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UNIÓN EUROPEA. ANÁLISIS DAFO. LAS OPORTUNIDADES (2)

Rafa Rodríguez

 

UNA EUROPA VERDE PARA LIDERAR LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA

La transición ecológica, un nuevo paradigma de progreso

La transición ecológica plantea un nuevo paradigma de progreso. Un paradigma, sustitutivo del paradigma dominante neoliberal, para organizar un progreso equilibrado de transición hacia una economía baja en carbono, sin residuos, de energías renovables, a través de una sociedad más justa y de un sistema público más democrático.

Necesitamos un modelo ajustado a los límites reales que impone el planeta en el que vivimos. Un modelo en el que, como establece el Programa General de Acción de la Unión Europea en materia de Medio Ambiente hasta 2020, “los recursos naturales se gestionen de forma sostenible, la biodiversidad se proteja y la naturaleza se valore y se restaure de tal manera que la resiliencia de nuestra sociedad se vea fortalecida”.

Planteamos cinco ideas fuerza para un nuevo paradigma de progreso:

  1. La Unión Europea tiene la suficiente escala como para poder impulsar este paradigma dentro y fuera de sus fronteras.
  2. La transición ecológica es una estrategia transversal que debe impregnar todas las políticas gubernativas: económica, agrícola, energética, educativa, de consumo, de fomento o de transporte. Ninguna decisión política debe ser ajena al compromiso con el medio ambiente. Si queremos hablar de crecimiento real ninguno de los impactos ambientales derivados de nuestra actividad puede quedar al margen del balance de imperativos ambientales mediante la incorporación de las interdependencias ecológicas a los objetivos políticos, económicos y sociales.
  3. La sostenibilidad económica y medioambiental no solo son compatibles, sino que son indisociables la una de la otra. Es más, el medio ambiente es la mayor oportunidad para el progreso económico: un progreso real, que tenga en cuenta los límites del planeta. La protección del medio ambiente no es el problema, sino que forma parte de la solución.
  4. Para hacerla posible necesitamos contar con el apoyo de la mayoría de la población que debe ver en la transición ecológica una oportunidad para una vida mejor, más autónoma, en una sociedad más justa y con mayor poder de participación democrática.
  5. El tiempo apremia y la coyuntura es favorable. Se trata de aprovechar los bajos tipos de interés actuales para financiar esa transición hacia objetivos de bajas emisiones.

El importante trabajo de Jonathan Gómez Cantero sobre “El cambio climático en Europa: percepción e impactos, 1950 – 2050”, analiza los diferentes impactos de la crisis ecológica, desde colapso de los residuos, la contaminación del aire, o agotamiento de recursos naturales y la pérdida de biodiversidad. En el prólogo del trabajo de Gómez Cantero, Florent Marcellesi describe cómo en los años 70 el cambio climático era presentado como una amenaza para las generaciones futuras, pero que hoy las generaciones futuras somos nosotras y nosotros y el cambio climático es una realidad tangible. Sin embargo, los impactos del cambio climático nos parecen a menudo lejanos y ajenos como la imagen de unos osos en el Ártico o de icebergs que desaparecen a la deriva. La distancia espacial y temporal que hemos generado parece inmunizarnos individual y colectivamente contra uno de los retos más grandes que ha de afrontar la humanidad. Frenar el cambio climático es un reto que determinará nuestro destino y que favorecerá la supervivencia civilizada de la especie o la barbarie.

Después de tres décadas de promesas de todos los colores, hoy sabemos que ningún milagro tecnológico nos va a salvar: tenemos que disminuir colectiva y sustancialmente la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el calentamiento global. Para ello necesitamos afrontar sin dilación la transición energética de nuestras sociedades hacia un modelo energético basado en el ahorro, la eficiencia y las renovables. Así como establecer compromisos vinculantes por parte de todos los gobiernos. Sin embargo, ante la lucha encarnizada entre países y grupos de poder, con intereses y responsabilidades tan diversos en materia de calentamiento global, está el tremendo poder de los oligopolios energéticos fósiles que hemos de combatir desde la ciudadanía. Para que no nos lleven al peor de los escenarios climáticos posibles, necesitamos la ciencia, la conciencia y la presión ciudadana unidas. Es la forma además de inyectar oxígeno en la vida pública y recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones democráticas,

La Unión Europea debe, en la legislatura que comenzará tras las próximas elecciones, declarar la situación de emergencia climática en Europa y plantear medias vinculantes, con objetivos anuales cuantificables para la transición energética, reducir el uso de recursos naturales y la generación de residuos, así como mecanismos para asegurar el cumplimiento de las leyes ambientales vigilando que los Estados ejecuten lo acordado, al menos en aspectos como:

El sistema energético

El núcleo de la transición ecológica es transformar el modelo energético actual implementando las tecnologías para el aprovechamiento de las energías renovables, como la mejor y única solución,  pasando del uso de combustibles fósiles altamente contaminantes a fuentes de energía limpias descarbonizadas como la solar y la eólica; fomentar el ahorro y la eficiencia energética mediante el aislamiento, el diseño ecológico y construcción de edificios y decretar el apagón nuclear, cerrando las centrales nucleares fijando su vida útil en no más de 30 años.

