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Rebelión en el cortijo

ARENAS 1996Jose Maria Izquierdo.El País.

Ya saben ustedes los resultados y lástima que no pueda empezar a escribir lo que más me gustaría, pero es que este blog está dedicado a otra cosa y seguro que hay numerosos comentaristas que van analizar mucho mejor que el catavenenos esa extraña victoderrota o derrovictoria de unos y otros. Nuestra fiel infantería se ha puesto de los nervios, que ya llevaban semanas cantando el Oé, Oé. Han perdido el oremus, y desatados por la rabia, encadenan insultos sin cuento contra los andaluces. Vagos, corruptos y pancistas son solo algunos de los piropos. Están que no lo comprenden. Y esa es la demostración de por qué no han ganado como esperaban hacerlo. Porque la derecha nunca ha logrado respetar a los andaluces como pueblo. En cuanto se les deja un  poco sueltos les sale el amo grosero por todos los poros. Y los andaluces, claro, lo saben porque lo han sufrido. Es que lo van a leer, que no necesita mucho ejercicio estilístico ni preámbulo de éste su bloguero.

Como tampoco entienden por qué Javier Arenas no ha logrado, en cuatro intentos, ser presidente de la Junta. Muchos, y menos inteligentes que ellos, lo sabemos muy bien. Es muy posible que los andaluces estén hartos de la corrupción y el pelo del pleistoceno de algunos socialistas. ¿Pero ofrecía Javier Arenas -16 años por aquellos lares, como para engañar a nadie- la imagen de la modernidad y la transparencia que la alegre muchachada, cegada en su fanatismo, le adjudicaba desde Madrid?

Verán que he evitado Asturias. Por no mezclar. A lo mejor, mañana.

 
 
Lo peor eran las expectativas depositadas. Solo unas muestras, para no cansarles, que hoy me he permitido romper las medidas que sugiere la prudencia. Espero que entiendan la profusión de reacciones. Les decía de los periódicos de la mañana. Pedro José Ramírez Codina en su larguísima homilía dominical de El Mundo, de título “Arenas y el caballo volador”. No se rían, que ya les estoy viendo. Un parrafito: “El pueblo andaluz puede hoy remontar el estercolero de inmundicia que le ha legado el PSOE”. Alguno más. Manuel Martín Ferrand, en Abc: “Se supone que, como peor es imposible, el nuevo Gobierno de Arenas supondrá una rápida mejora”. Pues a esperar, don Manuel. Y la gracia grosera de Antonio Burgos: “La única duda que me queda es saber si hacia las 9 ó las 10 de esta noche tengo que avergonzarme como andaluz o no, porque los gobernados sean tan corruptos como sus gobernantes y los hayan vuelto a votar para que siga el albondigón del Régimen, ahora además con Izquierda Unida. Ojú”. Eso, ojú, don Antonio.

También Ignacio Camacho: “En la recta final de la campaña andaluza (…) ha dicho Griñán que lo único que cambiará hoy en Andalucía será la hora (…) este hombre tan desinformado me inspira cierta pena. No se entera de nada (…) en su limbo de autocomplacencia e incomunicación permanece ajeno al clamor de cambio político que ha estallado en la sociedad andaluza de un modo perentorio, manifiesto y concluyente (…) Así las cosas, esta noche pueden ocurrir dos cosas. Una es un prodigio sociológico que demuestre que Griñán es un visionario capaz de intuir cosas que todos los demás desconocemos. La otra, más previsible, que su presidencial y augusta burbuja se desinfle con la evidencia de que hasta el reloj se ha adelantado para que el cambio llegue una hora antes».

Que hoy, con el resultado que ha habido, Camacho tiene que corregir el discurso sobre la burbuja: “Es inevitable concluir que el factor psicológico del miedo al desamparo ha superado al rechazo moral en una sociedad fuertemente golpeada por los efectos de la crisis, en la que años de dependencia han generado un sentimiento pancista de apego al sector público como ultima ratio de supervivencia”. Y un aviso para Rajoy: “Será difícil que el signo político andaluz se invierta ya a medio plazo. Antes es probable que el desgaste del Gobierno de Rajoy incremente las expectativas de la izquierda y relance desde Andalucía la oposición nacional con una fuerza que ni siquiera esperaban sus propios actores”.

Antes de las fachadas, títulos de apertura de la web de Libertad Digital a las 3.00 de la madrugada: “El PP no logra acabar con el régimen del PSOE en Andalucía”, y “Rajoy y Arenas, destrozados”.

