y división social que ha desplegado la derecha.

 

  1. Las CC.AA.

La declaración del estado de alarma ha implicado la centralización de muchas competencias en el gobierno central, en una experiencia sin precedentes. Sin embargo, como contrapeso, se ha generado una dinámica federalizante que ha significado un importante precedente para la articulación multilateral de las CC.AA. con el Estado central, a pesar del contexto de tensiones territoriales, sobre todo por la posición de la Generalitat de Cataluña y de las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, en particular la Comunidad de Madrid.

 

Las continuas conferencias del presidente del Gobierno con los presidentes autonómicos y las múltiples conferencias sectoriales, tanto en Sanidad como en otros departamentos, ha supuesto un cambio cualitativo en la perspectiva del avance para una solución federal a la crisis territorial. Codecisión y cogobierno, son concreciones prácticas del principio de cosoberanía, basado en el autogobierno de las CC.AA. y su participación en las decisiones del Estado central. La existencia de mecanismos de codecisión y cogobierno de las CC.AA. implica, por una parte, ampliar la capacidad operativa de las CC.AA. y, por otra, limitar la amplia autonomía que la ausencia de estructuras federales permite a los gobiernos centrales para llevar a cabo políticas centralistas.

 

Este avance cobra aún más relevancia porque tanto la conferencia de presidentes como las conferencias sectoriales son instituciones que no están contempladas en la Constitución, por lo que su normalización en la articulación entre el Estado central y las Comunidades Autónomas supone una verdadera mutación constitucional.

 

  1. El resultado: el repliegue de la derecha

El PP, y en particular el liderazgo de Pablo Casado, han fracaso en su estrategia de acoso y derribo al gobierno utilizando la situación de crisis social y económica causada por la pandemia.

 

Los grandes poderes económicos han tenido que escenificar la impugnación de esa estrategia, haciendo pública la reunión de las grandes empresas del IBEX y cambiando la dirección en El País. Las empresas del IBEX le han dicho al PP que por ese camino no solo fortalecían al gobierno sin perspectiva alguna de derrotarlo, sino que además los marginaban para ejercer cualquier influencia en los contenidos de los decisivos presupuestos para 2021, los presupuestos de la reconstrucción económica y social.

 

El cambio de estrategia de las derechas abandonando la vía VOX, lo ha iniciado Ciudadanos y en estos días se han producidos hechos significativos en la actuación del PP como votar a favor la convalidación del Decreto Ley de la nueva normalidad, el apoyo a Calviño para presidir el Eurogrupo, la carta conjunta que los responsables del PP, PSOE y ciudadanos en la Eurocamara publicaron en el País (https://elpais.com/opinion/2020-06-25/unidos-hacia-la-reconstruccion-europea.html) o ciertos consensos en la Comisión de Reconstrucción que debate en estos días el Congreso de los Diputados,  lo que implica también un mensaje sobre la rectificación del PP en su intento de dificultar las acuerdos de la UE que favorecen a España.

 

Las grandes empresas le están diciendo que, si hay acuerdo en la UE y en el plano social entre gobierno sindicatos y empresarios, también hay bases para hacerlo en el plano político del Estado. Además esperan que ese cambio de posición debilite a podemos en el gobierno aprovechando las dificultades que tiene ERC para flexibilizar su posición.

Parece que entramos en una etapa de menos de confrontación brutal como hasta ahora y más política pero llena de trampas por todos sitios, con un cierto impasse a la espera de los resultados de las elecciones en Galicia y País Vasco, de la evolución de los brotes del COVID-19 y de las negociaciones del Next Generation UE y de los presupuestos generales del Estado para 2021.

 

  1. El riesgo de que los poderes económicos consigan sus objetivos

Los poderes económicos tienen dos objetivos concretos, evitar una subida de impuestos que les afecte sobre todo a ellos e impedir la derogación de la reforma laboral, y una perspectiva: reactivar la economía lo antes posible sin reformas estructurales y eliminando regulaciones ambientales y sociales.

 

En este nuevo escenario, tras el fin del estado de alarma, en el que se dirime la dirección social de la reconstrucción, llegan malas noticias que apuntan a que el gobierno no opte por una ofensiva que ponga en valor la situación ganadora.

 

Por una parte, el PSOE ha dado marcha atrás en la derogación de la reforma laboral de 2012 y ha logrado volver a votar en el Congreso para anular una votación en la que, en un primer momento, había apoyado incluir la como parte de las propuestas para la reconstrucción económica y social, votando, en esta ocasión, junto con el PP, Ciudadanos y Junts, contra esta propuesta de EH-Bildu que incluía derogar la reforma laboral de 2012 y su sustitución por «una nueva legislación laboral garantista y justa con los derechos laborales de los y las trabajadores».

 

Por otra, Unidas Podemos, se ha abstenido en la votación del impuesto sobre la riqueza, también propuesto por EH-Bildu.

 

  1. La hora de la ofensiva

La situación de emergencia ecológica, desigualdad, transformación digital, necesidad de reconstrucción económica y social y el fortalecimiento del marco progresista “Comunidad – Estado” en su despliegue pluralista, constituye una oportunidad histórica para la transformación económica y social y para la plena democratización y federalización del Estado.

 

La crisis del Covid-19 ha demostrado nuestra capacidad para reaccionar a una amenaza existencial tomando medidas sin precedentes con urgencia, donde la sociedad, los Estados y la ciencia han sido los actores centrales.

 

Necesidad, oportunidad y capacidad nos impulsan a lograr un gran pacto verde y por la justicia social y de género, que ponga las bases para una nueva economía y para una sociedad más justa, con mejores servicios sociales, una fiscalidad más verde y más equitativa y unas relaciones laborales que restauren el equilibrio roto por las sucesivas reformas laborales, que generen los suficientes incentivos suficientes acompañados de una exigente condicionalidad laboral, verde y fiscal.

 

Posiblemente para este impulso será necesario el reforzamiento político del gobierno tanto internamente como consolidando sus apoyos parlamentarios de forma que la perspectiva de la transformación estructural pueda quedar plasmada en los presupuestos generales del Estado para 2021.

 

(*) La imagen es una obra de la artista plástica Judy Chicago

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