Todo ello, permitirá además que la Unión Europea sea soberana energéticamente frente a la actual dependencia de las importaciones de petróleo.

Para ello hay que cambiar no sólo las tecnologías y los hábitos de los agentes económicos sino cambiar el actual sistema eléctrico porque la electricidad es el vehículo más potente para introducir las fuentes energéticas renovables que necesita Europa para su desarrollo y bienestar. Sin embargo, las directivas europeas sobre la electricidad son el ejemplo más radical de neoliberalismo. El diseño de mercado eléctrico que nace en la Unión Europea prescinde de las singulares características de la electricidad como bien y como servicio, ignorando además las diferentes características del mix tecnológico de generación eléctrica de los Estados. Así, los objetivos medioambientales de la Unión Europea se compadecen mal con sus directivas y recomendaciones regulatorias sobre los mercados eléctricos y, en particular, son muy inadecuadas para España, al generar una inflación de los costes eléctricos para los consumidores que drena las rentas de las familias y la competitividad de las empresas, al tiempo que se fortalece el oligopolio eléctrico español.

El sistema alimentario

Un sistema alimentario sano, justo y sostenible implica la transformación de toda la cadena alimentaria, transformando desde la actual agricultura y ganadería hasta los hábitos de las personas consumidoras. Son múltiples las iniciativas que pueden adoptarse para transitar del actual sistema alimentario a un sistema alimentario sostenible. A modo de ejemplo, debe promover que la agricultura vaya reciclándose desde la producción de granos para forraje y ganado a otros productos más sanos y nutritivos, el fomento de la producción ecológicas de alimentos; facilitar y promover el acceso de productores de pequeña escala, especialmente, de las mujeres productoras, a la educación y capacitación técnica, a la tenencia de la tierra, al acceso al agua, al crédito, al mercado y a los consumidores; favorecer a los productores de pequeña escala a través de las compras gubernamentales; promover el consumo de alimentos producidos localmente; proteger la diversidad y la cultura local y regional; proteger el derecho de las personas consumidoras a la información y al acceso a alimentos saludables; prohibir efectivamente toda la publicidad en los medios de alimentos no saludables; garantizar la existencia exclusiva de alimentos y bebidas saludables en los centros escolares; establecer etiquetados claros y legibles en los alimentos envasados que adviertan los altos contenidos de azúcares, grasas y sodio, etc.

Salud

Además de una alimentación sana, reducir a 0 el porcentaje de la población que respira aire contaminado según los parámetros legales y eliminar los altos niveles de ruido son grandes beneficios que proporciona la transición ecológica. Son necesarias pantallas acústicas y tecnologías para la reducción del ruido. La contaminación atmosférica produce mortalidad y hay grupos de riesgo que sufren especialmente sus efectos. No solo a las personas mayores, sino, por ejemplo, a los niños a los que la contaminación atmosférica afecta al neurodesarrollo o las mujeres embarazadas ya que la contaminación atmosférica está detrás de 16% de los partos prematuros y del 13% de los partos de bajo peso. Xavier Basagaña, experto en contaminación atmosférica y uno de los más importantes “think tanks” de salud global, ha confirmado que sólo cumpliendo las guías internacionales en cuanto al nivel de actividad física, la contaminación atmosférica, el ruido y los espacios verdes en las ciudades, la mortalidad en las urbes se reduciría un 20 por ciento anual.

La conservación de la biodiversidad

La conservación de la biodiversidad permitirá el mantenimiento de servicios ambientales básicos y revitalizar sectores primarios como la pesca o la agricultura. Según el informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES), un millón de los ocho millones de especies animales y vegetales existentes están amenazadas de extinción y podrían desaparecer en solo décadas si no se toman medidas efectivas, urgentes y decisivas. Se trata de un declive sin precedentes en la historia de la humanidad. Y el impacto no es solo medioambiental. También amenaza buena parte de los objetivos de desarrollo sostenible fijados por Naciones Unidas.

La Unión Europea debe establecer una financiación especial para programas de conservación de la naturaleza. No podemos perder ni una especie ni un espacio más. Debemos dejar de espoliar los recursos naturales como si fueran infinitos y empezar a restaurar los ecosistemas silvestres valorando los activos que nos prestan y practicando un uso mucho más responsable.

