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“Pedimos mano de obra y vinieron personas” ( a propósito del brote de racismo institucional en Vic).

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 P36.Editorial. 22-01-2010.

La negativa del ayuntamiento de Vic  de  empadronar  a  emigrantes sin permiso de residencia ha destapado la existencia de un racismo institucional y de un populismo xenófobo con mas  presencia y poder del que se reconoce públicamente Para entender la dimensión de este acuerdo municipal de Vic hay que aclarar que se trata de una decisión contraria a la ley, una ley que  propuso  y aprobó el PP, y que por tanto  estamos ante una acuerdo xenófobo y prevaricador.

 ¿Cuál ha sido en verdad la intencionalidad política  del ayuntamiento de Vic?  No se trataba en realidad  de evitar que los emigrantes se   empadronen, cosa que la ley impedía  y el ayuntamiento sabía, como de enviar un mensaje xenófobo  a un electorado local al que se  le presuponen opiniones  racistas en un momento  de crisis. Por tanto no estamos ante una decisión concreta  sino ante una ofensiva xenófoba de ámbito general Hay que felicitarse  de que las reacciones mayoritariamente hayan sido de condena pero no podemos ignorar que Vic ha abierto una “caja de truenos” que debemos vigilar.

Los  emigrantes  no pueden ser tratados como mano de obra barata y sin derechos. Si viven, trabajan  ( con papeles o sin papeles) , están aquí tienen que gozar de los derechos básicos que cualquier ciudadano tiene. ¿A donde se les pretende enviar sin empadronamiento? ¿Cuál es el objetivo crear, aún más,  bolsas de población marginada , viviendo en condiciones  infrahumanas y  predispuestas  para el trabajo irregular o para la delincuencia?.

Ahora empezamos a ver las consecuencias sociales  del modelo de desarrollo  del ladrillo y la especulación. Ya muchos habían visto y denunciado las consecuencias  ambientales   o vemos  las consecuencias sociales  (paro, marginación xenofobia). El mismo modelo que destruye nuestros ecosistemas, destruye nuestras ciudades, y genera desempleo y fracturas sociales como las que se han manifestado en Vic. La insostenibilidad  ecológica va unida a la insostenibilidad social.

 Lo que ha ocurrido en Vic puede ocurrir, y puede que este ocurriendo, en otros sitios. Es fundamental que establezcamos  un cinturón  sanitario entre las conductas  xenófobas y  el sistema democrático; al igual que lo hemos establecido con la violencia política (terrorismo). Tolerancia cero ante el racismo institucional ha de ser el lema de cualquier ayuntamiento, diputación o cualquier otro organismo de la administración  pública. La emigración ha de ser regulada racionalmente  pero esta racionalidad no puede ser nunca la del racismo institucional y la negación de derechos.

 La famosa frase que pronunció en 1955 el escritor suizo Max Frisch  (“Pedimos mano de obra y vinieron personas”) se refería a una mano de obra y a unas personas entre las cuales estaban millares de andaluces y andaluzas que también tuvieron que emigrar. No lo olvidemos nunca. Aquellos y aquellas  que vinieron a  nuestros pueblos  a trabajar no son mano de obra, son personas  con necesidades, problemas, ilusiones, deseos, opiniones que ningún  alcalde (¿demócrata? ¿cristiano? ) podrá  negar sin  incurrir en la injusticia mas cruel que es la que se práctica contra los débiles  .

 En la última encuesta del IESA parece que los andaluces no han olvidado  la frase del escritor suizo  y a la pregunta  de si los emigrantes  deben tener acceso gratuito a la escuela y  a la sanidad, el 88 % , nada menos que el 88%, responde que si.  A la pregunta de si deben tener derecho al reagrupamiento familiar el 77 % también responde favorablemente. Y cuando se les interroga si se debe  tener en cuenta el origen de una persona o su cualificaron profesional  a la hora de darle un trabajo, el 73  % afirma que debe ser la cualificaron y no el origen el criterio de selección preponderante. La gente en Andalucía  lo tiene claro ,esperemos y exijamos  que las instituciones también.

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