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El proyecto del parque industrial de Las Aletas se pretende instalar en zona de dominio público marítimo terrestre protegida por la Ley de Costas y sin haber realzado los estudios de impacto ambiental prescriptivos. Este proyecto claramente ilegal y ecológicamente muy lesivo, ha sido impulsado por todas las administraciones públicas y por todos los partidos políticos, especialmente IU y el PSOE. Todos de acuerdo en seguir con el cuento del ladrillo

El parque de Las Aletas y el consenso del ladrillo

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 En Andalucía en los últimos  años han hecho creer que basta que se recalifique un suelo como urbano para que automáticamente broten  los puestos de trabajo. En el proyecto de parque industrial Las Aletas en Puerto Real (Cádiz) en 527 hectáreas  de marismas se van a crear 30.000 puestos de trabajo, dicen, La primera curiosidad es que estos proyectos las   hectáreas recalificadas  son siempre un número  exacto ( en este caso  527) y los puestos de trabajo son siempre números  redondos (30000).En el caos de esta barrabasada  legal y  ecológica  que es el parque de Las Aletas, felizmente  anulado por el Tribunal Supremo, cada hectárea producirá 36 puestos de trabajo por hectárea, buena cosecha.   ¿Alguien se lo cree? Parece que volvemos de nuevo con el mismo cuento  ¿Cuánto suelo se ha recalificado y urbanizado en Andalucía en los últimos años?  ¿Han  evitado acaso  este tsunami urbanístico que estemos a la cabeza del paro en España y en la UE??

 El proyecto del parque industrial de Las Aletas se pretende instalar en zona de dominio público marítimo terrestre protegida por la Ley de Costas y sin haber realzado los estudios de impacto ambiental prescriptivos.  Este proyecto claramente ilegal y  ecológicamente muy lesivo, ha sido impulsado por todas las administraciones  públicas y por todos los partidos políticos, especialmente IU y el PSOE. Todos de acuerdo en  seguir  con  el cuento del ladrillo El bananero acalde Puerto Real (IU) ha  llamado  “fundamentalista ambiental” al grupo ecologistas  ADENA, autor del recurso ante el Tribunal Supremo, por exigir  que se cumpla la ley de costas. ¿Este es el cambio del modelo de desarrollo que propone el PSOE? ¿Esta es la izquierda verde y alternativa que dice ser IU?

Esta unanimidad  política tan obscena  en torno a la ilegalidad  del proyecto de Las Aletas, nos muestra una cultura política  basada en la impunidad y la alegalidad. Para los promotores  de este proyecto (administraciones públicas, partidos y sindicatos) la legislación  es  un obstáculo a sortear ( “un pequeño problema formal” dice el consejero Luis Pizarro) más que un instrumento a desarrollar y  hacer cumplir. Cuando los que hacen las leyes no es que, como en el  dicho popular, hagan la trampa sino que son ideológicamente tramposos, apaga y vámonos.

 En esa cultura política es donde ha florecido la corrupción. El consenso siciliano del ladrillo sigue vivo y mientras este siga siendo el consenso  básico  del mapa político andaluz será imposible ni la  regeneración  democrática  ni  el cambio de modelo de desarrollo. O acabamos con ese consenso  o  nos espera más corrupción, más paro y más insostenibilidad. La corrupción no brota del suelo como tampoco los puestos de trabajo. Nace en un contexto político e institucional como el que ha quedado en  evidencia  en el proyecto de Las Aletas.

   He dicho que todos están en este consenso del ladrillo y ello no es justo por  qué no es exacto. Fuera de este consenso y contra él, están los grupos ecologistas. Empezando por ADENA  que ha sido quien ha  interpuesto  el recurso que dio lugar a la sentencia del Tribunal Supremo. Y está un concejal de Puerto Real, uno sólo, Antonio Hernández Leyton, de Los Verdes, que ha criticado la ilegalidad, las mentiras y la destrucción que Las Aletas suponía.  Por esto han tenido, y tendrán,   que aguantar  el  intento de linchamiento social  y  de muerte civil  por parte de los  del  consenso del ladrillo. Esto es lo que hicieron Gil en Marbella, Enciso en El Ejido o Barriendos en Benalmadena. Estar solo, o ser minoría,  en política  y en democracia  no es algo de lo que uno deba tener ningún motivo para sentirse orgulloso. Pero quizás la apatía, el desengaño,  el desprestigio hacia la política oficial sea un  signo de que los que  se están quedando aislados socialmente son ellos : los profesionales  de la mala gestión , los interesados  lacayos  de los especuladores, los torpes empleados del la política  que no ven sino las mentiras que ellos mismos cuentan . Quizás los ecologistas podamos ahora repetir  aquella  bella  respuesta que dieron los situacionistas, cuando les preguntaron qué cuantos  eran: “Unos pocos más que el núcleo inicial de guerrilla de Sierra Maestra pero con menos armas. Unos pocos menos que los delegados que estuvieron en Londres en 1864 para fundar La Asociación Internacional de Trabajadores, pero con un programa más coherente. Tan firmes como los griegos de las Termópilas pero con un porvenir mejor.”

 

3 Comentarios

  1. Gracias Curro. Esperemos que finalmente quede resuelto este asunto y Montesquieu no se retuerce en su tumba!!!

  2. Buen artículo. Suabe en las formas y duro en el fondo. Muy bien.

  3. Muy bien Paco… Una de las fortalezas de este espacio de pensamiento que es P36, es que estamos pedientes tanto de asuntos locales (como el que Paco nos trae hoy), como de los generales, europeos o mundiales.

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