Reflexiones para el debate en el III Taller de Cooperación Política: Liderazgo, representación y cooperación. (1 de 2)

1. 1. Andalucía, la crisis y las elecciones municipales.

Estamos finalizando un año cargado de acontecimientos de tal intensidad que es difícil mantener una lectura coherente de los mismos y no perderse en alguno de los grandes sobresaltos que cada día nos agitan. Acaba de pasar la celebración del 4 de diciembre sin apenas atención ciudadana y el 32 aniversario del referéndum constitucional, por vez primera en estado de alarma.

La publicación de los documentos de Wikileads muestran el declive militar y económico de EEUU, una de las grandes claves de la crisis (la relación entre la globalización, los límites internos y externos del capitalismo y el declive del dólar de moneda universal, la explican en gran medida), mientras que China muestra su influencia obteniendo el apoyo de 17 Estados para boicotear la concesión del premio Nóbel de la paz al demócrata Liu Xiaobo, y la zona euro y en particular España han experimentado el vértigo de asomarse al abismo.

Andalucía aparece en este escenario como si nuestras fuerzas estuviesen agotadas. 30 años de gobierno socialista están dejando un legado desolador: 28% de paro, una economía desarticulada, un sistema político mortecino, destrucción medioambiental, medios de comunicación muy dependiente de los centros de poder, pérdida de peso en España y en Europa, desconfianza e incluso animadversión de la ciudadanía sobre la política, destrucción de nuestra cultura y de las relaciones comunitarias y aumento de la marginalidad de nuestra posición geoestratégica. El informe Pisa vuelve a confirmar la brecha en los resultados educativos entre el norte y el sur de España, lo que significa que la desigualdad lejos de atenuarse tiene más probabilidad de expandirse.

Dentro de cinco meses se van a celebrar elecciones municipales que si nadie lo remedia se van a saldar con una hegemonía sin parangón en la historia andaluza de la derecha, el hundimiento del partido socialista y la impotencia de las alternativas andalucistas, de izquierda o ecologistas.

En este III taller debemos reflexionar sobre nuestra situación desde la humildad de que sólo somos un grupo de personas muy comprometidas con Andalucía pero con escasos medios para incidir en el curso de los acontecimientos. Por ello tenemos que hacer un especial esfuerzo en la calidad de lo que mejor podemos aportar: la coherencia y la rigurosidad en las ideas y la autenticidad y la cooperación entre todos los actores que comparten rebeldía frente a este injusto estado de cosas en nuestra tierra.

2. En estado de alarma.

A la gravedad de la situación económica en España y en Andalucía se ha sumado la crisis provocada por los controladores aéreos que ha tenido como consecuencia por vez primera la declaración de un estado de Alarma, previsto en el artículo 116.2 de la Constitución, justamente en su 32 aniversario. A los gravísimos perjuicios causados a más de 600.000 viajeros durante el largo puente de la constitución, se une las nefastas consecuencias para el sector turístico y para la propia imagen sobre la solvencia de España como organización política en una coyuntura en la que los especuladores tienen en su poder gran parte de la deuda externa y que están imponiendo sus condiciones para desmantelar el Estado Social.

A la actitud enloquecida, en la cuota máxima de irresponsabilidad e insolidaridad de los controladores aéreos, se une el despropósito del gobierno al aprobar un Real Decreto Ley en vísperas del mayor puente (invernal, además) del año en el que se modifica la jornada laboral de los controladores aéreos y se prevé su militarización en caso de incumplimiento (mediante una disposición adicional introducida a última hora). Lo mejor que se puede pensar de este gobierno para explicar sus actos es su record en incompetencia.

3. Hundimiento del PSOE y sus complementarios.

La crisis económica y, en particular la crisis diferencial española y andaluza, está hundiendo a la izquierda política. Los resultados de las elecciones catalanas no hacen sino certificar los que dicen todas las encuestas. El último sondeo de metroscopia da una diferencia entre el PP y el PSOE de 18,3 puntos y a éste tan solo un 24,3% de los votos.

La socialdemocracia ha sido la ideología hegemónica de la izquierda, aunque está sustentada en una aceptación plena del sistema capitalista al que gestiona desarrollando sus mecanismos más redistributivos. No han dado crédito a que esta crisis era una crisis sistémica que solo se podía abordar diseñando una dirección política para preparar la transición democrática y superar al capitalismo, desde la defensa de los intereses de la inmensa mayoría de la población, implementando las medidas cooperativas con el resto de los Estados y en particular de la Unión Europea. Plantear hoy un programa para superar el capitalismo no es nada radical, aunque parezca lo contrario, sino una necesidad de pura supervivencia. Es la consecuencia directa de la necesaria conciencia de que estamos viviendo un cambio de época, lo que implica la necesidad de superación del sistema y la elaboración de un nuevo marco de objetivos para avanzar a través de la democracia. Se trata en definitiva de devolver la perspectiva a la política progresista.

