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¿Son útiles nuestros ayuntamientos?

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Sin duda que sí, son útiles y necesarios. Pero en el siglo XXI, a los ayuntamientos se le exige por la ciudadanía nuevas funciones, nuevas responsabilidades como administración inmediata en el territorio, como entidad pública que palpa la realidad de manera directa y permanente. Los Ayuntamientos no son ajenos a la grave situación social y económica. La permanente destrucción masiva de puestos de trabajo impone una obligación principal también para las entidades locales: la definición de una estrategia clara para el fomento de la actividad económica, para la facilitación de la implantación de nuevas inversiones empresariales, para la formación y cualificación de los recursos humanos del territorio, con el objetivo central de la creación de empleo y la inserción laboral de las personas desempleadas.

En el nivel administrativo de los poderes locales, transcurridos ya varios meses de la constitución de los nuevos Ayuntamientos y la formación de los gobiernos locales que regirán nuestros municipios hasta junio de 2015, podemos mantener que están ante un difícil período, en el que el municipio, sin embargo, tiene la oportunidad de convertirse en un espacio institucional y ciudadano para el desarrollo económico, en un facilitador para el progreso económico y social del territorio, para el dinamismo empresarial y para la inserción laboral. Posiblemente en el nivel local pueden empezar a generarse soluciones en el territorio concreto que contribuirán a la gestión del problema global, a la definición de un nuevo modelo de desarrollo más productivo y menos especulativo.

Con esa misión estratégica y con el más alto reconocimiento jurídico en el artículo 140 de nuestra Constitución, que proclama el principio de la autonomía de los municipios, resultan cada vez más necesarias iniciativas locales en esta demanda ciudadana, el impulso del desarrollo económico y empleo, con el objetivo de contribuir a un cambio de modelo económico, ajustado a las necesidades y posibilidades de cada territorio. Para este desafío social y económico, las instituciones locales tienen potencialidades de actuación como un agente institucional clave en la dinamización económica y social de su entorno. Por tratarse de la administración más cercana, puede operar con más eficacia en el diseño y ejecución de políticas y servicios eficaces de desarrollo económico y empleo.

Los representantes del poder local han reclamado históricamente competencias para las entidades locales en materia de promoción del desarrollo económico local, y más recursos financieros al respecto. En este histórico momento, en una situación de crisis similar a la de final de la década de los años treinta del pasado siglo XX, las autoridades locales pueden y posiblemente deben convertirse en sujetos activos importantes para dinamizar los mercados de trabajo territoriales, contribuyendo no sólo al fomento de nuevas inversiones empresariales, sino también a la calidad del empleo que se pueda generar, contactando directamente con el tejido empresarial para conocer sus necesidades reales, y facilitarle sus nuevos proyectos de generación de empleo en el territorio, en el municipio.

Como consideración final, estimo importante trabajar desde la institución local para conseguir que los mercados de trabajo locales sean cada vez más transparentes, hacer circular la información, socializar y democratizar la generación de nuevos empleos, que todas y todos tengan a su disposición las opciones de trabajo que surjan en el ámbito local. En este objetivo, también es crucial esa colaboración entre la institución local y la red de entidades que trabajan por la inserción laboral de los desempleados y desempleadas. La clave es trabajar en red, y hacer circular la información en la red, hacer la información más accesible, comunicar bien por el bien de todos.

Entre todos podemos ayudar a dar soluciones al problema del desempleo. También el principio democrático es importante en este objetivo social y económico, con voluntad de aunar esfuerzos, de unidad de todos para afrontar con éxito la inserción laboral de las personas que sufren este grave problema, el desempleo. Ha llegado la hora de trabajar conjuntamente para facilitar la creación de empleo. Es un tema que debería estar al margen de la lucha partidaria y la confrontación electoral (en la campaña electoral para las elecciones del 25 de marzo en Andalucía será el tema principal), pues más de un millón de andaluces sufren el drama.

Artículo publicado en El Día de Córdoba.

Ángel B. Gómez Puerto (Córdoba).

Un comentario

  1. Pueblos en pie!!! Venceremos!!!

    Un auténtico Ayuntamiento, como se desprrende del significado último del término, debe llamar a «ayuntar», a juntar fraternalmente o en armonía a todos sus habitantes con independencia de color político o sectarismos. Con el mismo espíritu que rige, por ejemplo, en Marinaleda. Asambleas abiertas, apertura hacia sus lugareños con transparencia y voluntad de SERVIR, no de servirse.

    Nuestro Legado andalusí nos ha transmitido hasta hoy el término AL-CALDE. Aquellos regidorres de antaño, de los que se ha heredado el nombre tan sólo, no la vergüenza, se ocupaban en los problemas de todos sus vecinos. Las figuras estatales ensoberbecidas, distantes cual faraones y siempre ausentes de sus responsabilidades directas son en gran parte responsables de esta apatía reinante, de esta inducida desidia paralizante.

    La mayor parte de esos alcaldes-jerifes, de esos déspotas arrogantes han perdido todo sentido de su función social, se parecen mucho más a aquel comendador nacionalcatolicista de Fuenteovejuna, lo cual no augura nada bueno, en medio de una miseria y desesperación crecientes:

    http://www.youtube.com/watch?v=stb9iWNmYtU&feature=related

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