Reducir la emisión de CO2

La transformación energética y alimentaria combinada con la defensa de la biodiversidad permitirá reducir a cero la emisión neta de gases de efecto invernadero a mediados de este siglo, y luego negativizarla conforme los bosques y suelos absorban el dióxido de carbono atmosférico.

Eficiencia en el uso del agua, los metales y otros recursos

El crecimiento de la economía y el aumento de la población en el mundo (9000 millones de habitantes de aquí a 2050) hacen que los recursos naturales de la Tierra se estén agotando a gran velocidad. El agua, el suelo, un aire limpio y los servicios que prestan los ecosistemas son vitales para nuestra salud y calidad de vida, pero son recursos limitados. La intensificación de la competencia por algunos recursos va a crear escasez y aumento de precios, lo que afectará a la economía europea.

Los recursos deben gestionarse con más eficiencia a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la fase de extracción, pasando por su transporte, transformación y consumo, hasta la eliminación de los residuos.

La propia Comisión ha impulsado el concepto de «utilización eficiente de los recursos», es decir, generar más valor utilizando menos materiales y consumiendo de una manera diferente. De ese modo se reducirá el riesgo de escasez y los impactos ambientales se mantendrán dentro de los límites naturales de nuestro planeta. Este concepto se aplica a todos los recursos naturales: alimentos, madera, biodiversidad, energía, metales, suelo, agua, minerales, atmósfera y terrenos.

Una economía circular

La Unión Europea ha diseñado una “Estrategia de Economía Circular” tanto para mantener la vida de los productos, los materiales y los recursos, durante el mayor tiempo posible como para reutilizar los materiales sobrantes evitando que se conviertan en residuo. Cuantos menos productos desechemos, menos materia prima extraeremos y mejor estará el medio ambiente. Y esto empieza desde el propio diseño de un producto. Debe haber ecodiseño, evitarse el derroche de recursos y minimizar la generación de residuos en la fabricación. Es decir, se trata de extraer el máximo valor y uso a las materias primas, productos y residuos, fomentando el ahorro energético y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

La economía circular debe atravesar todos los ámbitos de la Unión Europea y, especialmente los instrumentos de financiación. Actualmente (2019), los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE) destinan 5 500 millones de euros para la gestión de residuos; el programa de financiación de la investigación e innovación de la UE Horizonte 2020, 650 millones de euros; el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (conocido como Plan Juncker), financia proyectos como el de reciclado de GreenFiber International. También figura como uno de sus objetivos en los instrumentos de financiación para proyectos medioambientales LIFE + y el destinado a pymes (COSME).

Se trata de medidas de fomento con una financiación claramente insuficiente en relación con la magnitud del objetivo. Son precisos estándares obligatorios para aumentar los porcentajes y la calidad de la reutilización y para la reducción de residuos, recogida y reciclaje. Así mismo debe incrementarse exponencialmente la financiación creando además un fondo específico para que empresas transformen su actividad para incorporarse a la economía circular.

Industria verde

En el contexto de una economía circular, la industria verde no es una utopía sino una necesidad. La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) lanzó la Iniciativa por una Industria Verde que proporciona una perspectiva sectorial para una transición global hacia una economía verde dentro del sector industrial y otros sectores relacionados. Se trata de una estrategia en dos fases orientada a disociar el uso de los recursos naturales y la contaminación del avance del desarrollo industrial y a promover el crecimiento de los sectores productivos y empresariales más sostenibles. Hacer más verde la industria hace referencia al proceso que garantiza que todas las industrias mejoran continuamente su interacción con el medio ambiente. Esto incluye el compromiso y las acciones encaminadas a reducir el impacto medioambiental de sus procesos productivos y de sus productos mediante el uso eficiente de los recursos, eliminando gradualmente las sustancias tóxicas; sustituyendo los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables; mejorando la salud y aumentando la seguridad laboral; responsabilizándose cada vez más como productor; y reduciendo los riesgos para el entorno, el medio ambiente y las personas.

Dejar de invertir en infraestructuras ruinosas

Especialmente importante es que las inversiones en infraestructuras estén diseñadas con la perspectiva de la transición ecológica. Es contraproducente no tener en cuenta este objetivo de la sostenibilidad, porque los planes de inversión al final pueden ir a favorecer a los grandes grupos financieros que van a hacer negocio, a los grandes grupos vinculados al mundo de la construcción, aunque se trate de infraestructuras que son inútiles y ruinosas. Dejar de invertir en infraestructuras ruinosas permitirá destinar más fondos públicos a la educación, la sanidad o la protección de la naturaleza fomentando las nuevas infraestructuras digitales, el transporte público, los planes de movilidad para peatones y ciclistas.