Esta crisis de la izquierda, que es la crisis de la socialdemocracia, se ha acentuado en España por el oportunismo de Zapatero, que también ha arrastrado a los que se han convertido en su complemento político o sindical. Este oportunismo ha actuado en tres direcciones: a) introduciendo graves errores cognitivos en los diagnósticos; b) marginando cualquier política reformista y c) utilizando valores éticos y políticos como meros señuelos electorales.

Es decir, justamente cuando las excepcionales circunstancias exigían que se ejerciera el liderazgo político para marcar una ruta progresista de salida de la crisis, el ejecutivo ha demostrado que carece de instrumentos cognitivos para leer la compleja realidad social; que no conoce la dirección hacia la que hay que dirigirse y que además no es de fiar. Por eso está tirando por la borda su mayor patrimonio: la representatividad (y la representación), tanto porque va a sufrir un justo castigo electoral como porque la sociedad está girando a la derecha al buscar otra salida.

4. La derecha aparece como la alternativa visible.

La consecuencia directa de esta crisis de la izquierda es el avance de la derecha y la rápida penetración en la sociedad de los valores insolidarios y antidemocráticos que laten en su ideología. Las recetas contra la crisis de la derecha, y su relato de la misma, aparecen hay como hegemónicos hasta el punto que han sido adoptados en la práctica por el gobierno de Zapatero provocando una derrota política mucho mas profunda que la propia derrota electoral cuyo primer acto acaba de consumarse en las elecciones catalanas pero que será mas pronunciada en las próximas municipales y que incluso pueden provocar el adelanto de elecciones generales.

5. La derecha ya está gobernando la crisis sin sufrir desgaste político.

La victoria de la derecha en la lectura de la crisis se está traduciendo en la adopción de políticas antisociales en cuatro frentes:

a) Contra los derechos laborales. La reforma laboral, la reestructuración de la función pública o la privatización de los servicios de intermediación en el empleo, están abriendo las puertas al desmantelamiento de todas las defensas del salario frente a los empresarios, en medio de desprestigio de los sindicatos que no han sabido gestionar la huelga general y aparecen noqueados ante la opinión pública por su connivencia con el gobierno de Zapatero.

b) Contra los derechos sociales. La supresión del ministerio de igualdad, la supresión de la ayuda a los parados o el anuncio de la reforma de las pensiones para el 28 de enero de 2011, se complementa con la descapitalización del sector público: privatizaciones y huída del derecho administrativo de las Administraciones, en un contexto de escándalos de corrupción.

c) Contra la estructura federal del Estado. La campaña de desprestigio de las Comunidades Autónomas, la amenaza del concierto en Cataluña, sentencias del TC contra el Estatut o proyecto de sentencia contra el Guadalquivir, están socavando las bases federales del Estado tanto desde el neocentralismo como desde posiciones nacionalistas insolidarias.

d) Invisibilización de la problemática ambiental y retroceso en sus principales logros. El pacto de silencio sobre la cumbre de Cancún, la eliminación de ayudas a las energías renovables, la marginación de las informaciones sobre las consecuencias del cambio climático o sobre la subida de materias primas, quieren imponer una lectura sobre la ecología como si se tratara de política “de lujo” que no toca priorizar en la crisis.

6. Andalucía carece de un sistema político propio.

Andalucía ha seguido la misma deriva política que España porque carece de un sistema político propio al haberse deliberadamente cercenado su diversidad y singularidad mediante un control exhaustivo de la sociedad y en particular de los medios de comunicación; la extensión del clientelismo (se han retomado viejas prácticas neocaciquiles); medidas políticas como la supresión de elecciones propias al parlamento andaluz y sociales como la estrategia de disolución del sentimiento andalucista y de otros mecanismos de cohesión comunitaria. El resultado ha sido un bipartisimo real (PSOE más IU como anexo y PP), caracterizado por la pérdida de pluralidad política (compárese con la composición del parlamento catalán, por ejemplo), por la ausencia de partidos andaluces y sobre todo por la irrelevancia del propio parlamento andaluz ante la opinión pública.