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La ofensiva contra la universidad y la filosofía

El modelo de la universidad pública europea ha producido dos cosas: sentido y tecnología. ¿Qué es el sentido? Legitimación (fundamentación racional) y misión (objetivos y orientación colectiva) social. ¿Qué entendemos por tecnología? Todo los medios, los interfas que diríamos ahora, para conseguir los fines que el sentido establece y fundamenta.Y ambas cosas, sentido y tecnología, se producen en un mismo lugar institucional de manera inseparable y jerarquizada; primero el sentido (la verdad) luego la tecnología (la utilidad). Esto no siempre fue así (la universidad medieval, por ejemplo, era solo un colegio eclesial productor de sentido; la tecnología iba por otro lado) y parece que hay muchos, demasiados, que no quieren que siga siendo así en el futuro.Dos ejemplos de esta ofensiva contra el futuro de la universidad pública europea: la desvalorización de la investigación básica y de la ciencia   frente a las ingenierías y las disciplinas aplicadas y la minimización del pensamiento teorético y de la filosofía en los currículos escolares.

Esta convergencia institucional entre sentido y tecnología nos ha permitido a su vez dos hechos sociales maravillosos: la democracia y la ciencia. Ambos ha generado el mayor nivel de   libertad, igualdad y de desarrollo tecnológico que ha conocido la historia de nuestra especie. El sufragio universal, el cálculo infinitesimal, los derechos humanos, el algebra de Boole, la termodinámica, los satélites, internet, el aumento exponencial del a esperanza de vida,   la igualdad de género, la penicilina, las constituciones, las vacunas, el Estado de Derecho y el Estado de Bienestar; todo eso y mucho más hubiese sido imposible sin el modelo de la universidad pública europea.

La institución es tan poderosa que desde su seno han nacido sus propios enemigos: la tecnocracia. Se trata de la inversión de la jerarquía entre sentido y tecnología, entre ciencia y técnica.   La producción de sentido como obra inmanente de la tecnología, como acto performativo del mismo operar tecnológico. No es que la tecnología demarque lo que se puede hacer sino que dicta lo que se debe hacer en virtud de lo que se puede hacer: Todo lo que puede ser hecho debe ser hecho. Todo esta permitido a condición que sea tecnológicamente factible.Biopolitica_y_filosofia_2_0

Desde esta perspectiva la ciencia y el pensamiento teórico estorban porque   estorba el pensamiento crítico, aquel que es capaz de auto cuestionar sus propios fundamentos, de autorevisarse, de distanciarse de la utilidad inmediata. Teoría y crítica aluden a una misma función de reflexividad y de distancia sobre los evidente y concreto, sobre lo inmediato y local. Esas cualidades criticas son propias de todas las ciencias y no es monopolio de ninguna disciplina pero hay un saber que es especialmente sensible a esta distancia creativa, le hemos llamado filosofía y contra se han cebado los robot de la automatización .

La filosofía es un saber que no sabe nada sino del saber mismo, no tiene un dimensión teórica es teoría, no es critica es sólo y todo crítica. No es de extrañar que sea especialmente repugnante para la tecnocracia. En filosofía todo debe ser pensado sabiendo que nunca se podrá pensar todo y menos aun el “todo”. La desoladora experiencia de la distancia inconmensurable entre el deber de pensarlo todo y la imposibilidad de pensar todo es insoportable para un reino sin más fines que los medios.  El «soberano oculto que decía Morin ( los marcos cognitivos y ontológicos dominantes) no soportan más la desnudez del debate y la razón pública que la filosofía y la ciencia conllevan, una nueva oscuridad en el corazón de la máquina se interpone contra la luces y las sombras del pensamiento crítico y contra su casa natural.

Pero este nuevo “asalto a la razón”, como aquel otro del que hablara Luckas; no es ni política , ni socialmente inocente. Responde a un estrategia de nueva hegemonía de las clases dirigentes del capitalismo financiero globalizado y que comenzó a fraguarse en los años sesenta del siglo pasado con el “fin de las ideologías” de Bell. La guerra contra la univresiad o la filsofia es la msiamq eu la guerra contra el Estado de Bienestar o la democracia. Momentáneamente usaran a la religión, como sustituto de transición pero es la tecnoteología estación termini de este proyecto. La filosofía ha sido la primera víctima pero detrás vendrán todas las ciencias arrasadas por el esta nueva forma de tiranía salvaje de los automatismos.

 

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