LAS FACHADAS

Va
Abc se resiste y saca fuerzas de flaqueza con ese titular que ilustra esas alegres caras que todos vimos ayer. También le han echado algo de ingenio a Asturias: “Cascos y PP, mayoría absoluta”. O sea, lo que ya tenían antes de las elecciones, pero con menos escaños. Un gran triunfo, como se ve. La Razón lo intenta, pero lo que no puede ser es imposible. Sumarios: “Arenas consigue la victoria por primera vez y se queda a cinco escaños de poder gobernar”, y “Descalabro de Griñán, que pierde 9 diputados, aunque mantendría el poder con el apoyo de IU”. El Mundo no se resiste a la misma foto, que uno no sabe si es un homenaje póstumo -permítanme el exceso- o el reflejo de aminorar el sofocón. El titular ya lo ven. Misma imagen también en La Gaceta, que van por derecho y le sacuden a Arenas. Ahí lo ven.

NON PLUS ULTRA

Editorial de Abc, que muestra, como en este diario es habitual -el fantasma de los Luca de Tena nunca acaba de irse- su enorme apego a la indecencia: “Los populares se enfrentaban a una sociedad mediatizada por las servidumbres tejidas por el Gobierno autonómico y especialmente sensible al discurso del miedo contra la derecha. No han ahorrado argumentos de brocha gorda contra Arenas, incurriendo en un juego sucio que no evitó siquiera la manipulación a escolares en sus propias aulas”. ¿Tendrá algo que decir Abc sin que le caiga la cara de cómo se ha hecho la campaña? Es más: de cómo ha sido la campaña del diario. Pues hoy sigue: “Para los socialistas resultaba evidente que el estado natural de Andalucía era el desempleo masivo, el abandono escolar y la corrupción pública. En estas anomalías de una sociedad moderna y democrática ha encontrado el PSOE andaluz el terreno abonado para la captura de voluntades y la subvención del fracaso, contando con el inestimable apoyo de una amplia red de sociedades públicas”. Jaime González no engaña a nadie: “Escribo desde la frustración más profunda y paseo mi decepción sobre estas líneas con un punto de amargura. Repitan conmigo, aunque les duela: ‘ La izquierda en Andalucía sigue siendo un muro infranqueable”. Y en este considerarse un integrante más del PP, el artículo nos lo reafirma con esa profusión de primera persona del plural: Jaime González es más del PP que José María Aznar: “¿Acaso nos dejamos llevar por la corriente? ¿Forzamos demasiado? (…) Seguramente equivocamos el diagnóstico y olvidamos lo esencial (…)Tal vez creímos que el resultado de Andalucía era una fórmula matemática…Y nos equivocamos. Yo el primero. En esta hora exhibo mi amargura sin complejos”.

Isabel San Sebastián, caritativa, siente lástima por los andaluces. ¡Pobre, lo mal que lo está pasando doña Isabel!: “Andalucía se ha convertido en el esclavo de la cuadriga a costa de los andaluces y de Arenas. Lo siento de verdad por ellos”. Pues fíjense José María Carrascal: “En Andalucía, ha prevalecido el miedo y la inercia, dos de las fuerzas más inmovilistas de la naturaleza. El miedo es una especie de camisa de fuerza que impide todo movimiento. Si va unido a la inercia, ‘incapacidad de los cuerpos de salir de su estado de reposo’, según el diccionario de la RAE, el efecto paralizante es total. Fue lo ocurrido ayer en Andalucía”. Pero mejor, mucho mejor, lo explica Gabriel Albiac. ¡Qué cabeza la del egregio filósofo!: “La excepción ha sido Andalucía. Sigue siéndolo. Allí, más de treinta años de poder socialista amurallaron un mundo aparte. No de España; de Europa. No existe equivalente —si se exceptúa Grecia— de un régimen de corrupción tal en la UE. Esos tres decenios se asentaron sobre dos pilares. 1) El robo masivo de fondos públicos -españoles como europeos- por parte de gobernantes y amigos: perder eso le hubiera supuesto al PSOE entrar en bancarrota. 2) Pero un sistema de robo a tal escala no puede funcionar más que repartiendo; aunque sean migajas; un mísero don de supervivencia sin trabajo ha podrido el alma andaluza; y las subvenciones arbitrarias han comprado votos durante tres decenios. Y aún pesan tanto como para forzar el devastador resultado de anoche. Es la pura y dura lógica siciliana”.

