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El óptimo democrático de Cataluña

Mario Ortega | A veces ser menos es tanto o más que ser más.

El punto óptimo en la cuestión territorial (que no solo es catalana) lo vienen argumentando quienes no son independentistas pero defiende la democracia de manera radical. Quienes no han apoyado ni la DUI ni el 155. Quienes han pedido diálogo, pacto, debate y voto. Quienes, a pesar de que la práctica totalidad de los medios tradicionales que producen información de masas sesgada (propaganda), juegan en contra de la razón democrática, mantienen según las encuestas una posición relevante entre el electorado auqneo no mayoritaria.

El punto óptimo percibido por una mayoría de población para resolver un conflicto de manera democrática no tiene porqué ser el de la opción más votada. Existe una diferencia conceptual entre espacio político y espacio electoral. Es verdad que, en democracia, el poder institucional requiere mayoría en el espacio electoral. Sin embargo, cuando la pluralidad es intensa, esa mayoría de poder tiene que formarse bajo la influencia de minorías no minoritarias hacia de mayorías no mayoritarias.

Resulta que, al igual que las encuestas electorales aprietan a la baja a Unidos Podemos y mantienen aproximadamente a los Comunes, las encuestas sobre la salida posible (no digo ni siquiera preferible) al conflicto de España con Cataluña indican que un 82% en Cataluña y un 57% en España piensa que ha de ser mediante un diálogo que conduzca al voto.

Esta aparente contradicción entre lo que previsiblemente va a votar una mayoría y lo que piensa en este tema tan concreto como determinante lleva en su dialéctica la condición de posibilidad de que quienes no van a ser mayoría electoral en Cataluña, puedan ser la minoría decisiva para conseguir la solución de punto óptimo.

Desde luego, es sabido, ese punto óptimo no viene de conformaciones políticas con todo el pasado acuestas, no está defendido por PSOE, ahora de Sánchez/Díaz/Iceta, que nos tiene tan acostumbrados al engaño, cuando no a la traición. Los Comunes están definiendo de cara a las elecciones catalanas del 21 de diciembre sus planteamientos para dar lugar al óptimo, son estos:

Retirada del artículo 155, liberación de los presos por el proceso, renuncia al unilateralismo independentista y preeminencia del eje social.

Tal y como se preven los resultados, si ninguno de los bloques irreconciliables (PP-C`s-PSC y PDCat-ERC-CUP), cuya estrategia de confrontación ha agudizado el problema hasta el extremo antidemocrático, obtiene mayoría parlamentaria, entonces entrará en juego la minoría mayoritaria de los Comunes para desacer el nudo gordiano negociando sobre el punto óptimo, que no solo será el óptimo para Cataluña dada su relación espacial y plurinacional con Unidos Podemos.

A veces ser menos vale tanto o más que ser más.

@MarioOrtega

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