Fiscalidad ambiental

La fiscalidad ambiental cumple una doble función. Por un lado, orienta a los mercados sobre qué actividades deben fomentarse y por el contrario cuales deben ser evitadas, corrigiendo las señales de precio falsas en el mercado, incorporando a los precios los costes de la contaminación y otros costes medioambientales (un proceso que consiste tanto en ‘determinar correctamente los precios’ como en aplicar el ‘principio de que quien contamina, paga), y, por otro, es una fuente financiera que aportará nuevos fondos y allanará el cambio hacia un modelo compatible con la capacidad real del planeta. El avance de los tributos ambientales exige cambios a nivel de la UE para permitir una mayor armonización y compatibilidad entre las medidas fiscales, el mercado interior y sectores clave como la energía, los transportes y la agricultura, creando nuevas bases fiscales, basadas tanto en los materiales de producción como en las emisiones como los recursos hídricos, minerales, sustancias químicas peligrosas, transporte (por aire y marítimo), el uso de la tierra y el turismo. Los flujos de recursos físicos por la economía como la energía, los minerales y los beneficios del uso de la tierra pueden dar lugar a considerables rentas fiscales para reformas fiscales verdes tal como se establece en el informe sobre “El Tributo Ambiental: Aplicación y efectividad sobre el medio ambiente” elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

Importaciones

El control de las importaciones debe cargar en cuenta las emisiones causadas por la deforestación que contienen los productos tropicales que compran de países como Brasil. En algunos casos, estas emisiones “importadas” sobrepasan las emisiones producidas por los países compradores.

En este sentido, más de 600 científicos de instituciones europeas han hecho una reivindicación crucial para enfrentar la crisis climática: que la Unión Europea, segundo mayor socio comercial de Brasil, debe condicionar la compra de productos al cumplimiento de compromisos ambientales. En el manifiesto, publicado en la prestigiosa revista Science, los científicos exponen que, sin presión externa, el Gobierno populista de ultraderecha de Jair Bolsonaro convertirá la selva amazónica en materias primas de exportación producidas a partir de la deforestación y contaminación. Si eso sucede, será imposible afrontar el calentamiento global.

Investigación y educación

La educación a todos sus niveles, la sensibilización de los agentes económicos y sociales y de la ciudadanía en general y la investigación, desarrollo y aplicación de tecnologías también deben incorporar de forma transversal los requerimientos que necesitamos para afrontar este gran proyecto colectivo que es el cambio de paradigma para la transición medioambientales.

La iniciativa “Dinero verde”

Como defendemos, no todo el crecimiento económico tiene necesariamente consecuencias ambientales negativas, a pesar de que existe una fuerte correlación global. Siendo selectivos, podemos encontrar sectores de la economía y maneras de hacer las cosas en toda la economía que contribuirían al crecimiento económico si se ampliaran. Sin embargo, al mismo tiempo, estas actividades pueden tener un impacto ambiental positivo (o al menos pueden contribuir a orientar la economía largo plazo hacia un impacto ambiental positivo o mucho menos negativo).

La idea básica de la versión de expansión cuantitativa verde es que un banco central o una agencia que utilice el dinero creado por el banco central, compre deuda, no principalmente de los bancos, sino de las administraciones locales y regionales, de las empresas del sector privado y de las empresas sociales, siempre que dichas organizaciones puedan demostrar que el dinero del banco central se utilizará con fines ecológicos.

Existen diferentes opciones para organizar la ejecución de un programa de expansión cuantitativa verde a escala de la UE. En el presente informe proponemos un nuevo departamento dentro del Banco Europeo de Inversiones (BEI), básicamente debido a las limitaciones de las competencias del Banco Central Europeo, que es el otro órgano evidente (quizás más evidente) para iniciar tal programa. En la actualidad, el BCE está limitado por el Tratado de Maastricht a la política monetaria y al control de la inflación, ámbitos que la expansión cuantitativa verde trasciende claramente.

Sin embargo, las circunstancias económicas cambiantes han llevado a los políticos a introducir cierta flexibilidad en la interpretación de las competencias del BCE, por lo que ahora podría permitir la aplicación de la expansión cuantitativa verde y sin duda podría hacerlo si se modificaran las disposiciones del Tratado.

Observar la exigencia de cumplimiento del déficit público en función del ciclo económico. Un programa económico solvente debe contemplar un principio de equilibrio en las cuentas públicas. Pero esto va a resultar muy difícil en un contexto de bajo crecimiento económico: aquí es cuando el concurso del sector público es vital, de forma que el cumplimiento del déficit debe estar relacionado con políticas de crecimiento económico y del empleo, y no con medidas que los imposibiliten. El objetivo, por lo tanto, es ejecutar políticas de carácter contra-cíclico, y no pro-cíclico, como hasta ahora.

 

(*) Obra de Maurizio Cattelan (serie de artistas plásticos europeos contemporáneos)

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