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Por una izquierda darwinista

Francisco Garrido.

«Muy distinguido señor:
Le doy gracias por el honor que me hace al en­viarme su gran obra sobre El Capital; pienso sinceramente que merecería en mayor medida su obsequio si yo entendiera algo más de ese profundo e im­portante tema de economía política. Aunque nuestros estudios sean tan distintos, creo que am­bos deseamos ardientemente la difusión del saber y que a la larga eso servirá, con toda seguridad, para aumentar la felicidad del género humano.
Queda, muy distinguido señor, suyo, afectísimo
Charles Darwin»

Hace unos años Perter Singer público un pequeño panfleto titulado “Por una izquierda darwinista”, su llamada no tuvo mucho eco, al menos no tuvo todo el eco que debería haber tenido, dada las profundas implicaciones que contenía. Asumiendo casi por completo este programa, creo que se podrian añadir algunas notas  que reforzarían aún más lo argumentado por Peter Singer en el mencionado panfleto. La carta de Darwin a Marx que precede este texto es un ejemplo de la sintonía entre marxismo y darwinismo  cuando el socialismo mantenía la alianza con la ciencia y que se rompió   definitivamente   a partir de delirio estalinista de la doctrina  Lysenco.  El darwinismo soviético   fue exterminado y consiguientemente todo, el marxismo occidental sufrió este distanciamiento  fatal del darwinismo.  Un ejemplo tardío fue la irracional crítica del magnífico paleontólogo marxista  británico, S.Gould,  a la sociobiología de  E.O. Wilson. El constructivismo cultural postmoderno, del que yo era un moderado entusiasta hasta que  Singer, Dennett y Tony Domenech me despertaron, es otro ejemplo de las monstruosidades ideológicas que ese divorcio entre marxismo y ciencia  supuso para la izquierda.Resumo aquí en cuatro notas sobre este reto que sigue siendo la «peligrosa idea de Darwin», para una  izquierda que incapaz de transformar la  realidad, no es que se limite a interpretarla, como en la conocida  crítica de Marx contra Foierbach,   hace algo peor; se la inventa.

1   La tesis de la “tabla rasa “ de la naturaleza humana ( “el hombre nuevo”) , es decir la negación de esa naturaleza;  ha resultado  letal para la izquierda,  pues ha facilitado la entrada a borbotones del idealismo  en el pensamiento  crítico y revolucionario.

2.  Si ya no puede existir una izquierda que no sea una izquierda verde; tampoco es factible  una izquierda  verde que no sea una izquierda darwinista en los términos que propone Singer.

3. La etología humana darwinista demarca un campo de condiciones de posibilidad donde se pueden ajustar los cambios sociales que el ecosocialismo propone. Sin este ajuste naturalista  la izquierda obsilará   entre el terrorismo  de Estado (estalinismo); o banalidad  mercantilizada  (postmoderna).

4.  Gran parte de los errores del socialismo real se derivan de una incomprensión  idealista de los límites y posibilidades de la naturaleza animal humana que el darwinismo contempla de  forma altamente satisfactoria,.

La derecha y el capital han leído mejor a Darwin que la izquierda, por qué han hecho una lectura estratégica invertida. Han sabido detectar,  y usar,  los hallazgos del darwinismo para fomentar las prácticas  menos cooperativas factibles. Por el contrario, la izquierda ha hecho una lectura moralista de Darwin confundiendo condiciones de posibilidad con condiciones de necesidad. No es  que las condiciones de competitividad, todos contra todos, dibujen un mundo social más acorde con el mudo natural,  es que es acorde (posible)   aunque sea un mundo posible indeseable , y solo  brevemente posible. En el polo opuesto   la izquierda ha programado  mundos imposibles aunque sean   moralmente deseables.  Ellos  han sabido seleccionar las opciones evolutivamente menos probables, pero posibles (competitividad, individualismo ) y convertirlas, por medio de dispositivos de selección cultural, en la única opcione   posible. Pero la crisis ecológica ha puesto fin a la  posibilidades  de esta lectura oportunista de Darwin  y  demuestra la imposibilidad evolutiva de esa estrategia  a  largo plazo que conduce  a la  estación final  de los abismos del colapso ambiental . Mas la alternativa, antes este fracaso ahora evidente,  solo será factible si superamos  el divorcio entre darvinismo y marxismo como propone en su programa  la ecología política.

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