Los columnistas de La Razón ya saben que son muy suyos, y no es cuestión de atosigarles. Iñaki Zaragüeta escribe sobre la huelga y César Vidal otra tontuna para decir que “el PP ha impulsado una reforma laboral marcada por la moderación”. Que ya hay que tener. En el editorial se ven obligados a escribir algo, así como regañadientes, que lo máximo que dicen es que “la abstención perjudicó al PP, mientras que el voto del miedo movilizó a la izquierda”. Brillante, ya ven. Tanto como decir que “los asturianos votan por la gobernabilidad”, que ya saben que no hay peor ciego etcétera. Alfonso Merlos, tan aguerrido, sí escribe de lo que se debe: “Es penoso que en Andalucía se haya renunciado a impulsar una revolución en toda regla para acabar con un putrefacto estado de cosas. Es desmoralizador que se haya cerrado la puerta a una etapa que buscaba liquidar el nepotismo, el clientelismo y la corrupción para promover el imperio de la meritocracia, el rigor y la transparencia”. Carmen Morodo, por su parte, dice que “Rajoy se siente legitimado”, que “Cree que no se han castigado los ajustes aunque esperaba mejor resultado”. ¿Y Alfonso Ussía, no dice nada? Otro día, que hoy estaba descansando, háganme el favor: “Mañana será el día de escribir de los gozos y desventuras de las elecciones andaluzas y asturianas…”. De Carlos Rodríguez Braun, sólo el título: “¡Qué escándalo!”

También descansaba, o el disgusto le gripó el motor de escribir, Federico Jiménez Losantos, que en su chiringuito de Libertad Digital brilla por su ausencia y en El Mundo escribe sobre Cataluña. Que sí, que siempre luce el sol para insultar a los nacionalistas, pero podía haber esperado a mañana. El editorial de El Mundo lleva un título suave“Andalucía, una complicación para Rajoy”. Y dice así: “Muchos ciudadanos se estarán preguntando a estas horas qué tiene que hacer el PSOE para perder el poder en Andalucía porque resulta difícil de entender que José Antonio Griñán vaya a seguir gobernando con el historial de corrupción, abusos y clientelismo que ha salido a la luz en los últimos tiempos”. Pero Santiago González pisa el acelerador del insulto, que para qué disimular, de perdidos al río: “Cabe la posibilidad de que haya todavía una masa de votantes que no ha perdido la esperanza de verse beneficiado en esa versión moderna de la multiplicación de los panes y los peces que ha sido el milagro de los ERE”. Fernando Sánchez-Dragó ha preferido no esperar al final del recuento: “Yo, mientras empujo con los pies a Arenas, Cascos y Rosa, escribo entre tres aguas –la de la espera, la esperanza y la decepción- y me persigno. No soy neutral. Estoy en contra de la izquierda, estoy a favor de España”.
Que está bien que lo diga, por si no nos habíamos dado cuenta. De lo de la izquierda, digo. Lo de España lo sabíamos. Y en La Gaceta, Carlos Dávila se ha quedado con tal chasco, como él mismo reconoce, que apenas si ha podido pergeñar unos garabatos sin contenido. Menos mal que han podido hacer un poquitín de editorial: “Con la ayuda de IU, el PSOE seguirá perpetuando el caciquismo, e hipotecando la libertad y la prosperidad”.

