Jornada negra para la Autonomía Financiera Andaluza

Esta mañana se rompió el tenso silencio que ha presidido a la decisión sobre la subasta de Cajasur. Este silencio precedía a un silencio muy diferente.

Las pasadas semanas imperó un silencio expectante, como el que acompaña cuando contienes el aliento ante algo que está por llegar y cuyo resultado no quieres alterar ni siquiera con el sonido de tu voz. Era también un silencio respetuoso ante la decisión sobre el futuro de una entidad que llevaba aparejada el futuro de la capacidad financiera y económica de una tierra y de un proyecto común.

 Esta mañana se rompió el silencio por otro mucho peor. El de la incredulidad. Es el silencio que acompaña a la resignación.

Hoy ha sido una jornada negra para Andalucía y que marcará el futuro del sistema financiero andaluz y su autonomía económica.

La decisión del Banco de España de aceptar la oferta que ha hecho la caja guipuzcoana Bilbao Bizkaia Kutza (BBK) sobre Cajasur, la caja andaluza de la Iglesia y que fue intervenida para evitar su quiebra tras negarse a una fusión con Unicaja marca el final de un tiempo de silencio en el que trabajadores, organizaciones políticas, directores de cajas andaluzas y foráneas, hemos contenido el aliento y hemos aguardado pacientes la resolución del Banco de España.

Días atrás, este silencio solo era roto por el gobierno andaluz, que en su doble condición de Presidente de la Junta de Andalucía y Secretario General del PSOE-A alzó la voz para aconsejar y reclamar que fuera Unicaja o Cajasol, o ambas a la vez, quienes pujaran por hacerse con la caja cordobesa y recibieran su herencia.

No recuerdo una unanimidad mayor en esta tierra para apoyar la estrategia, quizás tardía, de un Presidente de la Junta al abanderar un proyecto tan necesario en estos momentos de crisis como imprescindible en el futuro de Andalucía. Desde el gobierno andaluz se apostó por una Gran Caja Andaluza con fusión más o menos cercana de Unicaja y Cajasol y la incorporación de Cajasur, una vez que la Iglesia había desaparecido de escena. La respuesta de todos los partidos convocados por el Presidente de la Junta fue unánime. Unos aplaudían su capacidad de liderazgo, otros no podían negarse a contribuir a la futura autonomía financiera andaluza y apoyar la deslocalización de los capitales de la caja cordobesa (tentados estuvieron con la puja de la Caja Madrid de Rodrigo Rato). Los andalucistas aceptamos el reconocimiento de la validez de un planteamiento que ya propusimos hace años, la Gran Caja Andaluza, la mayor Autonomía Financiera posible.

Es el momento en que el Presidente de la Junta vete esta decisión, siga alzando la voz y ejerza las competencias que le da el artículo 14. bis de la Ley andaluza de Cajas de Ahorro. Es el momento en que su Consejo de Gobierno no autorice la fusión de una Caja de Ahorros Andaluza. Tiene la capacidad de vetar un acuerdo perjudicial para Andalucía. Por responsabilidad y para dar credibilidad al discurso que ha mantenido y que muchos hemos aplaudido. Tiene la ocasión de no plegarse a decisiones foráneas.

Ausencia de Poder Político Andaluz. Con un Grupo Andalucista en el Congreso de los Diputados las decisiones que afectasen al futuro financiero y a la autonomía de nuestra tierra no se tomarían a espaldas de Andalucía.

A lo largo de estas semanas también hemos podido comprobar cómo el silencio no tiene por qué ir acompañado de la ausencia de movimiento. Algunos sí se han movido: Javier Arenas para “salir en la foto” el pasado miércoles 14. El líder de la derecha andaluza hizo valer su acta de Senador para situarse justo detrás de Rajoy en el escaño del Congreso de los Diputados durante la primera jornada del Debate sobre el Estado de la Nación. Pero no sólo se movió el eterno candidato a la Junta, si no que el propio presidente del PP, Mariano Rajoy, se reunió con el Presidente del EBB Iñigo Urkullu en el Congreso de los Diputados el pasado día 8 de julio. La reunión es extraña en sí misma. Dirigen opciones opuestas en cuanto a modelo de estado, en bancadas opuestas en el Parlamento de Vitoria y difieren sobre el apoyo al gobierno en los Presupuestos Generales del Estado. No imagino una ocasión mejor para que el líder de EAJ-PNV negociara el silencio cómplice del PP-A ante la puja de la BBK por una caja Andaluza. Una vez descartada Caja Madrid, claro está.

Mantenimiento de los puestos de trabajo y de la Obra Social en Andalucía.  Sólo resta confirmar la decisión del Banco de España si el Presidente de la Junta no ejerce su competencia de veto, y esperar que la BBK cumpla sus promesas.

La fundamental es que no prescinda de los trabajadores y trabajadoras y que estos aumenten las inmensas listas de desempleados y desempleadas andaluzas. Muchos trabajadores de Cajasur respiraban hoy aliviados porque Unicaja no se haría con las riendas de la caja cordobesa y no prescindiría de los 1000 puestos de trabajo que podrían ser innecesarios. Hoy también hemos conocido que la BBK gestiona 30.000 millones de activos con 2.430 empleados mientras Cajasur gestiona 18.000 millones con 3.012 trabajadores. No hay motivo para la alegría. Pero además, ahora no se cuenta con una herramienta política de presión en el contexto andaluz como en el caso de Unicaja