Portada / Democracia / GOBIERNO A LA PORTUGUESA O A LA VALENCIANA

GOBIERNO A LA PORTUGUESA O A LA VALENCIANA

Andrés Lozano

 

Siempre que la ciudadanía se moviliza y acude masivamente a las urnas gana la democracia. Tras el ruido de la campaña electoral que, en más de una ocasión, ha sobrepasado los decibelios de la necesaria mesura y tranquilidad, se han contado las urnas. Y en las urnas se han  premiado las propuestas que hacen hincapié en la necesidad de diálogo, y en la necesidad de mejorar la  cohesión social  con políticas redistributivas.  que mejoren las condiciones de quienes han salido peor malparados de la crisis.

 

El PSOE ha visto recompensada la adopción de ciertas medidas sociales puestas en marcha de acuerdo  con Unidas Podemos;  así como su mayor propensión al diálogo que al palo y tentetieso como medio para resolver el  problema territorial.  Tras la elecciones queda como el único partido  en posición de formar gobierno.

 

Parece que la fuerza de los votos  hará posible un gobierno pilotado por un PSOE, en  posición de fortaleza,  y que podrá  contar con los apoyos de Unidas Podemos, PNV, Compromis, Partido Regionalista de Cantabria o Coalición Canaria.  Podría de esta forma iniciarse  un periodo de  mayor estabilidad  gubernamental.

 

Ciudadanos, por su parte,  sube y  pretende liderar la oposición tras la debacle electoral del Partido Popular, su competidor en la derecha. Aun cuando haya presiones de poderes económicos y mediáticos  para un gobierno PSOE-Cs, parece  difícil que se abra paso esta opción; pues, por un lado, tiene escaso respaldo entre las bases que apoyan a Pedro Sánchez  y, además, no se corresponde con la estrategia de Ciudadanos de consolidarse como alternativa.

 

Unidas Podemos  obtiene  un resultado bastante malo, ya que,  a pesar del aumento de participación, se deja por el camino casi un tercio de sus votantes y  su porcentaje de voto pasa del 21% al 14%.   A pesar de este  descenso, fruto de  cierto sectarismo y división interna y de posiciones políticas a veces un poco  erráticas, consigue remontar un poco sus pésimas previsiones demoscópicas, gracias  en parte a su  papel en la negociación presupuestaria y a su estrategia de campaña, basada en que la garantía  para un gobierno de izquierda  residía  más  en la fortaleza de Unidas Podemos   que en la voluntad de Sánchez.  Al final, los resultados lo colocan en una posición  clave para la formación de un gobierno de izquierdas.  Por otro lado, el miedo a la suma de las derechas; aunque, por un lado, haya transferido votantes al PSOE, también Unidas Podemos  ha  concentrado  cierto voto de izquierdas que sin mucho entusiasmo  ha considerado  como más útil el voto a Unidas Podemos  que a otras opciones como Més,  en Marea, BNG, o Compromís.  De hecho, vemos como los porcentajes en las generales y autonómicas se intercambian entre Unidas Podemos  y Compromís. En las autonómicas Compromís duplica el porcentaje de UP, y en las generales ocurre al revés.

 

Finalmente, la derecha neofranquista,  obtiene unos resultados muy notables  con el 10% de los votos y 24 escaños;  sin embargo, el hecho que las derechas no sumen, unido a  unas expectativas mejores en el propio partido, le dejan en una posición que no se percibe tan fulgurante como podría parecer.

 

En Andalucía observamos como  la participación respecto a las autonómicas ha aumentado en un 15%. El  voto al PSOE se ha  incrementado en un cincuenta por ciento y pasa de un millón a un millón y medio, y su porcentaje  del 28 al 34 por ciento.   En  Unidas Podemos el porcentaje baja respecto a Adelante Andalucía  en un 2%  (del 16 al 14), si bien debido al aumento de la participación  crece en sesenta mil votos respecto a las autonómicas. A esto contribuye el no haber tenido la competencia electoral  de Iniciativa y Equo (quince mil votos en las andaluzas), y el hecho de que  pequeños  partidos  extraparlamentarios han perdido votos respecto a las andaluzas (AndalucíaxSí  ha perdido la mitad de sus votos, once mil, PACMA otros ocho mil, etc).

 

Tras estos resultados, en nuestro país se abre la posibilidad de un  acuerdo de izquierdas, que propicie un gobierno a la portuguesa o a la valenciana,  y que construya país a través del diálogo territorial y de políticas  sociales que corrijan la extrema desigualdad de España en el contexto europeo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *