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La construcción política del riesgo: terrorismo y disciplina límbica

Francisco Garrido. Hay dos mil veces mas posibilidades de morir en un estúpido accidente doméstico que en un atentado terrorista, pero el Estado y a los medios de comulación parece que les preocupa mucho el terrorismo y muy poco los accidentes domésticos. Los muertes por sobrepeso son mucho más frecuentes que las muertes por sobre dosis de drogas ilegales. A su vez los muertos por drogas legales (tabaco y alcohol) , por las que se se cobran impuestos y se hacen honorables fortunas, son mucho mas que los muero por drogas ilegales, por las que hay miles de presos y todo un aparato de represión. No hay planes públicos millonarios contra las hamburguesas, la Fanta o los gin-tonic como si lo hay contra el cannabis o la cocaína. En España por cada   asesinato se produce cinco muertes por suicidios, pero no hay una Dirección General de Suicidios , ni un programa de Seguridad Ciudadana.

La mortalidad por contaminación atmosférica es mucho mayor que la mortalidad por  atracos   a mano armada, pero nadie detiene a los que contaminan como se persigue a los atracadores de banco. Los desahucios legales matan mucho mas que los terroristas islámicos y ETA , en sus buenos tiempos, junto pero no hay planes anti desahucios, es mas los ejecuta el mismo Estado. Es mucho mas probable que tu casa te la quite el banco a que te la quite un okupa perro flauta o rumano. Hay veinte veces más probabilidades de que los ahorros te los robe el banco a q      ue te los robe una banda albano kosovar. Pero los  bancos no dan miedo,son entidades legales y respetables, que compran periódicos y empresas y quitan y ponen gobierno, nadie tiene ataques xenófobos ante la presencia de una sucursal del Banco de Santander; nadie rechaza vivir encima de una ofician de la Caixa ¿pero viviría al lado de rumanos y perros flautas?

Sabemos desde hace tiempo que existe una construcción social del riesgo y del peligro pero es mucho más desconocido como esa percepción social del riesgo no es siempre el producto de sesgo o ilusiones cognitivas contingentes o evolutivamente determinadas. En muchos casos, como los citados   anteriormente, estos sesgos e ilusiones que determinan la construcción social del riesgo, son construidos a su vez,   políticamente con fines de control y manipulación de los estados emocionales de individuos y grupos.

El objetivo no es ahora, como ataño en las dictaduras totalitarias, producir una sensación confortable, aunque falsa, de seguridad sino todo lo contrario; producir estados de inseguridad permanente, fabricar miedo. Estos es lo que hemos visto en la crisis y que tn bién ha descrito   en la “doctrina del shock, Naomi Klein   La movilización emocional actual no se fundamenta en ofrecer el manto, paternal renal y autoritario, de protección del sino un estado emocional continuo de inquietud e inseguridad que favorece conductas automáticas ante una mergencia permnete. instrucciones de suso l del riesgo? pobalcion ante cualquer tedtacion de rbelion o autonomia.s los hde seguimiento de las instrucciones de mando como si fueran un manual istrucciones ante una emergencia permanente pero que aparece como inminente. La instrucción política y normativa   es cambiada por una insistente y alarmante señal de peligro. La voz de mando ya no grita; ¡fuera¡ “, sino ¡fuego¡.

Esto da razón del por que las autoridades encargadas de dar seguridad exageren ,o sencillamente se inventan; los peligros y riesgos que políticamente les interesa. Antes los ministros del Interior daban miedo por lo que podían hacer, ahora nos asustan por lo que otros nos pueden hacer. El Estado neolibearl lejos de ser un guardián de la seguridad, como lo entendía la visón liberal de Hobbes; se ha convertido en un difusor de un nuevo “estado de naturaleza” de individuos en permanente estado de alerta frente a un riesgo invisibles y fantasmales.

De la construcción social a la construcción política del riesgo.

 Evidentemente esa construcción política del riesgo no se conforma desde la nada o la simple voluntad de manipulación; hay una tendencia a la construcción social del peligro que asienta sus bases en la de sincronía entre nuestro sistema neuro cognitivo, determinado evolutivamente para pequeñas comunidades de cazadores y recolectores; y la sociedades complejas a las que hemos accedido en uno pocos de cientos de años. Todo lo cual ha favorecido la aparición de toda una serie de sesgos e ilusiones cognitivas que nos inducen a graves errores a la hora de evaluar el peso de los riesgos, magnificando uno y subvalorando a otros. La construcción política del riesgo surge cuando los que tienen que deshacer esos sesgos como una auténtica “inteligencia general”; el Estado, los fomentan y usan políticamente. Detallaremos a partir de aquí alguno de estos sesgos y cual es su construcción política.

