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Vencer a la derecha y transformar la izquierda, pero ¿cómo? (1 de 2)

empujando el sol

El histórico líder del mayo del 68 y diputado verde Daniel Cohn-Bendit acaba de sintetizar y en parte resolver uno de los grandes dilemas de la izquierda crítica: o sumar contra la derecha o sustituir a la izquierda socialdemócrata. Cohn-Bendit ha venido a decir ¡hagamos las dos cosas porque lejos de ser contradictorias son complementarias: vencer a la derecha y transformar la izquierda¡. Además las ha modulado ya que aunque ambas tienen en común la idea de ser rechazables no es lo mismo vencer que transformar. La necesidad de vencer implica confrontación externa mientras que en la de transformar subyacen elementos aprovechables y una acción orientada a la confrontación interna e incluso a la persuasión.

También parece evidente que la tensión entre ambas tareas depende del tiempo y del lugar. El énfasis en vencer a la derecha o en transformar la izquierda depende en gran medida de las circunstancias políticas y sociales: no es lo mismo estar ante situaciones de corrupción, clientelismo y desarrollismo a pesar de usar un discurso de izquierda para posicionarse electoralmente que sentir el aliento de una enorme amenaza revanchista y reaccionaria ante el fracaso de un gobierno socialista que ya ha interiorizado que las soluciones eficaces son las que se derivan de la ideología liberal conservadora.

El Partido Popular está tan seguro de su victoria que no ha tenido reparos en explicitar por vez primera cuáles son sus verdaderas intenciones si logra gobernar: privatizar sin contemplaciones, disolver el Estado de las Autonomías, apostar por la energía nuclear, estigmatizar a la inmigración, suprimir los derechos de la mujer, limitar la libertad religiosa, rehabilitar implícitamente al franquismo, etc. tal como expresa su líder en el diario El Mundo (30 y 31 de enero de 2011). Desde luego la solución no está en dejarse llevar por el pánico y apoyar a la socialdemocracia como mal menor porque precisamente ha sido su política la que ha invocado y alimentado al monstruo.

Parece por lo tanto más que urgente transformar a la izquierda para vencer a la derecha. Lo primero que se necesita es una alternativa visible que cumpla una doble condición: por un lado ofrecer un proyecto alternativo de sociedad y por otro ser capaz de tener la visibilidad y empatía suficiente como para lograr la confianza de la mayoría.

Sin una alternativa que potencialmente pueda obtener la confianza de la mayoría del electorado, que es extremadamente diverso (en lo social, cultural, territorial, emocional, generacional y en el género) y cuyos denominadores comunes son escasos, no hay verdadera política. Y ahora mas que nunca cualquier alternativa progresista es sinónimo de democracia  ya que, simplificando mucho, la confrontación fundamental, a la hora de diseñar el rumbo en esta nueva época, se polariza entre el poder de los “mercados” y el poder de los ciudadanos (lo público) mediante la pugna democrática entre los diversos representantes, en mayor o menor medida, de ambos poderes.

Llamamos tercer espacio a las distintas corrientes ideológicas renovadoras que se sitúan en la izquierda y que siendo profundamente democráticas cuestionan radicalmente al sistema (al capitalismo, para entendernos mejor). Estas corrientes ideológicas no tienen porqué tener expresión política propia ni exclusivas ya que todas viven con mayor o menor intensidad en las organizaciones políticas existentes, que en Andalucía son extraparlamentarias aunque las andalucistas, en particular, tienen una importante implantación municipal sobre todos en ciudades medias.

Desde P36 hemos defendido la necesidad de agrupar electoralmente al tercer espacio justamente para transformar la izquierda y derrotar a la derecha. De hecho, aunque P36 es un espacio metapolítico que se expresa a través de una revista digital de pensamiento y promueve acciones para la cooperación política dentro de Andalucía y con otros territorios, es también una metonimia (una parte representativa del todo) que prueba que la cooperación política del tercer espacio no solo es posible sino que es tremendamente fructífera a pesar de la cultura un tanto neurótica que todos arrastramos (sectarismo, dogmatismo, populismo, complejo de inferioridad, etc.)

Es tal la angustia que me ha producido las amenazas de Rajoy que me atrevo a proponer un decálogo para contestarme a mi mismo la interrogación que da título a este artículo “pero ¿cómo?”, con el exclusivo objeto de abrir el debate.

5 Comentarios

  1. Sí, Paco, nos parecen muy bien todos esos esfuerzos en el tajo o a pie de obra; pero si se hacen desde un partido ESPAÑOL nos impresionan mucho menos ver al espíritu de Stajanov sembrando cebada en el mar.

    Mira, el tiempo de los pardillos ya se ha pasao y aunque la ideología andalucista no sea precisamente el sueño de Blas Infante (por no hablar de algunos de sus divos), por lo menos en su conjunto no se presentan, por toda la jeta, adscritos al estado que nos coloniza y encima pretendiendo dar lecciones.

    No quieres tanto a tu españa esa. Pues la servirías mejor yéndote a la sombra de tus jerifaltres a madriz. Ah, y por cierto, tu tocayo Paco -Frutos-, ¿ya no va de Francesc como cuando andaba por Catralunya? ¿Y Centella…? ¿Sigue apoyando purguitas de los que entienden por «internacionalismo solidario» también el referido a las naciones milenarias que conformamos los Pueblos peninsulares, desde Catalunya a Canarias o desde Al-Andalusía a Galiza? Por cierto, en esa cruzadita os entenderéis muy bien con el PP, que también está entregado a la causa del centralismo tardo-franquista. Seguro que os animáis de nuevo las pajaritas haciendo «la pinza».

    El que se quiera seguir dejando embaucar por los «tíos tom» del colonialismo español, que lo haga bajo su exclusiva responsabilidad.

    Conmigo que no cuenten ni de coña.

  2. ¿Cómo se puede decir que los andalucistas ( los que se dice que tienen una importante implantación municipal) cuestionan radicalmente al sistema capitalista. Vamos a ser serios y de esas servidumbres que habla como sectarismo, dogmatismo etc. se libera el autor del artículo y no excluye, ignorándola por completo a Izquierda Unida, que es al menos la que tiene presencia y combatividad en muchos pueblos de Andalucía y no delante de la pantalla del ordenador, sino en el tajo.

    cuestionan radicalmente al sistema (al capitalismo, para entendernos mejor). Estas corrientes ideológicas no tienen porqué tener expresión política propia ni exclusivas ya que todas viven con mayor o menor intensidad en las organizaciones políticas existentes, que en Andalucía son extraparlamentarias aunque las andalucistas, en particular, tienen una importante implantación municipal sobre todos en ciudades medias.

  3. ANDALUSÍ LIBERTARIO

    ¿Qué cómo vencer a la derecha y transformar a la izquierda…? DEJÁNDONOS DE TANTA CHÁCHARA (fijáos que así hasta mucho más altas torres han caído y siguen cayendo, una tras otra)

    http://www.youtube.com/watch?v=CqEsmNjMwkA

  4. – Unidad de esas sensibilidades políticas que tienen una visión política alternativa.
    – Formación democrática entre la ciudadanía: avanzar en la participación en política, recuperar la ilusión democrática.
    – Explicar las causas y los causantes del desastre social y medioambiental del actual y dominante modelo económico: que la ciudadanía tenga toda la información. Esfuerzo pedagógico desde los nuevos espacios de pensamiento como P36.

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