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La parábola de las cosas importantes

cajasur

 

Joaquin Aurioles.

Por mucho que tantos economistas y no economistas andaluces se alegren e insistan en convencernos de lo contrario, la decisión de convertir Cajasur en una red de oficinas de una caja vasca es mala para la economía andaluza. Dicen algunos que si la principal función de un banco es captar ahorro y convertirlo en créditos, lo importante es que haga bien ambas cosas, independientemente del domicilio. Para otros, la resistencia del Banco de España a las presiones andaluzas se interpreta como una reconfortante señal de independencia e incluso como un anticipo de la despolitización que se avecina. También hay quien aprovecha la oportunidad para pedir que se acabe con el anacrónico sistema de cajas y se las convierta en bancos privados, e incluso quien se haya alegrado por que la decisión mantiene el statu quo en Andalucía y puede contribuir a calmar, como así ha sucedido, las pretensiones de fusión entre Cajasol y Unicaja.

En mi opinión, todas estas valoraciones son miopes o interesadas. Siempre he defendido la necesidad de, al menos, una entidad financiera fuerte en Andalucía. Lo he hecho pensando en el papel que podríamos y deberíamos desempeñar en España, pero sobre todo convencido de que, como creo que han entendido en otras regiones, una banca propia tiene que ser pieza imprescindible en el difícil rompecabezas de construir una economía moderna, compleja y del tamaño de la andaluza.

Muchos conocerán la historia del profesor que intentaba explicar a sus alumnos la diferencia entre las cosas importantes y las menos importantes y por qué tiene que haber de ambas y en una proporción adecuada para que uno pueda prosperar y vivir con cierto equilibrio. Mostrando un tarro de cristal lleno de pelotas de golf preguntaba a los estudiantes si consideraban que estaba lleno. La respuesta fue lógicamente afirmativa. A continuación, vertió sobre el tarro un paquete de perdigones de plomo y volvió a formular la pregunta. Nuevamente, los estudiantes dijeron que ahora sí que estaba completamente lleno, pero el profesor volvió a rellenar los huecos volcando un saco de arena en su interior. Cuando los alumnos se habían convencido de que ya no cabría nada más, todavía introdujo en el tarro el contenido de dos botellines de cerveza.

Las pelotas de golf son las cosas verdaderamente importantes y sólo son unas cuantas. Si desgraciadamente nos faltara alguna de ellas, podríamos sobrevivir llenando su hueco con perdigones y, si las cosas fuesen muy mal, siempre podríamos recurrir a la arena, pero conviene dejar claro que las cosas importantes hay que cuidarlas y que si alguna se pierde será muy difícil recuperarla, sobre todo si las sustituimos con otras de menor importancia. En la parábola, el tarro representa a la economía andaluza y las pelotas de golf a las cajas, mientras que las oficinas de BBK son los perdigones.

Por cierto, cuando el profesor daba por terminada la clase, un alumno le preguntó por el significado de las dos cervezas, a lo que respondió que, aunque uno piense que tiene su vida llena, siempre es bueno dejar un hueco para tomarse un par de cañas con los amigos.

Publicado en los Diarios de la cadena Joly. 22/07/2010.

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