 

  1. Ilusión de control. Esta ilusión explica po r que muchas persona sufren estrés la noche antes de tomar un avión per no no los minutos previos a subir en una escalera para arreglar la lámpara, a pesar de que lo segundo es mucho más peligroso que lo primero Tenemos una tendencia a temer menos a aquello que parece estar en nuestras manos. Los riesgos políticamente construidos están siempre ausente de la ilusión de control. este es el cass de las drogas o el terrorismo .
  2. El sesgo de disponibilidad. Las muertos en un atentado terrorista salen televisión, tienen rostros y biografías; los muertos por contaminación atmosférica no. los muertos por contaminación atmosférica no. Tendemos  a  recordar y valorar mucho más los sucesos muy visibles , espectaculares o que concuerdan co nuestra expectativas  y prejuicios inmediatos, que aquellos que son silenciosos invisibles o están fuera de nuestro campo cognitivo.
  1. Sesgo de probabilidad. Aunque nuestro cerebro, social e individual, realiza numerosas operaciones basadas en la lógica probabilística   bayesiana esto es a nivel inconsciente y con respecto a cálculo relativamente simple por su monotonía a lo largo del tiempo; cuando se trata de operaciones conscientes , complejas y cambiantes; se nos resiste la probabilidad y tendemos a pensar en categorías duales y dicotómicas.
  2. Economía cognitiva. Preferimos casi siempre una explicación simple, rápida, monótona y que requiera poco esfuerzo de compresión, a una compleja , lenta, cambiante y que requiera mas esfuerzo. El estado islámico es un explicación mas económica que la desigualdad para explicar la violencia.

Todos ellos son usados en la maquinaria política de manipulación que supone la relativa novedad de la construcción, no solo el uso, política del riesgo para producir inseguridad como piedra angular de la ultima estrategia de dominio neoliberal. Y es aquí donde el terrorismo islamista juega un papel central en reconfiguración del principal producto político neoliberal : el miedo.y la inseguridad permanente,

 

El terrorismo islamista y la producción política del riesgo.

El terrorismo islamista no tiene objetivos selectivos , ni territorio. Cualquiera , en cualquier momento y lugar puede ser víctima de un atentado islamistas ; esta es al menos, el mensaje que difunden los islamistas y que los responsables políticos y mediáticos occidentales están dispuestos a repetir sospechosamente. ¿Pero es eso cierto? ¿O es este mensaje el verdadero objetivo selectivo del terror? ¿No será que lo que se pretende es el terror atomizado como única arma frente a la infinita superioridad militar de la OTAN?

Desde un punto de vista militar nada nuevo; se usan las armas que se tienen y se golpea al enemigo allí donde se puede. Ya los palestinos, en los años setenta, ante el fracaso militar y la traición de las élites árabes; iniciaron algo parecido que llamaron la estrategia de “socialización del dolor”. El objetivo era que los ciudadanos occidentales vivieran en sus “propias carnes” lo que estaban pasando el pueblo palestino. Lo novedoso ahora son dos cosas: que el objetivo sea el mensaje y que las los responsables políticos occidentales colaboren con tanto   entusiasmo y diligencia en su difusión..

El punto óptimo de equilibrio entre islamistas y neoliberales es la expansión de la sensación social de inseguridad absoluta. De esta forma se consigue una movilización emocional defensiva que elimina cualquier atisbo de crítica y contestación social   ante el inminente decrecimiento desigual. El objetivo es conseguir  un tipo de disciplinización social basado en las respuesta de nuestro sistema límbico. Del mismo modo que las decisiones política aparecen como cálculos de algoritmos autónomos de sistemas de mercado altamente automatizados; se trata de entrenarnos en una inseguridad fisiológica continua. En esta selección y construcción política del riesgo el terrorismo islamico juega un papel de transición entre el limitado riesgo de la sociedades liberales y el riesgo ilimitado y perpetuo neoliberal. El primero estaba pensado para estimular el crecimiento, el segundo para soportar el decrecimiento desigual. El tratamiento dado a los crímenes de Niaa , y en menor medida de Munich, parecen decididos por le ISIS.

Por ello la primera respuesta contra este equilibrio en el terror de islamista y neoliberales ; es literalmente; “no hacerles caso” Esto no significa que no se tomen medias de seguridad o que no se combata policialmente al terrorismo islamistas, claro que si. Esto significa que ocupe el lugar real que tiene en el conjunto de riesgos posibles. Al hacer esto estaremos de camino atacando al objetivo central del terror y que no es otro que la inseguridad generalizada. Pero sobre todo debemos bardar combatir la fuente principal de la inseguridad que da cabida a la construcción política del riesgo y que no es otra que la desigualdad creciente y la inestabilidad permanente que sobaban nuestra autonomía y reflexividad La izquierda ha de ser la gran fábrica de seguridad Por eso puede ser hoy tan contraproducente las tendencias dadaísta de una izquierda empeñada en ser mas revolucionaria, irracional y nihilista que el capital.

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