Libertad Digital despliega una importante batería de comentaristas. De uno en uno, no se me amontonen. Cristina Losada: “La única fuerza a la que debía vencer el PP era la inercia, pero la inercia es sumamente poderosa y no se doblega fácilmente ante la realidad, llámese corrupción generalizada o brutal desplome económico”. José García Domínguezlanzado: “Una asfixia, la de la Andalucía moderna, urbana y emprendedora, solo posible merced al entramado caciquil muñido en el agro durante tres décadas. Pero ni en Corea del Norte ni en Sevilla ha llegado todavía el instante de poner un pie en el siglo XXI”, “Andalucía, una Sicilia sin luparas pero con padrinos en cada capital de comarca cuya perentoria desinfección sanitaria habrá de esperar otros cuatro años más. En puridad, quien nunca acaba de morder el polvo al sur de Despeñaperros  no es algo más o menos emparentado con la socialdemocracia, sino la vieja España sórdida de los lienzos de Gutiérrez Solana”. Pedro Tena, el especialista: “Fuentes fetėn habían revelado desde el miércoles el hundimiento del voto socialista. El viernes, muchos del régimen firmaban ya 41 escaños. Desastre, debacle, despeñamiento, esto es, griñanazo (…) A las ocho y nada parecía comenzar la caída del régimen (…)  El PP aparecía como ganador. Se hablaba de mayoría absoluta. Todos estaban convencido de ello, incluso el PSOE. Pero he aquí el recuento. Comenzó mal para el PP. Siguió mal y ha terminado menos mal, pero mal (…)Y en el aire, una grave pregunta. Si el PP tuvo en 2008 más de 1,7 millones de votos, ¿cómo es que en 2012, con el deseo de cambio instalado en Andalucía y con la corrupción galopando hasta enterrarnos en la mer…dé, no han estado a pie de urna? (…)  Andalucía ha elegido libremente y ha elegido a la izquierda, a una izquierda aética e ineficaz que la ha mantenido en los últimos lugares de España y a una izquierda filototalitaria fracasada en todo el mundo. Tendremos, sencillamente, las consecuencias de lo que hemos decidido”. Emilio Campmany: “Los andaluces han votado a los que se reparten el dinero público por cientos de millones de euros, que ponen al frente de cargos públicos a socialistas que gastan los dineros de todos en cocaína, que practican el nepotismo más escandaloso y que sólo saben prometer más de eso mismo. Y lo han hecho porque esperan seguir recibiendo las migajas de ese sistema clientelar que los socialistas montaron en Andalucía porque no les importa que, con tal de seguir recibiéndolas, los del PSOE se quedan con la parte del león”. Y no se sabe con qué amenaza Campmany: “Tendremos que aguantarnos con nuestros griegos y ver cómo nos arrastran un poco más pendiente abajo. Rajoy podría evitarlo si se decide de una vez a hacer lo que hay que hacer, pese lo que les pese a andaluces y sindicalistas. Veremos si tiene el valor para hacerlo”.

Alguno ya apunta hacia Rajoy. El fuego amigo. Lo conocemos. Pablo Molina: “El sometimiento de todo un partido como el PP a los antojos de su equipo demoscópico habitual no tiene precedentes. No sólo han decidido hacer una campaña en Andalucía como si fueran a ganar sin bajarse del autobús, en frase del mítico Helenio Herrera, sino que por no incomodar, hasta la política nacional del Gobierno popular ha estado supeditada a esta exigencia de placidez morcillona, no fuera que los andaluces tuvieran la impresión de que el PP tiene intenciones de reformar en profundidad el desastre heredado por Zapatero.(…) Javier Arenas, el principal perjudicado de esta noche electoral, ha puesto su cargo a disposición de Rajoy. Si hay algo seguro es que al ‘perjudicante’ no se le ha pasado ni remotamente por la cabeza hacer lo mismo con el suyo”.

EL AFAMADO MUSEO EL OJO IZQUIERDO
(Documentos y testimonios de la vida en las cavernas”.

Por si le echaban de menos, lugar de honor.

“La andaluza es una sociedad que no ha carecido de (…) grandes valores, pero, por desgracia, fueron reduciéndose a su mínima expresión, después de 32 años de un sistema político basado en la reducción de la pluralidad humana a una multiplicidad animal. Los andaluces han sido tratados como rebaño por el gobierno de la Junta”.

Agapito MaestreLibertad Digital, 25 de marzo de 2012

Un comentario

  1. Pues a ver si todo este cariño que los españoles nos demuestran nos sirven para mandarlos ya a paseo y, como ya se dijo en córodoba en 1919:
    «Declarémonos separatistas de este Estado que, con relación a individuos y pueblos, conculca sin freno los fueros de justicia y del interés y, sobre todo, los sagrados fueros de la libertad; de ese Estado que nos descalifica ante nuestra propia conciencia y ante la conciencia de los pueblos extranjeros. Avergoncémonos de haber sufrido y condenémoslo al desprecio o al perecimiento; esto es, al vacío del olvido absoluto en donde el recuerdo del malo se extingue, a esas castradas generaciones antecedentes, que nos hubieron de legar la deshonra de este Estado, por no haber concebido ni ejecutado en su inconsciencia, en su cobardía o en su maldad, el esfuerzo generoso que exigía de ellas la esperanza de una posteridad feliz. Reneguemos de los padres que despreciaron a los hijos, viviendo con la España antigua la historia estéril para el progreso humano de un pueblo inspirado por dogmas sombríos de muerte, que hiciera cruzada contra la naturaleza y la vida, forjando para España y para los españoles de hoy la prevención y el menosprecio universales.»

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